“Volver a Roth es como volver a casa de forma periódica, como ir a un balneario de letras en el que las aguas tranquilas sanan heridas de otras prosas. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La tela de araña.”
Roth es el segundo autor que aparece en la sección que dedico en el
blog a mis autores favoritos, por eso a la hora de releer es uno de los
primeros en los que he pensado, porque, efectivamente, “sana las heridas de
otras prosas” y hay que volver de vez en cuando a él porque tiene muchas cosas
que contar y las cuenta extraordinariamente bien.
Este es el primer libro que escribió aunque como tal no se publicó en
un solo volumen hasta 1967, es decir, hasta casi treinta años después de su
muerte. En 1923 se publicó por entregas en un periódico alemán. De hecho el
libro, a pesar de ser una novela corta -apenas138 páginas-, está dividido en 30
capítulos de una extensión bastante similar. Esta estructura creo que lastra un
tanto algunos de sus capítulos que se quedan demasiado cortos cuando el tema o
la escena daban para más.
La historia de su protagonista, Theodor Lohse, es una historia bastante
típica en esos difíciles años. Sale del ejército, se pone a dar clases
particulares al hijo de un acaudalado judío, entra en una sociedad secreta en
la que le obligan a abandonar las clases, denuncia a un amigo, monta su propia
guardia personal para reventar mítines de la izquierda o defender a un barón de
sus jornaleros, vuelve al ejército como teniente, se casa con una joven da
clase alta,…
Todo ese recorrido le sirve a Roth, que por esa época estaba cerca del
pensamiento socialista aunque luego se convertiría en un monárquico
conservador, para hacer una fuerte crítica de su sociedad, del antisemitismo
que se atisbaba, de las diferencias sociales que había y, sobre todo, para
describir cómo iba surgiendo y organizándose un movimiento de extrema derecha
que primero daría el putsch en Munich (de hecho sucedió cuando aún no
estaba concluida la publicación de la novela) y terminaría llegando al poder en
Alemania en 1933, año en que, por cierto, Roth se exilió en Francia, más en
concreto en París conde murió en 1939.
Desde luego hay que reconocerle un cierto carácter visionario y, al
mismo tiempo, una buena descripción de los ambientes en los que se fraguó el
movimiento y del tipo de personajes que se acercaron a él.
Desde otro punto de vista, ya se adivina el buen escritor que sería.
Conciso, con frases cortas pero muy precisas, huyendo de lo anecdótico y yendo
al grano y en este caso con momentos de un cierto expresionismo en un par de
capítulos.
Es una buena novela para iniciarse en el conocimiento de la obra del
autor aunque, obviamente, no sea su mejor libro. En cualquier caso creo que es
uno de los autores que serán considerados clásicos, si es que no lo es ya.
He puesto las imágenes de la edición que tengo, pero también de la que
ha publicado la editorial Acantilado que es la que se puede encontrar en las
librerías.
Joseph Roth, La
tela de araña. Traducción Javier Orduña.
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