Sigo con la labor de conocer la obra de esta
interesante y magnífica escritora francesa. Evidentemente, como pasa casi
siempre que se lee todo lo publicado de un autor, hay unas cosas que gustan
más y otras menos o incluso a veces nada. Hasta ahora me había no solo gustado
sino en muchos casos emocionado lo leído de Ernaux. No puedo decir lo mismo de
este libro.
Dice la autora en un prólogo que hace a modo de
presentación y explicación del libro:
“No puedo definir el valor y el interés de nuestra
empresa. (..) Foto, escritura, en ambos casos se trataba para nosotros de
conferir más realidad a momentos de goce irrepresentables y fugitivos. El mayor
grado de realidad, sin embargo, se alcanzará solamente si estas fotos escritas
se transforman en otras escenas en la memoria y la imaginación de los
lectores.” (p. 16)
Tengo que reconocer que a mí ni me ha interesado
demasiado ni se ha producido esa transformación en la memoria o en la
imaginación.
En el libro se presentan catorce fotografías en las
que se plasman escenas posteriores a las relaciones amorosas entre Ernaux y
Marie que era en esos momentos, años 2003 y 2004, su compañero. Cada
fotografía, reproducida por cierto en blanco y negro, se acompaña de un breve
comentario hecho por separado de ambos.
En estos comentarios aflora a menudo la situación
por la que atraviesa ella en esos momentos al padecer un cáncer de mama y estar
en tratamiento de radioterapia y quimioterapia. En lo que cuenta sobre esto
está lo mejor del libro ya que demuestra, una vez más, un gran valor y
seguridad en sí misma para decir algunas de las cosas que dice. También puede
ser interesante algún detalle en el que se puede apreciar cómo se inicia una
relación. Pero, al lado de esto, hay en cada fotografía la descripción de lo
que en ella aparece, algo que me ha resultado reiterativo y poco atractivo como
lector. Puede ser que alguien especialmente interesado en la fotografía sí le
encuentre sentido a esto, pero en mi caso tengo que decir que no uso cámara de
fotos ni en los viajes.
Me parece un libro prescindible sobre todo teniendo
en cuenta el resto de la obra de Ernaux que, por cierto, se va a reeditar a lo
largo del año con lo que podremos seguir disfrutando de su escritura.
La edición española cuenta con la reproducción al
final del libro de las fotografías en color, algo que no se hizo en su día en
la edición francesa.
Un comentario más favorable se puede encontrar en la
buena reseña de Marc Peig en unlibroaldia.blogspot.com, fiel seguidor de la
autora y artífice de mi afición por ella.
Annie Ernaux/Marc Marie, El uso de la foto. Traducción Lydia Vázquez Jiménez.
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