jueves, 28 de octubre de 2010

Un relato en el que está todo Roth

Escrito en 1935, es decir, al final de su carrera, este breve relato, no llega a 60 páginas con letra grande, refleja muy bien las claves del pensamiento de Roth sobre la monarquía austro-húngara presentes a lo largo de su obra. Muy recomendable para quien no haya leído nada del autor porque también recoge perfectamente su peculiar estilo de escritura.
Recuerdo que J.Roth inauguró la sección de mis autores favoritoss.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Una novela con un protagonista poco habitual: el comunismo


Novela que de alguna forma supone la rendición de cuentas con “la gran utopía del siglo XX, ese proceso en el que muchos invirtieron sus esperanzas y tantos hemos perdido sueños, años, y hasta sangre y vida” (de la nota de agradecimientos del autor). Relata el asesinato de Troski o, para ser más exactos, la peripecia tanto de Ramón Mercader como del propio Troski desde 1936 hasta 1940. Contada por un narrador cubano con alusiones a 1977, mediados de los 90 y 2004 lo que da pie al autor para reflejar, de forma muy crítica, distintos aspectos de la realidad de la isla.
Demuestra el autor una muy buena preparación de la obra pues las referencias a la guerra civil española, a los procesos de Moscú, etc. están hechas de forma muy rigurosa. También los lugares en los que se desarrolla la acción como Barcelona, París, Moscú, Ciudad de México están muy bien retratados y, por encima de todo,los personajes en su mayoría históricos tienen un gran aire de verosimilitud.
Novela, pues, muy recomendable sobre todo si se tiene interés por conocer muchos de los entresijos de lo que supuso el comunismo en el siglo XX. De ponerle algún pero, lo haría a su excesiva longitud, 570 páginas, aunque sería difícil decidir por dónde habría que cortar.
Por cierto, el autor es un cubano especializado en novela negra y, lo más importante, que reside y siempre ha residido en la isla.

martes, 26 de octubre de 2010

Un efecto (in)deseado de la actual crisis económica

Las diferencias entre los países desarrollados, los tradicionalmente llamados ricos, y el resto se han empezado a acortar. Esto se produce por el fuerte crecimiento de muchos de los países en desarrollo y la recesión, estancamiento o escaso crecimiento de los desarrollados. El hecho de acortarse las diferencias debería ser bien visto por el pensamiento de izquierdas y, sin embargo, no siempre es así. Voy a intentar explicar el porqué.
El PIB del mundo es una cifra determinada y constituye la tarta a repartir entre todos los que habitamos el planeta. Esta tarta crece un tanto cada año, pero como también lo hace la población mundial, no es mucho lo que aumenta la cantidad a repartir. Si se quiere que el mundo sea más justo, la parte de la tarta que hoy se quedan los países desarrollados tiene que disminuir considerablemente y pasar a repartirse entre los habitantes de los países en desarrollo. Esto es, dicho sin ambages: unos tenemos que vivir peor si queremos que otros lo hagan mejor mientras no se produzca un fuertísimo, y al mismo tiempo constante, incremento de la tarta lo que, hoy por hoy, no parece previsible.
Esta idea no suele aparecer en los análisis de los especialistas occidentales pues sus consecuencias son bastantes obvias: lo que hoy sucede es malo para unos pero muy bueno para otros. Mucho menos se ve en los que se hacen desde la izquierda. En este caso se habla del dumping social *que se practica en los llamados países pobres. También se insiste en seguir proponiendo la ayuda del famoso 0,7% del PIB, por no querer reconocer que la verdadera ayuda consistiría en la apertura comercial a los productos más baratos, y en muchos casos mejores, provenientes de esos países. Claro, como ésta es una idea liberal se desecha por razones ideológicas, aunque detrás está la defensa de millones de puestos de trabajo que se perderían de hacerse efectiva la eliminación de los aranceles. Puestos de trabajo que se crearían en otros lugares del mundo.
Caída del PIB, aumento del paro, disminución de los gastos sociales, fuerte endeudamiento del estado que tendrán que pagar las generaciones futuras, bajadas salariales,… son algunos de los efectos de la actual crisis económica en las economías industrializadas. Mientras tanto en otro grupo de países el PIB aumenta y su situación mejora. Es la primera vez que sucede algo así desde que se produjo la revolución industrial. Algo empieza a cambiar; tardará mucho en alterarse el actual modelo de desequilibrio de riqueza a nivel mundial pero estoy convencido de que lo hará.

*Dumping social. El dumping es una práctica prohibida en el comercio internacional que se produce cuando una empresa vende fuera de su país a un precio inferior al de su coste de producción. Por analogía, se empezó a hablar de dumping social en referencia a los trabajadores de los países del tercer mundo por sus bajos salarios pero, sobre todo, por la ausencia de coste alguno por la seguridad social lo que les hacía, y hace, más competitivos.
Sobre este tema me gustará volver en una próxima nota.

viernes, 22 de octubre de 2010

¡Viva el alcalde de Valladolid!

¡Qué tío, qué gracejo, qué ocurrente, qué chispeante! Este es uno de los ejemplos por los que llego a dudar de cómo se hace la selección de los políticos en este país. ¡Ah! Y a estas horas, Mariano sigue con su siesta.
Tengo mi opinión sobre la valía profesional y política de Leire Pajín (sin demasiado conocimiento por mi parte) y, desde hoy, también la tengo sobre la catadura moral y el valor político del susodicho alcalde. Sobre la profesional, es ginecólogo, no puedo opinar por el momento.
Hace unos días, Alfonso Guerra hizo una penosa alusión a Trinidad Jiménez como la señorita Trini y, como es lógico, mucha gente de su propio partido se le echó encima. Esta vez sólo Ana Mato ha reaccionado hablando de grosería impresentable. Una vez más es una pena este tipo de actitudes en un partido que seguramente será el que nos gobierne dentro de poco.
El alcalde de Valladolid (¿pero este tío se habrá mirado alguna vez en un espejo?; yo después de verlo en la televisión omito, como él con la ministra, lo que a mí me sugiere), como Antonio Burgos, Alfonso Ussía, César Vidal(1)…, son un conjunto de personajillos que representan lo peor de la derecha española: faltones, irrespetuosos, machistas, groseros, casposos, etc.
Estos días se insiste con frecuencia en la inexistencia electoral de la extrema derecha en España, cuando en varios países europeos supone entre el 10% y el 20%. Evidentemente, la respuesta es obvia. Lo peligroso es que quien recibe esos votos esté dispuesto, además, a ganárselos.
(1) Incluyo aquí a tan sesudo y prolífico intelectual por haberle oído en su antiguo programa de La Linterna en la COPE la siguiente gracieta: “ Yo, si me encuentro con Pedro Zerolo, procuraré no darle la espalda” y eso sin saber si a Zerolo le gustan los tipos con el gran atractivo físico de don César.

martes, 19 de octubre de 2010

El primer libro que conozco sobre los campos de concentración de los jemeres rojos


Impresionante testimonio el de esta mujer que perdió a su marido y a su hija de siete años en los campos de la muerte. Primer libro de estas características que conozco sobre el régimen de Pol Pot. Con otro planteamiento, más teórico y descriptivo, he leído: Camboya. El legado de los jemeres rojos del periodista aragonés Mark Aguirre publicado el año pasado por El Viejo Topo.
El testimonio de El infierno de los jemeres rojos tiene como característica esencial el ser muy descriptivo de la vida cotidiana de aquellos que fueron enviados al campo para convertirlos en el ideal del nuevo régimen: campesinos. No habla de torturas físicas, ni de asesinatos, que se producían en los campos de reeducación que es de los que más se ha escrito. La ausencia de este tipo de violencia física no elimina nada del horror de lo que se nos está relatando y, sobre todo, nos puede llevar a hacernos una mínima idea de lo que debía de ser la vida en los otros campos.
Sobre este tema existen tres documentales fundamentales de la serie Corría el año, Pol Pot y los jemeres rojos , y otro también muy interesante de Canal de Historia, Viaje a los campos de la muerte. Además, lógicamente, de la conocida película Los gritos del silencio.Tanto el libro como los documentales y la película son absolutamente recomendables.
Es una pena lo poco que se publica en España sobre lo que ha sucedido en Asia y en África.
Hoy, 30 de octubre se publica el artículo de Antonio Muñoz Molina sobre el libro.
En Babelia (El País, 13/11) entrevista con la autora y crítica del libro.
Acabo de ver el documental: ">S21.La máquina roja de matar que cita Denise en la entrevista. Realmente impresionante en la línea de Shoah de Claude Lanzman.

sábado, 16 de octubre de 2010

Un par de frases sobre el racismo

Después de todo, ser blanco es, más que una cualidad especial, una carencia de pigmentos, y no es razón suficiente para que unos tipos que han inventado la pólvora pretendan ser superiores a todo el mundo y se crean con derecho a perturbar otras actividades mucho más interesantes, como la danza o la música.

Boris Vian, La hierba roja

De algún modo compadezco a los racistas y a los fanáticos religiosos, por lo ignorantes que son respecto a la humanidad, y merecen cierta compasión. Pero luego mi corazón se endurece y decido odiarles más, por la desdicha que causan y las despreciables excusas que alegan para hacerlo.

Christopher Hitchens, Cartas a un joven disidente.

Un gran escritor indonesio


Conocí al autor en 1992 cuando se publicó El fugitivo la primera obra que se tradujo de él. Me impresionó por su ambientación y su historia. Hasta el 2003 no se inició la publicación de su principal obra: El cuarteto de Burú por la editorial Destino. Más tarde supe que Txalaparta había empezado a publicar el cuarteto en 1997, de hecho los dos últimos tomos los he leído en esa traducción. En fin, lo importante es que se trata de un escritor de primerísimo nivel. Con una enorme sensibilidad, unas historias originales y muy bien contadas y unos personajes que se alejan de lo habitual para un lector occidental. De ideología nacionalista y opuesto por tanto al dominio holandés, pasó varios años en la cárcel donde escribió o concibió varios de sus libros. Este tema del nacionalismo aflora en todas sus libros de forma más o menos explícita pero siempre sin estridencias. Esta Joven de la costa es una extraordinaria pequeña obra con mucho de melodrama pero con la sensibilidad típica del autor.

jueves, 14 de octubre de 2010

¿Qué está pasando con la información?

Como se puede ver a lo largo de estos Andamios, soy un gran admirador del periodismo y de los periodistas, así como un seguidor de los medios de comunicación; hoy por hoy más de la radio que de ningún otro. De un tiempo a esta parte vengo observando una degradación paulatina pero constante consistente en la trivialización de la información, la importancia dada a aspectos de la realidad casi irrelevantes, las campañas organizadas de todo tipo, el abusivo uso del rumor, etc. Veamos algunos ejemplos.
-El mundial de fútbol celebrado en Sudáfrica. Sin negar la importancia deportiva que pueda tener e incluso la emocional para un sector de la población, también me parece innegable que dedicarle horas y horas de información no estrictamente deportiva, que abrir noticiarios con imágenes de goles de diferentes partidos, que hablar de héroes, victoria épica y un largo etcétera de despropósitos, demuestran bien a las claras de qué medios de información disponemos. Y lo anterior sucede tanto en prensa escrita como en radio o televisión.
-Las primarias de PSOE de Madrid entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. Cuando salió por primera vez la posibilidad de que se celebrasen estábamos en plenas vacaciones de verano y, por lo tanto, escasos de noticias, lo que no justifica, pero al menos explica en parte, las horas dedicadas al tema. Ahora bien, cuando se acaban las vacaciones y se reinicia el curso político no se redujo el tiempo dedicado a tan poco relevante fenómeno. ¿Alguien en su sano juicio mental y/o político piensa que se trata de un tema tan crucial para la política española o siquiera para la madrileña? Esto además de otras cosas es una demostración palpable de cómo cuesta terminar con un estado centralista, en este caso de la información. Todo ello obviando el hecho de que la gran y única diferencia entre ambos consiste en tener en cuenta o no el resultado de una encuesta.

-El caso Belén Esteban o la ocupación de horas y horas de espacios de entretenimiento por tan curioso personaje y sus diferentes cuitas. Aquí, obviamente, Telecinco se lleva la palma, pero otras emisoras de televisión, programas de radio y, desde luego, la totalidad de las revistas del “hígado” han copado sus informaciones con las vicisitudes de su “vida”. Es cierto que estoy hablando de todo un género periodístico enormemente especializado, con opinadores profesionales sin preparación alguna como no sea la de tener una amplia agenda en su teléfono móvil o su fácil manejo de los sms. En todo caso, lo más impresionante de todo esto es que no se produzca el hartazgo de las audiencias sino que, bien al contrario, suban y suban como la espuma.
Tres ejemplos que muestran bien a las claras, en mi opinión, cómo informaciones que pueden tener un sitio terminan ocupando un espacio exagerado sin que se sepa (yo al menos lo desconozco) por qué sucede esto. Al mismo tiempo podría poner varios ejemplos de otros temas que pasan prácticamente desapercibidos, demostrando con ello la poca importancia que realmente se da a la Información, sí, así con mayúsculas.
Dejo para otro momento otro aspecto importantísimo de la actualidad de la información. Se trata de la existencia de medios cuya única y estricta finalidad es la caída de un gobierno y de una ideología. Es evidente que todo medio tiene su línea editorial y sus carencias de objetividad, su barrer para casa en una palabra, pero de lo que hablo es de medios a los que la información les trae al pairo y lo que pretenden es convertirse en abanderados de ideologías y grupos políticos. El caso del estadounidense tea party es paradigmático y tiene entusiastas seguidores en España.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Intentando profundizar en los Balcanes


Hace apenas un mes intentaba hacer lo mismo con los países bálticos con el resultado que comentaba estos andamios. Pues bien, me ha vuelto a suceder lo mismo. Un libro que consiste en la recopilación de diez textos de diferentes autores de los que sólo dos merecen la pena y ayudan a comprender mejor los problemas de aquella conflictiva zona. Son los que plantean la situación política y económica de la región en estos principios del siglo XXI. Los demás resultan en su mayoría confusos y prolijos. Una pena porque hace ya tiempo que tengo interés en la zona desde que en 1995 leí La trampa balcánica de Francisco Veiga.

lunes, 11 de octubre de 2010

Mis autores favoritos IV: Ryszard Kapuscinski

Le toca el turno a Riszard Kapuscinski. Es el primero que no es novelista y no será el último. Se trata de un grandísimo periodista o, mejor, de un grandísimo escritor que coge la realidad como motivo sin necesidad de inventar. En este sentido ha habido recientemente una cierta polémica sobre alguno de los aspectos de su obra pues se decía que podían haber sido inventados. Yo desde luego no creo que sea así aunque tampoco me preocupa especialmente.
Periodista de gran sensibilidad y con una gran capacidad de transmitir las informaciones y las emociones.
Si tuviera que elegir entre los títulos que he puesto (creo que sólo me falta por adquirir el último) elegiría: Ébano, El Sha o la desmesura del poder y Un día más con vida. Éste me parece un libro monumental por su poder evocador de un lugar y unas circunstancias, seguramente es lo mejor que ha escrito el autor.
Tengo que decir que a mí me ha enseñado mucho sobre África y, sobre todo, sobre el ser humano y sus virtudes y miserias, pero además, me ha hecho pasar momentos apasionantes. Cada vez que veía en una librería un libro suyo me venía un "subidón" y acudía rápido a adquirirlo. Esto no es fácil que pase con muchos autores; con éste sí.
Cualquiera de sus libros es recomendable y hay que agradecer a la editorial Anagrama la publicación desde 1987 de lo fundamental de su obra.
En Babelia (El País 13/11) crìtica de la biografía de Kapuscinski.











Continúa La Trilogía Transilvana


Segunda parte de la trilogía que, lógicamente, continúa la historia con los mismos personajes y parecidas situaciones. Estamos ahora en torno a 1908, año de la anexión de Bosnia por parte de Austria y con ello aparecen los temas de política internacional tan queridos por el autor que, unos años después, fue ministro de Asuntos Exteriores. En algún momento el ritmo y el interés de la novela decaen, se hacen demasiado premiosas las descripciones de los problemas políticos, por otra parte tan difíciles de entender en su totalidad, pero, de repente, vuelve a tomar altura e interés, los personajes ganan en intensidad, se empieza a devorar páginas de nuevo. Además, las descripciones de los bosques, de la caza, etc. son realmente magníficas. En fin, pronto tendré ocasión de leer la tercera parte; veremos cómo resuelve las distintas situaciones planteadas.

martes, 5 de octubre de 2010

Sigo descubriendo autores húngaros


Por casualidad compré este libro en mi última visita a Madrid fijándome en su país de procedencia (ya he dicho alguna vez en este blog que soy un seguidor de los autores de Europa central y oriental). Se trata de una novela corta en extensión pero de gran profundidad psicológica. A mí su lectura me ha entristecido sobre todo por alguno de sus personajes y situaciones. Es un libro escrito a principios de los años 20, por tanto más o menos por la misma época en que lo hacía Bánffy quien, por cierto, creo que es un personaje citado en un momento del libro. Asimismo, es un buen reflejo de la vida en una pequeña ciudad de provincias.

lunes, 4 de octubre de 2010

Interesante artículo sobre educar de Javier Cercas

PALOS DE CIEGO
Lo que no saben hacer los imbéciles
JAVIER CERCAS 03/10/2010


El número de septiembre de la revista Letras libres contiene una interesantísima correspondencia entre el escritor J. M. Coetzee y Arabella Kurtz, profesora de psicología en la Universidad de Leicester. El hilo conductor de ese diálogo es la vindicación que Coetzee hace de la empatía, entendiendo por tal cosa la capacidad de identificarnos imaginativamente con otra persona, de meternos en su cabeza y en su piel, de ver el mundo como ella lo ve: una capacidad que Coetzee parece valorar casi tanto como nuestra capacidad de razonar. Esa vindicación permite a los dos interlocutores discurrir acerca de asuntos diversos, sobre todo acerca de la paternidad y la educación, lo que resulta particularmente instructivo en el contexto español. Quiero decir que en España el debate sobre la educación parece a menudo encallado en el debate sobre la autoridad, o más bien sobre la crisis del concepto de autoridad, que se traduce en la falta de autoridad de padres y profesores; pero, formulado en esos términos, el debate es, me parece, desoladoramente pobre, si no inútil, porque el problema no es si padres y profesores deben ejercer la autoridad –cosa que debería darse por descontada–, sino cómo pueden o saben o quieren ejercerla. Pues bien, respondiendo a la visión trágica que Coetzee tiene de la paternidad –“Es parte de la tragedia de la paternidad que el amor de los padres no se reconozca como amor”, escribe; “es decir, que el amor entre padres e hijos es unilateral”–, afirma Kurtz: “Hablando como hija, pienso que cuando un padre ama a sus hijos, cuando intenta entenderlos y cuidarlos en sus propios términos y no se relaciona con ellos a partir de sus necesidades personales, esto es percibido como amor, incluso desde una edad muy temprana. Hablando como madre, pienso que algunas veces es tremendamente difícil amar a tus hijos de este modo”.

Me parece exactísimo: la cuestión no radica en ejercer la autoridad sobre un niño –esto sabe hacerlo hasta un imbécil–, sino en ejercerla después de identificarnos imaginativamente con él, de meternos en su cabeza y en su piel, de ver el mundo como él lo ve, y de hacerlo todo ello en función de sus necesidades y no de las nuestras; esa es sin duda una operación difícil, pero también una forma de que la paternidad se parezca un poco a lo que era para Kafka, que nunca tuvo un hijo: “Lo máximo a que, a mi parecer, puede aspirar una persona”. No todo el mundo tiene esa capacidad de empatía, sin embargo, o no todo el mundo está dispuesto a realizar ese esfuerzo. En 1966 el dramaturgo Arthur Miller tuvo un hijo con síndrome de Down; recién cumplidos los 51 años, Miller juzgó que aquel hijo, de nombre Daniel, desbarataba su proyecto vital, y a los cuatro días de su nacimiento lo ingresó en un orfanato, lo borró de su vida y no volvió a verlo hasta que 29 años más tarde, al terminar un acto público en el que él acababa de hablar en defensa de un discapacitado mental acusado de asesinato, su hijo abandonado subió al escenario, le dijo quién era y lo abrazó. La historia de Miller es conocida; no menos conocida es una historia opuesta. Tres años antes de que naciera el hijo deficiente de Miller, nacía el hijo deficiente del novelista Kenzaburo Oé; se llamaba Hiraki y era hidrocefálico y autista, y los médicos aconsejaron al padre dejarlo morir. Por entonces Oé acababa de cumplir 28 años y tenía una vida y una carrera literaria prometedoras por delante, pero no aceptó la sentencia de los médicos, y, tras una operación, su hijo siguió viviendo. A partir de aquel momento Oé dedicó exclusivamente su vida a cuidar a su hijo, y sus obras a tratar de entenderlo (y a tratar de entenderse a sí mismo a través de su hijo); a este doble empeño se debe quizá que Hiraki Oé sea ahora mismo un reconocido compositor musical y se debe sin duda que Kenzaburo Oé sea uno de los grandes narradores vivos, porque muchos de sus libros –entre ellos obras maestras como Una cuestión personal o como Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura– constituyen un salvaje esfuerzo moral por asumir su responsabilidad en el destino de su hijo y un esfuerzo imaginativo asombrosamente logrado por ponerse en la piel de su hijo.

Es dudoso que Kenzaburo Oé hubiera llegado a ser el enorme escritor que es sin haber aceptado con plenitud a Hiraki Oé; es un hecho que, a partir de mediados de los sesenta, cuando fue incapaz de aceptar a Daniel Miller, Arthur Miller entró en decadencia y dejó de ser el enorme escritor que había sido. Me disculpo: quizá es abusivo, o simplista, establecer una relación de causa y efecto entre la irresponsabilidad moral y la decadencia artística de un escritor. De hecho, quizá es irresponsable hablar de irresponsabilidad moral. Puede ser. Pero, si tiene razón Savater y todo lo que cuenta en la ética es el reconocimiento de lo humano por lo humano y el deber íntimo que nos impone, entonces quizá no lo es. Porque quizá no hay ética sin empatía.

viernes, 1 de octubre de 2010

Más poesía: Benedetti recitando a Benedetti

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Para mí dos grandes poesías que son además muy conocidas. Ambas han tenido gran influencia en lo que me ha sucedido en los últimos años. Me atrevería a decir que sin ellas algunas cosas, si no todo, hubiesen sido distintas. Gracias una vez más amigo Mario que me has ayudado tantas veces sin tú saberlo a arreglar mi vida.

Descubriendo a otro clásico


Me ha producido una gratísima sorpresa la lectura de Los días contados, primera parte de la Trilogía transilvana de Miklós Bánffy. No tenía ni idea de la existencia de este escritor que creo que puede compararse a Zweig y, al menos en lo que a capacidad narrativa se refiere, a Tolstoi. Es cierto que me costó más de cien páginas entrar en su universo pero una vez dentro he estado varios días tan magnetizado casi como con Ana Karenina, con la que comparte ambientación, temas, descripciones, etc. Esta primera parte de la trilogía se desarrolla en torno al año 1905. Muy interesante es ver la dura visión que un noble húngaro (Bánffy era conde) tenía de la nobleza. Un problema que puede presentar su lectura son las referencias a la situación política por el desconocimiento de la misma y la dificultad de desentrañarla una vez obtenida alguna información. El libro fue escrito a principios de los años 30 del siglo pasado.
Pronto me pondré con el segundo volumen que espero no defraude las expectativas que, ahora sí, pongo en él.

domingo, 26 de septiembre de 2010

También algo de poesía














No soy un gran aficionado a la poesía. Siempre me ha costado y me sigue costando enfrentarme a ella. He leído con placer a Benedetti, Miguel Hernández o Ángel González pero me falta continuidad. Este libro de sonetos de Joaquín Sabina, aunque es del 2001, lo ha leído estos días y he disfrutado mucho. Este hombre, nueve días más viejo que yo, es un verdadero artista. Si compone grandísimas caciones también es capaz de, con su peculiar estilo, escribir margníficos sonetos. Dejo una muestra de ello.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Alguna propuesta más de jazz

















Tres pianistas de muy distinta índole: un clásico entre los clásicos, Tristano (años 40 y 50); un sueco, Svensson (fallecido en 2008 con 44 años) y una israelí, Fort ambos reflejo de la evolución del instrumento en los últimos años.
Más clásicos: la trompeta y la voz del Baker y dos grandes clarinetistas como DeFranco (acompañado al piano por el "malabarista" Peterson) y Giuffre.
Y como traca final el maravilloso dúo que forman Keith Jarret y Charlie Haden con unas extraordinarias versiones.

Crítica a Zapatero por su apoyo a Sarkozy

.ELPAIS.com Edición impresa España.
Frivolidad
JOSEP RAMONEDA 23/09/2010


¿Qué es más grave, que el presidente Nicolas Sarkozy ordene la expulsión sistemática de los gitanos de Francia o que la comisaría Viviane Reding cometa una descortesía diplomática al censurar al Gobierno francés por esta decisión? Para el presidente Zapatero las palabras subidas de tono de la comisaria europea son más reprobables que el miserable ataque a los gitanos del presidente francés. ¿Convicción? ¿Frivolidad? ¿Cobardía?

Con su apoyo a Sarkozy en la expulsión de gitanos, Zapatero ha tocado fondo ideológicamente
No quiero creer que Rodríguez Zapatero apoye a Sarkozy por convicción. Hay razones para pensarlo, no en vano Zapatero es responsable del blindaje de las vallas de Ceuta y Melilla, que envían a los inmigrantes del mundo subsahariano el terrible mensaje de que la muerte es el peaje que Europa exige para entrar en ella. Pese a ello, no puedo creer que Zapatero apoye por convicciones ideológicas el patético ensayo de limpieza étnica ordenado por Sarkozy. Es cierto que los bandazos ideológicos de Zapatero hacen difícil seguir su evolución. Es cierto también que Zapatero es un presidente en apuros y ya se sabe que el pánico a la derrota ciega a los que tienen poder. Al tiempo que despierta su interés por las llamadas del populismo. Pero pese a todas estas razones, sigo queriendo creer que Zapatero no apoya a Sarkozy por convicciones ideológicas y morales.

¿Por qué le apoya entonces? Por una suma de frivolidad y cobardía. Viviane Reding lo ha descrito con nitidez: "No se puede echar a un grupo étnico de un país". En vez de defender a la comisaria europea, que ha tenido el coraje de acusar de violación de este principio fundacional de la Unión al Gobierno de uno de los grandes de Europa, Zapatero se acurruca ante el poderoso Sarkozy. ¿Por qué? Porque le debe demasiado. Sarkozy metió a Zapatero en el G-20, sabiendo que con ello se lo ganaba para siempre. Y así ha sido. Zapatero es sarkodependiente. Y esta dependencia le impide ver que es más importante defender los valores democráticos de un atropello innoble como el de Sarkozy, que hacer de figurante en las reuniones de los grandes.

Da la impresión de que Zapatero agotó todo su coraje en su primera decisión: la retirada de las tropas de Irak. La respuesta de Estados Unidos a aquel gesto de elemental razón democrática, anonadó al presidente. El ejercicio del poder hizo el resto. Nunca más se ha atrevido a dar un paso valiente. Y se metió en una empresa tan equivocada en los conceptos como vacua en los resultados -la Alianza de Civilizaciones- para poner a buen recaudo su conciencia cada vez que le entraba el vértigo del riesgo.

La decisión de Zapatero -y de la mayoría de sus colegas- de apoyar los desmanes del presidente francés testifica obviamente del mal estado de la Unión Europea, que vive un momento de plena desagregación en que los Gobiernos estatales vuelven a comer terreno a la Comisión. Sería una excepcional noticia que la comisaria Reding consiguiera realmente que Europa sancionara a Francia como corresponde por algo que choca frontalmente con la idea de una Unión Europea nacida, precisamente, para que no volvieran nunca más los odios étnicos, la furia contra el otro.

Pero, además, Zapatero deja en mal lugar a España, donde la convivencia con los gitanos se ha llevado siempre de manera muy razonable. Y obliga a preguntarse si es que el presidente contempla la posibilidad de ordenar actuaciones parecidas a las emprendidas por su amigo francés. Del líder de la oposición, Mariano Rajoy, ya sabemos que sí. Con su defensa de Sarkozy, Rodríguez Zapatero da coartada a una oposición ávida de exhibir palo contra el débil. Al mismo tiempo, el presidente aumenta el estado depresivo de su partido. El PSOE, como toda la izquierda europea, vive un momento de gran desconcierto ideológico. En silencio, ha aceptado que se aplicaran a la crisis las recetas de los mercados y de las grandes corporaciones y que la política del Gobierno renunciara a su autonomía. Ahora, en silencio, tiene que asistir a algo que repugna al ideario de cualquier partido democrático y de izquierdas: la validación de unos actos de humillación sádica del paria por espurios intereses partidistas.

Con su incapacidad para conducir y controlar el relato de la narración de la crisis, Zapatero había tocado fondo políticamente. Con su apoyo a Sarkozy en el lamentable episodio de los gitanos ha tocado fondo ideológicamente. "Es legal", argumentó el presidente. ¿Hay que explicarle al presidente que legal, en el caso que lo fuera, no significa que sea defendible ni moral ni políticamente?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Intentando conocer un poco los países bálticos


Estos tres países que forman la Europa báltica son grandes desconocidos. Apenas aparecen en los libros de historia tras la Primera Guerra Mundial para desaparecer de nuevo tras la Segunda. Nuevamente se vuelve a hablar de ellos al hacerse otra vez independientes tras la desaparición de la URSS. Este libro se dedica a esta última etapa que, por otra parte, a mí me interesaba especialmente. La caída de los regímenes comunistas y la aparición de nuevos estados es una tema que me parece apasionante pero que, salvo en el caso de la antigua Yugoslavia y por razones obvias, está muy poco tratado o, mejor dicho,hay poca bibliografía en castellano. Este libro cubre en parte esa laguna aunque como suele ser habitual en los libros escritos por profesores de universidad, resulta farragoso y poco claro en muchos aspectos de la evolución política y económica. Peca además de un exceso de dedicación al proceso de integración en la UE. En cualquier caso es de lo poco que yo conozco y resulta útil como una primera aproximación.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un premio Nobel que se permite dudosas licencias


Experimento de Coetzee en mi opinión totalmente fracasado. Se trata de conjugar en la misma obra una serie de Opiniones contundentes con una historia. Para ello divide la página en dos partes: en la de arriba refleja las Opiniones y en la de abajo, a su vez dividida en otras dos partes, la historia según la visión del profesor autor de las mismas y la encargada de mecanografiarlas. El problema es que ni las opiniones ni la historia llegan a interesar en ningún momento, sobre todo la segunda. La verdad es que Coetzee es un autor singular que no se suele repetir en sus libros y que, desde luego los que yo he leído, siempre ofrece visiones e historias originales con mucha calidad litararia. No obstante, creo que aquí "se ha pasado".

viernes, 17 de septiembre de 2010

Imprescindible para seguidores de la serie


No hace mucho publicaba la portada de este libro junto con los dos dedicados a la otra gran serie de la HBO, Los Soprano. Ya leído, lo recomiento encarecidamente a todos aquellos que hayan estado durante sesenta horas disfrutando de esta grandísima serie o, mejor dicho, de esta grandísima película. Tiene una interesantísima introducción del guionista David Simon y un conjunto de artículos que, excepto uno, merecen mucho la pena y aportan datos e interpretaciones que ayudan a gozar recordando la serie y animando a una nueva visión, sobre todo ahora que acaban de editarse en DVD las cuatro primeras temporadas.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Algunas frases sobre el, ¿ineludible?, compromiso

Está el que se derrumbó junto con el muro de Berlín y probablemente nunca se volverá a enderezar ni tendrá ánimo para enderezar a los demás. Sigue considerando que el mundo es injusto pero ha terminado por convencerse de que un cambio esencial es inverosímil. Basta de utopías, rezonga. Su escepticismo lo paraliza. (...) Está el que transmuta su escepticismo en resentimiento, y el resentimiento en oportunismo, y hoy se lo ve muy campante en tiendas conservadoras.

Mario Benedetti, Andamios


Comprendo que cueste rehacerse, desafiliarse de la mezquindad, forcejear con el egoísta que todos escondemos en algún recoveco de la achacosa almita. Pero claudicar no trae sosiego. Si se acabó la época de las grandes arengas, pues habrá que hacerlo boca a boca (...), dialogar, intercambiar dudas y ansiedades, desmantelar el fariseísmo.

Mario Benedetti, Andamios


—Creo que lo ideal es tener creencias y llevarlas a la práctica. No creer en nada significa estar perdido para siempre, pero creer en algo y quedarse paralizado sin hacer nada es el infierno.

Naguib Mahfouz, Miramar


— ¿ Nos hará este favor, señor Fowler?
— No sé—dije, no sé.
— Tarde o temprano —dijo Heng, y me recordó al capitán Trouin en el fumadero—, uno tiene que elegir partido, si quiere seguir siendo humano.

Graham Greene, El americano impasible.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Buen ensayo para el debate con un gran título


Un libro que te anima a establecer un debate con él ya es algo bastante poco usual. Se trata de una crítica de nuestro actual sistema desde una posición liberal pero no de ese liberalismo neocon tan en boga en los últimos tiempos. Critica sobre todo a los políticos pero también la mentalidad social que se ha ido estableciendo en Europa muy diferente de la, para él, mucho mejor del mundo anglosajón. Asimismo arremete contra un cierto progresismo. En cualquier caso ideas sugerentes tanto para confirmarlas como para rebatirlas.
Sirve como contrapunto en parte al de Max Otte que comenté hace unos días.
Algunos ejemplos con los que estoy básicamente de acuerdo:
“¿Por qué la universidad pública está subvencionada, también, para aquellos que no la necesitamos?”
“Los resultados (del sistema educativo) cantan. Esta generación será la primera que tendrá menos titulaciones que sus padres”.
“(…) la verdadera solidaridad con los países necesitados consiste en comprarles lo que tienen para vendernos y que a nosotros nos hace falta”.
“Es hora de preguntarse por qué tachar a alguien de fascista es un insulto mientras que tachar a alguien de comunista no lo es”.