Cada cierto tiempo me gusta leer
alguna novela negra y, dado el agotamiento de mis autores del género favoritos:
P.Higsmith, H.Mannkell, B.Blak o Ph.Kerr, voy tanteando otros que puedan irlos
sustituyendo o completando. Lo intenté con J.Nesbo que me desilusionó y ahora
lo hago con este escritor chino que vive desde 1988 en Estados Unidos, pero que
vivió 35 años en su país de origen algo importante para el tipo de novela que
hace, pues como dice Luis Matías López en su reseña en publico.es:
“(…) debería quedar claro que lo de
menos en este libro es la trama policiaca. Lo más relevante es lo que enseña
sobre la sociedad y el carácter chinos. A riesgo de exagerar un poco, podría
convertirse –junto a otras entregas de la serie Chen- en casi una obra de
referencia para el viajero que no se conforme con visitar la Ciudad Prohibida
de Pekín o los guerreros de terracota de Xian, sino que quiera entender algo de
un país que hasta hace poco era Marte a ojos occidentales.”
Efectivamente, en esta novela, y parece que en
general en las de este autor, la trama no es lo más importante como él mismo
reconoce en la entrevista de Jesús Palacios en elcultural.es. Xiaolong critica
de forma clara el régimen chino desde lo más básico, como la cría de cerdos o
la producción de cigarrillos especiales para los cargos altos del partido,
hasta la gran corrupción imperante pasando por los problemas de la vivienda o
el dominio sobre la información y las comunicaciones.
Solo dos breves fragmentos como ejemplo:
“Chen era consciente del control que
el Estado ejercía sobre internet, pero le alarmó constatar el alcance y la
efectividad de dicho control.” (p. 32)
“- En la sociedad actual, nadie puede
hacer nada si no tiene contactos, y los contactos se consiguen a través del
cargo que uno ocupa –afirmó Melong.” (p.179)
La historia se desarrolla en un
Shanghai en pleno proceso de transformación y de ahí varias de las corruptelas
que llevan a la trama principal. Me ha llamado la atención la existencia de la
detención shuanggui, esto es, la que
llevan a cabo miembros del partido sin control de la policía y que puede durar
varios días.
Como en toda novela negra que se
precie tiene que haber signos característicos y Xiaolong ofrece dos: uno poco
novedoso que son las comidas de las que aparecen muchos y buenos ejemplos a lo
largo del libro, pero hay otro que es la primera vez que veo en una obra de
este género y es el uso de la poesía con multitud de textos más o menos
asociados a cosas que pasan. Seguramente se debe a que el autor es poeta y
traductor de poesía.
Una novela bastante entretenida y muy
útil para conocer más de la realidad y los entresijos de la sociedad y la
política china.
Qiu Xiaolong, El enigma de China. Traducción Victoria Ordóñez Diví
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