Conozco a Martí Gómez desde
hace muchos años pero siempre por sus intervenciones en la radio. No había
leído nunca nada suyo, ni tan siquiera conocía su imagen. Eso sí, su voz me
resultaba totalmente inconfundible así como su peculiar entonación cuando leía
e incluso cuando hablaba. Tan peculiar es que al principio de leer el libro lo
oía en mi interior como si me lo estuviese leyendo el propio Martí.
Es un libro tremendamente
entretenido y muy interesante para los que disfrutamos con el periodismo.
Cuenta multitud de anécdotas y traza gran cantidad de perfiles con esa
facilidad que tiene para decir y expresar mucho con pocas palabras. Hay
políticos, muchos, como: Pujol, Tarradellas, Carrillo, Fernández Ordoñez o Lluch;
intelectuales y escritores como: Vázquez Montalbán, Alfonso Carlos Comín, Juan
Marsé o Jorge Semprún; y también gente de la calle como los que recoge en el
último capítulo. Además, dedica el capítulo 9, el más extenso con casi 100
páginas, a hablar de “géneros y profesiones” y así aparecen: sucesos, policías,
los jueces estrella, el jurado, los abogados, la entrevista, el reportaje, etc.
Se cierra el libro con una
conversación entre el autor, Javier del Pino, Jordi Évole y Josep Ramoneda que
me ha parecido el mejor cierre que podía tener y con la que he disfrutado
muchísimo ya que admiro profundamente a todos los que intervienen.
En un libro así, me resulta
difícil destacar algo en particular porque todo es interesante y además muy
variado. Puestos a hacerlo quizá destacaría: la entrevista con la viuda de
Azaña, el capítulo que dedica a su estancia en Gran Bretaña y sus ácidos comentarios
sobre cómo está la justicia en España.
Finalmente, es un libro en
el que el autor no se ensaña con ningún personaje de los muchos que salen, pero
eso no quiere decir que no se comprometa. Recojo dos muestras significativas de
esto:
“Hombre discreto (se refiere al mediador en las negociaciones
entre el gobierno y ETA) podía haber dicho, sin faltar a la verdad, que les
dejaron colgados. Al PP le interesaba que ETA siguiera golpeando y a Mayor
Oreja también porque eso le daba un plus como candidato a suceder a Aznar en la
presidencia del Gobierno.” (p.172)
“¿Cuál ha sido el momento
más difícil como ministro de Defensa? –le preguntó a Alberto Oliart un amigo
mío.
-El día que vino a verme el
teniente general Manglano que dirigía el CESID, para informarme de que iba a ir
a La Zarzuela a poner firmes al rey por sus devaneos amorosos.” (p.195)
Un libro muy recomendable
sobre todo para quienes sean aficionados al buen periodismo. Está escrito con
el mejor estilo periodístico, es ágil, ameno, interesante, entretenido y ofrece
ángulos de visión sobre protagonistas de
nuestra historia reciente que no son los más conocidos.
José Martí Gómez, El oficio más hermoso del mundo. (Una
desordenada crónica personal)
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