Este periodista, corresponsal de El Mundo en Rusia,
ha escrito un muy extenso texto sobre la situación en ese país con especial
atención, por el número de páginas que le dedica, a los conflictos con Ucrania
a partir de las invasiones rusas de 2014 y 2022.
En un libro de 423 páginas en formato grande da para
hablar sobre casi todo, pero Colás se centra fundamentalmente en la situación
de Rusia tras el advenimiento de Putin en el aspecto político principalmente.
He echado de menos un mayor análisis de las causas del gran éxito de este
autócrata y también del sistema oligárquico que ha debido de constituir para
poder mantenerse en el poder tanto tiempo y con tanta facilidad.
De todas formas, hay mucha y muy buena información
sobre el ascenso al poder de Putin, sobre la idea imperial que ha impuesto en
el país y, como ya decía antes, sobre la evolución de la situación interna de
Ucrania y los conflictos con Rusia.
Además de la información de que dispone por sus años
de corresponsal, Colás ha entrevistado a bastantes personas. Así, desde gente
que ha escrito sobre Rusia a columnistas pasando, por ejemplo, por el
convocante en Facebook del Maidán en 2013 (por cierto, creo que es la primera
vez que me entero bien de lo que sucedió en esa plaza).
Desde luego el autor no es muy partidario ni de Putin
ni de lo que está haciendo en Ucrania, algo lógico pues es opinión muy
mayoritaria en occidente.
El libro es muy interesante aunque creo que a veces
resulta un tanto embarullado y falto de cierta sistematización. Esto quizá sea
debido a que de alguna manera Colás se sale del formato periodístico habitual y
hace una escritura más literaria que, por tanto, tiene otro tipo de
necesidades. Por otra parte, también he echado en falta la procedencia de las
citas.
Para terminar, reproduzco un extenso fragmento por lo que tiene de opinión novedosa ya que es la primera vez que leo algo en esta línea:
“Esta guerra, negada por Moscú e ignorada
voluntariamente por muchos rusos, será la tierra negra de remordimiento sobre
la que un día fructificará una nueva Rusia, igual que la culpabilidad por el
nazismo forjó la Alemania que mi generación ha admirado. No se ve, pero ese
remordimiento ruso existe, está en marcha, es cívico, silencioso, modesto y
viene desde abajo. Son rusos llamando por teléfono a conocidos ucranianos para
disculparse. Son grupos de Telegram con miles de miembros donde se organizan
para facilitar el tránsito con comida o transporte a los ucranianos que
escaparon de la guerra por suelo ruso y aspiran a salir hacia Europa por la
frontera norte.” (p. 421)
Xavier Colás, Putinistán. Un país alucinante en
manos de un presidente alucinado.
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