Lo primero que hay que
hacer es agradecer a la editorial Anagrama la buena idea de reeditar este libro
que, escrito en 1998, publicó por vez primera en 2004.
El libro, como reza en
el subtítulo, está dedicado a la generación que empezó a dirigir películas en
los años setenta del siglo pasado y que, de muchas maneras, cambió tanto la
forma de hacer cine como la de producirlo. Nombres como los de Altman, Beatty.
Bogdanovich, Coppola, Hopper, Lucas, Scorsese o Spielberg, entre otros, son el
objeto principal, aunque no único, de este magnífico “tochazo” de 572 páginas
de texto más otras cien de interesantísimos apéndices.
Su autor ha trabajado
como periodista en revistas especializadas y ha escrito también para los
principales diarios de su país.
El libro se basa en
cientos de entrevistas con los personajes que aparecen, con sus esposas, con
directivos de las productoras, con guionistas, con algunos actores, etc.
Biskind utiliza todo ese material de forma que prácticamente en cada fragmento
del libro hay alguna o algunas frases entrecomilladas de las que, además, deja
constancia de su procedencia en el apéndice de notas.
El eje del libro lo
forman los directores y, por lo tanto, se escribe y se analizan muchas
películas desde Easy Rider, M.A.S.H. o La última película
al principio, hasta Apocalypse Now o Toro salvaje al final,
pasando por El padrino o Taxi Driver en la parte intermedia.
El texto está dividido
en 14 capítulos. Cada uno está centrado en una película y un director, pero, al
utilizar un sistema cronológico, también se narran cosas que estaban sucediendo
en otras producciones.
Obviamente, es prácticamente imposible en un comentario como este poder hablar del contenido del libro con algo de profundidad. Bisikind desde luego no se corta al hablar de los problemas de los directores y el sexo, las drogas, los matrimonios y los divorcios o los adulterios están presentes casi en cada página. También los caracteres de muchos de ellos que, por lo general, no salen muy bien parados. En el siguiente fragmento hay una buena síntesis de esto:
“Siempre he sentido que los directores tienen algo autodestructivo”, dice Ned Tanen -que no se queda atrás en esta materia- al contemplar el lamentable espectáculo de los directores del Nuevo Hollywood cayendo en tropel, llegan abajo todos amontonados: carreras arruinadas, matrimonios destrozados, amistades rotas, y la vida convertida en una auténtica ruina”. (p. 492)
Dedica mucho espacio a los problemas entre guionistas, productores y directores. Esta es la parte que menos he podido seguir por mi desconocimiento de la inmensa mayoría de los personajes, aunque, eso sí, me ha servido para formarme una idea de las dificultades de poner en marcha un proyecto y de llevarlo a un buen final. Dificultades entre las que las económicas no eran las menores. Un ejemplo:
“(…) ni siquiera había
dinero para camerinos, Los ayudantes de producción tenían que ir de puerta en
puerta ofreciendo a los lugareños cinco y diez dólares para que les permitieran
usar el baño y las estrellas pudieran ponerse sus trajes”. (p. 275)
(Era una película de Robert Altman en su plenitud).
Solamente un par de
cosas más. Sabía de la importancia del montaje, pero nunca me imaginé de hasta
qué punto lo es. Hay muchos ejemplos en el libro de películas que cambiaron
totalmente tras volver a montarse. Me ha llamado la atención el respeto casi reverencial
que muchos directores tenían del cine europeo en general y del francés en
particular. Finalmente, parece mentira que gentes como Lucas, Coppola,
Bogdanovich, llegaran a arruinarse.
Un libro muy
recomendable en general e imprescindible para aficionados al cine. Además, está
muy bien escrito y con una agilidad narrativa realmente notable. Un gran libro.
Peter Biskind, Moteros
tranquilos, toros salvajes. La generación que cambió Hollywood. Traducción
Daniel Najmías
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