El libro, dividido en cinco
capítulos que llevan como título cinco de los pecados capitales, tiene dos
componentes fundamentales. Por un lado, la descripción y en parte el análisis
de dos “okupaciones”, una en el antiguo cine Odeón por unos grupos de extrema
izquierda, y la otra en los locales del extinto NO-DO por grupos de extrema
derecha. Los primeros con el objetivo principal de organizar actividades
culturales para la comunidad de la zona, y los segundos para organizar el
reparto de alimentos y ropa a los necesitados del barrio siempre que sean
españoles. El segundo componente clave de la novela es la relación entre Ramiro
y Santiago, que están entre los que lideran cada uno de los grupos. La mayor
extensión en espacio de la novela se la lleva el tema de los grupos, pero la
mayor intensidad la alcanza cuando se centra en esa relación homosexual entre
dos personas de ideologías tan opuestas.
Hay que reconocer que Duval
ha conseguido algo bastante difícil como es evitar caer en el fácil maniqueísmo
de presentar a los “buenos” contra los “malos” y, aunque es cierto que entre
los ocupantes del local del NO-DO sí hay los típicos personajes de esa extrema
derecha violenta y totalitaria, también hay otros que están preocupados por la
situación de la gente, si bien todos coinciden en el rechazo de la inmigración.
También es interesante cómo
ha planteado los orígenes familiares de los dos protagonistas. Ramiro, hijo de
un funcionario de la Agencia Tributaria y de una profesora, mientras que
Santiago, el de extrema derecha, lo es
de un basurero y de una madre ausente.
Más allá de estos contenidos
y de que se trata de una obra en la que además de pasar cosas hay mucho
análisis y crítica detrás, la novela está muy bien escrita y con una gran
fluidez. Hay momentos especialmente logrados como la narración de las
manifestaciones convocadas por ambos grupos que terminan chocando o la relación
entre los dos protagonistas.
Duval tiene un excelente
dominio del lenguaje y un gran conocimiento de los típicos temas de discusión
dentro de la izquierda (no en vano es licenciada en Filosofía). Ahora bien,
ambas virtudes se pueden convertir en pequeños defectos en algunos momentos en
los que el lenguaje es demasiado barroco o el debate ideológico prima sobre la
historia concreta.
Desde luego es un gran inicio
y no creo que tarde mucho tiempo en ofrecernos otra buena obra narrativa.
Por cierto, la novela se
enmarca dentro de una serie, Episodios
Nacionales, que está publicando la editorial Lengua de Trapo de la que
habrá que leer algún texto más porque tiene muy buena pinta.
Hay una entrevista muy
interesante de Daniel Arjona a la autora en elconfidencial.com en la que se plantean con
mucho detenimiento los problemas ideológicos que aparecen en la novela. Es muy
recomendable.
Elizabeth Duval, Madrid será la tumba.
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