Una novela con una peculiar historia: editada en
1928, fue destruida después por los nazis y recuperada hace una año pues el
autor guardó un ejemplar en el interior de una pared; y un autor también
bastante original pues la publicó bajo seudónimo para no perder su trabajo (se
trata de una obra claramente antibelicista y antinacionalista), luego colaboró
con los nazis para sobrevivir lo que le costó no tener trabajo en la RDA al
finalizar la guerra mundial y terminar quitándose la vida en 1950.
Así pues, autor y obra con historia. Sin embargo, a
pesar de los elogiosos comentarios que la acompañan y del interés con el que
abordé su lectura, me ha decepcionado totalmente. No es el tipo de literatura
que me gusta, tiene mucho de cuento, de irrealidad aunque trate temas bien
reales, de parodia con un humor que se me escapa: Me he aburrido, he pasado a
veces por sus `páginas como sobrevolándolas y casi leyéndolas en diagonal.
“Paródica, antinacionalista, antiheroica,
filantrópica, pacifista, cargada de un humos negro, la obra tiene un
irresistible sabor picaresco” se dice en la contraportada. Todo eso es verdad,
pero si, como me ha sucedido a mí, no te
metes en la historia, no terminas de creerte al protagonista ni muchas de las
cosas que le suceden y no entiendes su sentido del humor, el libro que se te
cae de las manos.
Hans Herbert Grimm, Historia y desventuras del desconocido soldado Schlump
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