Curiosa historia la de esta novela. Escrita en 1938,
se publicó en inglés al año siguiente y desapareció hasta que el año pasado
apareció el manuscrito mecanografiado entre unos papeles del auto, un escritor
que murió en 1942, con solo veintisiete años, al ser torpedeado el barco en el
que viajaba desde Australia a Inglaterra.
“Una novela impresionante, asombrosamente
equilibrada y de un agudo sentido de la observación (…)” dice en el Posfacio
Peter Graf, a quien se debe la edición por primera vez en alemán en 2108.
Realmente es cierto ese sentido de la observación
que se manifiesta en multitud de detalles de esta novela en la que el
protagonista, un empresario judío llamado Otto Silbermann, viajará por parte de
Alemania huyendo e intentando salir del país ante la persecución desatada por
los nazis. Berlín, Aquisgrán, Múnich, Dresde, Dortmund, son algunos de los
destinos a los que se desplazará siempre en tren y en los que tendrá gran
cantidad de aventuras encontrando gentes de todo tipo, desde nazis
recalcitrantes hasta algún alemán que intentará ayudarlo.
Magníficamente construida y con unos diálogos
formidables, la novela se lee casi de un tirón y nos muestra de una forma
tremendamente realista la atmósfera del momento y lo que tuvo que suponer para
los judíos. Parece evidente que tiene bastantes elementos autobiográficos como,
además, confirma el editor en el mencionado Posfacio.
A mí, seguramente por la época en la que se
desarrolla, pero también por algunos aspectos del estilo, me ha recordado un
poco a Sebastian Haffner y a Hans
Fallada.
Un libro de lectura muy recomendable y otra buena
aportación de la editorial Sexto Piso
que está publicando unos libros muy interesantes.
Ulrich Alexander Boschwitz, El pasajero. Traducción José Aníbal Campos.
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