Mi afición a la
literatura de viajes está de suerte últimamente. Hace poco dejaba el comentario
de la última publicación de la estupenda viajera noruega Erika Fatland, a la
que ya conocía por su anterior libro ,y hoy comento otro magnífico libro que
supone el descubrimiento de otro gran periodista de aquí al que no conocía a
pesar de que cuenta ya con bastantes publicaciones en las librerías.
Este libro se publicó
en 2005 por primera vez y ahora se reedita. Los viajes que se cuentan los hizo
el autor entre 2000 y 2001 con diferentes formaciones de un grupo de doce
personas que participaron en el proyecto Pangea,
viaje al fondo de los continentes, porque efectivamente se trataba de
llegar a los lugares más bajos sobre el nivel del mar en todos los continentes
con la excepción de la Antártida.
Viajaron al Valle de
la Muerte en Estados Unidos, a la Laguna del Carbón en Argentina, al lago Eyre
en Australia, al Mar Caspio en Rusia, al Lago Assal en Yibuti y al Mar Muerto
en Jordania. De los 15 metros del Lago Eyre a los 411 del Mar Muerto, pero
siempre, en principio, a los auténticos “sótanos” de cada continente.
Izagirre, y esta es
una de sus grandes virtudes, no se limita a hablarnos solo del lugar objetivo
del viaje sino que, muy al contrario, deja un conjunto de informaciones de todo
tipo desde las meramente geográficas, a las sociológicas, políticas, históricas,
etc, además de conversaciones con gentes
del lugar y sin que falte, obviamente, un montón de referencias a las propias
vicisitudes de los viajeros como traslados dificultosos, lugares en los que
pasar la noche,…(por cierto, hay que decir que en general las condiciones
solían ser bastante penosas). La conjunción de todos estos factores es lo que
confiere al libro el gran interés que tiene lo que, unido, desde luego, a la
capacidad narrativa del autor, hacen que estemos ante uno de esos libros de
viajes que hay que leer porque se disfruta de cada lugar y en cada página. Sin
olvidar tampoco el peculiar sentido del humor que despliega a veces.
Sin entrar demasiado
en los diferentes ”sótanos”, sí me gustaría, a modo de ejemplo, dejar
constancia de algunas cosas que muestran muy bien cómo está confeccionado el
libro. Así, por ejemplo, en el viaje al californiano Valle de la Muerte, dedica
bastante espacio a la fiebre del oro desatada en el siglo XIX y también a la
gran presencia de vascos en la zona como pastores. En Australia se centra mucho
en las expediciones que se hicieron el siglo XIX al interior del continente que
es un tema realmente apasionante, también explica el racismo histórico y el maltrato
dado a los aborígenes incluyendo el tema
de la “generación” robada de la que tanto se ha hablado últimamente. Leyendo
este capítulo me han venido a la mente muchas imágenes de los libros del gran
escritor australiano Kenneth Cook del que he leído en menos de un año varios
libros centrados precisamente en el outback
del que tanto habla Izagirre. En Argentina hay poco de aventura y mucho sobre
los argentinos. En Rusia, el capítulo más corto, bastantes críticas a los rusos que viven en la
zona y varias conversaciones. Y termina en Yibuti en el capítulo más duro
climatológicamente hablando, dentro de un viaje en la que el clima siempre es
muy extremo, y también en el que las condiciones de vida de los habitantes son
las peores.
Hay una reseña de
Diego González en fronterasblog.com que aunque es baste corta tiene el interés
de que muestra fotos de algunos de los lugares del libro. Precisamente la única
crítica que yo haría a esta edición del libro es la falta de un apartado
bibliográfico y, sobre todo, de un pequeño reportaje fotográfico de unos
lugares que tiene que ser realmente espectaculares.
Cuando al final del
año haga mi lista de los mejores libros leídos, no faltará este como tampoco el
ya citado de Erika Fatland. Ambos llevan la literatura de viajes a gran altura.
Obviamente, después de
conocer a Izagirre he comenzado otro libro suyo esta vez dedicado al Tour de
Francia. Por lo leído hasta ahora observo que es capaz de desenvolverse muy
bien en otros registros. Gran periodista.
Ander Izagirre, Los sótanos del mundo.
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