miércoles, 22 de agosto de 2018

Para viajar sin salir de casa


No soy demasiado aficionado a los libros de viajes y no sé muy bien por qué ya que suelen ser bastante entretenido y a menudo instructivos. No obstante, de vez en cuando leo alguno si, como pasa con este, el lugar me llama la atención. Osborne se plantea un viaje a Papúa Nueva Guinea casi en plan antropológico, ahora bien el espacio que dedica a esa experiencia es solo una pequeña parte del libro porque antes relata las distintas paradas que hace camino de su destino final.
De los distintos lugares destacaría lo siguiente: en Dubái, las descripciones del lujo y de los centros comerciales: de Calcuta, las citas y comparaciones que hace con lo dicho por Lévi-Strauss; de Tailandia, lo que cuenta del turismo medicinal, algo de lo que no había oído hablar hasta ahora (otras cosas que cuenta de Bangkok sí forman parte de lo más conocido) y de Bali es interesante lo que explica del origen de su turismo, fruto del interés de artistas, intelectuales, músicos, etc. También dedica  un capítulo a contar sus experiencias en un spa del que hace una jugosa crítica con momentos realmente divertidos como lo son las páginas que decía a la existencia en Tailandia de un “spa de colon” y de su propia experiencia en él.
Finalmente llega a Papúa donde refleja muy bien el ambiente aunque resulte un tanto extraño que pueda contactar con quien no había visto blancos nunca. De la estancia en estas tierras no he terminado de entender muy bien ni el recorrido, ni con quién lo hace, ni las muy citadas casas de árboles.
En el fondo se trata de un libro en el que se critica el turismo, pero no deja de ser un recorrido turístico lo que hace y en el que se critica también la masificación, pero en el que insiste bastante en los precios tan competitivos de los complejos turísticos asiáticos, es decir, un libro con importantes contradicciones.
Eso sí, está escrito de forma muy ágil (excepto un primer capítulo casi teórico un tanto pretencioso y bastante inútil), que se lee con gusto y que es muy entretenido y con un sentido del humor muy británico.
Hay una reseña de Carlos Prieto en elconfidencial.com que remarca este aspecto de diversión y otra de AntonioPicazo en el blog unacavernaconvistas.wordpress.com realmente espectacular por la furibunda crítica que hace del libro y de Osborne. Picazo es un periodista especializado en el tema de viajes y no deja títere con cabeza del libro. En las dos, desde mi situación de mero lector,  hay comentarios que comparto

Lawrence Osborne, El turista desnudo. Traducción Magdalena Palmer

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