miércoles, 27 de agosto de 2025

Gran descubrimiento

 

Me resulta difícil de entender que, siendo un seguidor de la colección Al margen de la editorial Sajalín, se me hayan pasado nada menos que los tres libros publicados anteriormente de este escritor irlandés. Alguno de los cuales, además, fue premiado en su día.

Kerrigan es un magnífico escritor y tiene dos grandes virtudes: la creación de personajes y de diálogos muy creíbles. Por otra parte, al menos esta novela, resulta enormemente cinematográfico y sobre todo la cuarta parte, y final de las cuatro en las que divide el texto, es tan trepidante como cualquier película buena de acción.

La novela refleja el ambiente de la delincuencia en la ciudad de Dublín con algunos personajes entrañables como su protagonista Danny Callaghan o su amigo Novak. También es original que de los dos sicarios que aparecen uno de le dé el biberón a su bebé antes de irse a trabajar y el otro cuide de su anciana vecina. Otro de los delincuentes es un lector apasionado de El arte de la guerra de Sun Tzu cuyas ideas pretende poner en práctica en su actividad delictiva.

Hay algunas alusiones, pocas para este tipo de novelas, a la situación de Irlanda, eso sí, todas críticas, y apenas hay apariciones de policías.

Kerrigan tiene un magnífico estilo y una buena estructura del relato dividido, como decía antes, en cuatro partes; utiliza la tercera, Al principio, para narrar algunos antecedentes que sirvan para entender mejor la historia.

Es uno de esos libros que cuesta trabajo dejar de leer, que estás esperando para ver qué les ocurre a los personajes y hacia dónde transita la historia. Desde luego, un libro que anima a hacerse lo más pronto posible con más obras del autor. Una gozada.

 

Notas sin importancia. Por un lado, me ha sorprendido ver tres erratas, algo muy difícil de encontrar en los textos de Sajalín. Por otra parte, el copyright es de 2013 y el libro figura como publicado originalmente en Gran Bretaña en 2009 lo que resulta algo extraño.

 

Gene Kerrigan, Días sombríos. Traducción Ana Crespo.

 

 

 

 

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