Esta novela autobiográfica se publicó en Italia en
1979 y no ha sido traducida al castellano hasta ahora a pesar de ofrecer otra
perspectiva de los campos de concentración. La autora, una joven cercana a la
ideología fascista en aquellos momentos, quiso comprobar que eran mentiras las
cosas que se afirmaban de los campos nazis y se fue a trabajar a Alemania para
lo que se trasladó y vivió en campos de trabajo e incluso en Dachau.
¿Es literatura del Holocausto como se afirma en el
Prólogo o en la contraportada del libro? Creo que no, que esa calificación está
pensada para los libros que hablan de la represión de los judíos, algo que en
este libro apenas si aparece, pero en todo caso se trata de un texto muy
interesante e instructivo por el punto de vista desde el que está escrito.
El libro consta de cuatro partes escritas en
diferente momentos: 1953-54, 1961, 1975 y 1977, pero siempre con la misma
protagonista, la autora y, además, sin que la historia se continúe tras cada parte.
Así, si en la primera se produce la huida de Dachau, en la segunda se describe
el accidente que la dejó paralítica y todo lo que sucedió tras él, para retomar
en la tercera su trabajo en la IG Farben y la vida en el lager para finalmente,
en la cuarta parte, que esta vez sí continúa la anterior, mezclar la pura
narración con interesantes reflexiones sobre la memoria y la ocultación como, por ejemplo, la siguiente:
“Esto es lo que ahora me interesa comprender. De
dónde me viene tamaño bloqueo, por qué durante tantos años he podido pasar por
alto los nudos esenciales de ese pasado violento, creyendo tal vez que así
podría aprender la lección que éste me enseñaba.” (p. 345)
También hay una reflexión que recuerda mucho las
cosas que decía su compatriota Primo Levi, el autor que mejor ha reflejado lo
que era la existencia en un campo de concentración:
“Me refiero a la absoluta normalidad del delito, de
la violencia física, de la delación y la perversión como algo cotidiano en las
relaciones, muy pronto todo ello se convertía en algo natural, familiar.” (p.
354)
Tengo que reconocer que leyendo la primera parte
estuve a punto de abandonar la lectura;
no entendía bien lo que me contaba ni me interesaban demasiado las
peripecias de los diversos personajes, pero decidí darle una oportunidad ante
las referencias a críticas que la editorial ha recogido en una pestaña del
libro. Acerté, pues la segunda parte, para mí la mejor del libro,
es realmente potente con la narración bastante escalofriante de las operaciones
tras su accidente y las
recuperaciones posteriores.
Aunque es un libro de 500 páginas es muy
recomendable por ser, como decía al principio, la visión de una joven
proveniente del fascismo. Además, d’Eramo es una buena narradora y no se corta
al contar las experiencias más duras sobre todo en el tema de sus operaciones y
posoperatorios. Lo menos interesante del libro es lo que cuenta sobre los
campos porque ya se han publicado muchos libros sobre el tema y en este no hay
apenas aportaciones novedosas, quizá no era así en el momento de su
publicación. Lo que sí resulta interesante es la peripecia personal de la
autora en ellos.
Luce d’Eramo. Desviación.
Traducción Isabel González-Gallarza.
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