No soy demasiado aficionado a los libros de viajes y
no sé muy bien por qué ya que suelen ser bastante entretenido y a menudo instructivos.
No obstante, de vez en cuando leo alguno si, como pasa con este, el lugar me
llama la atención. Osborne se plantea un viaje a Papúa Nueva Guinea casi en
plan antropológico, ahora bien el espacio que dedica a esa experiencia es solo
una pequeña parte del libro porque antes relata las distintas paradas que hace
camino de su destino final.
De los distintos lugares destacaría lo siguiente: en
Dubái, las descripciones del lujo y de los centros comerciales: de Calcuta, las
citas y comparaciones que hace con lo dicho por Lévi-Strauss; de Tailandia, lo
que cuenta del turismo medicinal, algo de lo que no había oído hablar hasta
ahora (otras cosas que cuenta de Bangkok sí forman parte de lo más conocido) y
de Bali es interesante lo que explica del origen de su turismo, fruto del
interés de artistas, intelectuales, músicos, etc. También dedica un capítulo a contar sus experiencias en un
spa del que hace una jugosa crítica con momentos realmente divertidos como lo
son las páginas que decía a la existencia en Tailandia de un “spa de colon” y
de su propia experiencia en él.
Finalmente llega a Papúa donde refleja muy bien el
ambiente aunque resulte un tanto extraño que pueda contactar con quien no había
visto blancos nunca. De la estancia en estas tierras no he terminado de
entender muy bien ni el recorrido, ni con quién lo hace, ni las muy citadas
casas de árboles.
En el fondo se trata de un libro en el que se
critica el turismo, pero no deja de ser un recorrido turístico lo que hace y en
el que se critica también la masificación, pero en el que insiste bastante en
los precios tan competitivos de los complejos turísticos asiáticos, es decir, un
libro con importantes contradicciones.
Eso sí, está escrito de forma muy ágil (excepto un
primer capítulo casi teórico un tanto pretencioso y bastante inútil), que se
lee con gusto y que es muy entretenido y con un sentido del humor muy
británico.
Hay una reseña de Carlos Prieto en
elconfidencial.com que remarca este aspecto de diversión y otra de AntonioPicazo en el blog unacavernaconvistas.wordpress.com realmente espectacular por
la furibunda crítica que hace del libro y de Osborne. Picazo es un periodista
especializado en el tema de viajes y no deja títere con cabeza del libro. En las
dos, desde mi situación de mero lector,
hay comentarios que comparto
Lawrence Osborne,
El turista desnudo. Traducción Magdalena Palmer
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