Ya de entrada
tengo que decir que esta novela no me ha gustado, se me ha caído pronto de las
manos y me ha dejado de interesar, pero he decidido leerla hasta el final.
Aparentemente se trata de un thriller aunque
yo creo que eso es simplemente un artificio que usa Sanz para hablar de otras
cosas.
La novela está
dividida en tres partes, cada una narrada por un personaje diferente y
ofreciendo un cierto perspectivismo. La primera la narra Arturo Zarco, un
detective privado que, por lo que sé, protagoniza varias novelas de la autora.
La tercera, Paula, la exmujer del detective. Y la segunda una vecina de la casa
donde se ha producido el crimen que pone en marcha la acción, y lo hace a
través de un diario ya que se trata de alguien que se considera una escritora. Hasta
aquí todo bien e interesante.
¿Cuál es entonces el problema? En parte viene de lo que dice Ricardo Senabre en su reseña en elcultural.com:
“La concepción global de la novela era, pues, compleja. Su desarrollo, en cambio, deja cierto regusto de insatisfacción, porque ninguno de los aspectos enumerados acaba de perfilarse adecuadamente. Los personajes son inconsistentes, por más que la autora haya tratado de caracterizarlos con rasgos muy marcados -la homosexualidad de Zarco, la cojera de Paula, la afición del daltónico Olmo a las mariposas, el habla de Yalal, etc.-, e incluso algunos vecinos parecen salidos de la más tópica literatura costumbrista”.
A mí hay
momentos en que me ha recordado a la película La Comunidad de Eloy de la Iglesia por ese costumbrismo, pero sin
la misma calidad. Creo que el hecho de ver a los diferentes personajes
retratados por varias manos sin que, por otra parte, se llegue a perfilar bien
a ninguno es lo que hace que la novela deje de interesar. Hay demasiados
vecinos, demasiadas historias, demasiados problemas y demasiada falta de
concreción. Y hablando de excesos, no sé si es algo habitual en esta escritora,
pero desde luego esa constante en este libro de hacer listas de montones de
cosas ya sean objetos, características psicológicas o hechos, entre otras, a mí me ha puesto nervioso en varios momentos.
En fin, una
decepción mi primer contacto con Marta Sanz.
Tras la lectura
he leído varias reseñas en blogs muy favorables al libro y lo mismo pasa con
los fragmentos que ha seleccionado la editorial para la contraportada.
Marta Sanz, Black, black, black.
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