Desde hace un tiempo la
literatura noruega ha aparecido en nuestras librerías más allá de la novela
negra y con bastante éxito, pues además de que se están editando casi todos los
libros de su premio Nobel Knut Hamsun, alguno de los cuales ya ha sido
comentado en este blog, tenemos el fenómeno literario que supone la peculiar y
muy extensa obra de Karl Ove Knausgard que se ha convertido en un verdadero
éxito de ventas. Seguramente siguiendo esta estela se está publicando la
trilogía Cerco de este doctor en
Historia, dramaturgo y músico de rock al que alguno considera una especie de
anti-Knausgard, lo que no puedo ni confirmar ni desmentir porque no he leído
ninguno de sus libros.
Sea como fuere, Tiller
es un escritor muy interesante, tanto por el fondo como por la forma que tiene
de contar las historias.
David, el protagonista
del libro aunque como tal no aparezca en ningún momento, ha perdido la memoria
y se pide a familiares y amigos que le ayuden a recuperar lo que puedan a
través de la correspondencia. En este primer volumen, son su amigo Jon, con el
que mantuvo una relación homosexual de joven; su padrastro Arvid y su amiga
Silje, que fue también su novia durante un tiempo, los encargados de ir escribiendo
a David contándole cosas principalmente de su época juvenil.
Tiller organiza el
libro de tal manera que lo hacen uno detrás de otro en las tres partes en que
lo divide y, además, va alternando en cada una de las partes las cartas que
envían a David con momentos en los que cuentan cosas y monologan sobre su vida
actual (en 2006). Aunque dicho así parece una obra compleja y difícil de
seguir, no lo es porque ajusta muy bien las informaciones y titula los
capítulos para que el lector no se pierda en ningún momento.
“Tiller se
vale de sus personajes para conformar un paisaje, el de la Noruega de
principios de los 80, marcado por los problemas de identidad sexual, la
convivencia monoparental, los hogares adoptivos y las crisis que en algún
momento sacuden a la adolescencia. Y para ello deja que, en forma de carta o de
correo electrónico, sus protagonistas aborden a tumba abierta aquellos
sentimientos que en el pasado se cubrieron de titubeos, tentativas frustradas y
callejones sin salida.”
Me parece un
libro muy interesante y recomendable por diferentes razones. Por un lado, esa
reconstrucción de aspectos de la vida del protagonista está muy bien planteada
ya que, además, muestra mucho también de quien le está ayudando a la
recuperación de los recuerdos. Por otra parte, Tiller describe muy bien las
actitudes e intenta profundizar bastante en los motivos y en las
características psicológicas de sus personajes. Es también un buen constructor
de unos diálogos que resultan creíbles. Finalmente, aunque no sea una novela
propiamente perspectivista sí que hay varios momentos en los que esto aparece.
Obviamente, en
un libro que al final se compone de seis partes distintas -tres personajes con
dos narraciones cada uno-, es lógico que unas resulten más atractivas que
otras. Así, a mí me ha gustado especialmente la parte dedicada a Arvid y
bastante menos la que tiene como protagonista a Silje en la que, además,
introduce un cambio en la forma de contarle a David los recuerdos que me parece
poco acertado.
Seguramente en
mi elección de Arvid tiene que ver que termina su presencia activa en la novela
con el siguiente fragmento en el que dirigiéndose a David le dice:
“Me gusta
pensar que el día que beses a tu mujer y la trates bien será un eco de cuando
yo besaba a mamá y la trataba bien, y me gusta pensar que el día que arropes a
tus hijos y les des un delicado beso de buenas noches, será un eco de las
muestras de cariño que mamá y yo te dábamos antes de mandarte a la cama. Así es
como tengo la esperanza de seguir viviendo en este mundo, a través de las
muestras de cariño que os di a ti y a otros; cualquier otra cosa que pueda
quedar de mí me resulta indiferente.” (p.212)
(Puede que
tenga mucho que ver también el tener la sensibilidad a flor de piel con este
confinamiento)
Un autor al
que merece la pena seguir y de hecho ya tengo el segundo libro pendiente porque
fue el primero que me compré sin saber que era el segundo de una trilogía.
Además de la
ya citada, hay otra buena y completa reseña de Marc Peig en unlibroaldia.com.
Carl Frode Tiller, Cerco. Traducción Cristina
Gómez-Baggethun.
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