sábado, 12 de julio de 2014

Los libros que más han influido en mi formación



 
Vuelvo sobre un tema que ya traté hace tiempo en el blog: los libros que más han hecho para hacerme llegar a pensar como ahora lo hago, es decir, aquellos que me han formado (o deformado según se mire y, sobre todo, quién lo mire). Esta vez lo hago ampliando la lista teniendo en  cuenta más aspectos de mi forma de pensar o, si se prefiere, de mi ideología.
En la anterior entrada, dentro del epígrafe de “libros que más me han influido”,  aparecían cinco  de los que reproduzco el mismo comentario que hice entonces..
El de Mounier, como muchos otros del mismo autor, me llevó a otra forma de enfocar la religión: menos ritual -yo provenía de doce años de nacional-catolicismo con los maristas- y más “comprometida” como se decía a principios de los setenta. Me empezó a abrir los ojos a otras realidades sociales y políticas. Su idea del “desorden establecido” me ha venido muchas veces a la cabeza desde entonces.
Con el González Ruiz, como ya he contado en algún otro lugar, perdí la fe; me di cuenta de que efectivamente Dios podía ser gratuito, pero para mí resultaba totalmente superfluo.
Fromm, con todos los textos que leí, me enseñó a ver de otra forma el mundo. Cuando estaba abandonado mi visión religiosa, me ofreció una ética alternativa y unos valores que merecían la pena. Además, una crítica de lo existente como luego no he vuelto a encontrar.
Cioran, además de llevarme hasta casi la depresión, me iluminó en un montón de temas y me dio, y me sigue danto, material para pensar y para no aceptar fácilmente lo que  vea y oiga.
Judt, más recientemente, me ha hecho cambiar en un par de ideas sobre la política que me estaban llevando a un exagerado y en parte inútil escepticismo.
Ahora comento los que he puesto nuevos.
De Karl Marx he leído pocos textos, pero muchos (no sé si demasiados) sobre su pensamiento o influidos por este. Más en concreto, los historiadores que más he trabajado han sido principalmente aquellos de formación marxista. De hecho creo que podría afirmar que he sido marxista y que aún me quedan aspectos de esa ideología.
Roger Garaudy me influyó bastante en una época tanto suya como mía. Él acababa de dejar el partido comunista y yo estaba ávido de lecturas que me diesen ideas y Garaudy estaba en plena evolución. Luego se hizo católico y terminó siendo musulmán.
Marvin Harris me gustó mucho en la época en que me dio por la antropología. Además, su aplicación del materialismo para la explicación de muchos fenómenos culturales me resultó apasionante.
Castilla del Pino transformó con este librito mi forma de pensar sobre la mujer. Por formación yo era, como todos los varones de mi generación, machista. A partir de esta lectura y, obviamente, de más cosas empecé a cambiar mi forma de entender y tratar a las mujeres.
La lectura de Primo Levi me llevó a no parar de leer sobre el tema del Holocausto. Como ya he escrito varias veces en el blog sobre ello no insistiré, pero desde luego es uno de los autores que más me ha marcado con su trilogía sobre Auschwitz.
El libro de Zugazagoitia creo que marca un antes y un después en mi concepción de la guerra civil que es, por otra parte, quizá el tema de historia sobre el que más he leído en una época ya lejana. Es así porque supone la visión de un socialista sobre el conflicto pero haciendo bastante autocrítica, es decir, los buenos son los buenos pero no tan buenos. Es significativo que fuese deportado desde Francia y fusilado por Franco.
El nacionalismo es otro de mis caballos de batalla. He leído muchos textos y pongo aquí solo dos de ellos de muy diferente concepción. El de Hobsbawm porque me ayudó en mi visión antinacionalista desde el punto de vista histórico; y el otro porque, al mismo tiempo que soy antinacionalista, soy capaz de comprender  y defender aquellos nacionalismos que, como el catalán, quieren lograr su independencia.
Ignacio Ramonet y Pascual Serrano son lecturas obligadas cada vez que veo un libro nuevo suyo. El tema de la información es uno de los que más me interesan y preocupan en los últimos años, y ambos autores me han ayudado mucho a tener una visión crítica de los medios y a darme cuenta de la enorme manipulación a que nos someten diariamente.
Todorov con cualquiera de sus libros me ha hecho pensar y plantearme mis ideas preconcebidas sobre temas muy variados. Es un escritor que analiza muy bien y con mucha claridad los temas de la actualidad. Me ha ayudado a no ser demasiado simplificador.
Para terminar, dos lecturas muy recientes. Losada me confirma que hay que seguir defendiendo con uñas y dientes el, por otra parte escaso,  estado del bienestar obtenido. Hitchens me confirma en mi ateísmo y mi anticlericalismo.
Son 19 libros, pero de la mayoría de estos autores he leído casi toda su obra traducida; y otros libros también han colaborado a hacerme pensar de una determinada manera. Además, es claro que en mi formación también han influido películas, obras de teatro, artículos de prensa y revistas y, sobre todo, conversaciones y discusiones con los amigos.
Como se suele afirmar en muchos prólogos, estos autores han influido en mi forma de pensar y por eso les debo mucho, pero al final el único responsable de esa forma de pensar soy yo.

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