Tengo que comenzar diciendo que compré este libro
por error. Yo creía que se trataba del autor de El meteorólogo, un libro que me gustó mucho y me pareció muy
novedoso, pero este es Olivier Rolin y, por lo tanto, no tiene nada que ver con
el autor de Cristianos. De este
detalle no me di cuenta hasta finalizar el libro y buscar en el blog a su
autor. No obstante, según leía el libro me parecía extraño y, desde luego, no era
lo que me esperaba.
Este libro se puede catalogar como un libro de
viajes. El autor estuvo algo más de un mes, en el invierno de 2002, en
Palestina, más en concreto en Belén, Ramala, Jerusalén y un par de pueblos, uno
de mayoría musulmana pero con cristianos y otro de mayoría cristiana, con la
intención de ver cuál era la situación de los cristianos. Se desplazó a
diferentes lugares y habló con personas que iban desde sacerdotes de las
distintas confesiones cristianas que hay
en Palestina a trabajadores o comerciantes.
En general, la visión que sale de la situación de
los cristianos no es muy favorable. Así, por ejemplo, un obrero que trabaja en
el mantenimiento en un hospital le dice
que:
“Todo el mundo se burla de nosotros: los musulmanes
y los judíos.” (p. 33)
Y un arquitecto que vive en Jerusalén:
“Israel ha
privado a los palestinos de sus derechos
políticos y de su libertad de movimientos y, ahora, el Islam priva a los cristianos
de la libertad de vivir como ellos quieran.
(…) Hoy en día, si tienes cualquier problema con un
musulmán y él descubre que eres cristiano, debes saber que no tienes a nadie
detrás de ti y que tendrás que acabar aceptando sus condiciones.” (p. 146)
Además, él mismo tiene la experiencia de ver cómo el
31 de diciembre grupos islamistas recorren Ramala haciendo cerrar a los
restaurantes porque no hay nada que celebrar. También recoge informaciones
sobre la relativa frecuencia de enfrentamientos intercomunitarios entre
cristianos y musulmanes.
Fruto seguramente de todo lo anterior, unido a la
problemática situación económica, es el hecho de la gran emigración que se ha
producido y se produce a otros países, sobre todo a los Estados Unidos. Hay
pueblos de algo más de mil o mil quinientos habitantes que tienen seis o siete
veces más que están expatriados.
Todo esto es lo más interesante de un libro que
tiene el problema del exceso de descripciones de lugares. Rolin se desplaza y
visita monasterios o sitios de interés y los describe de manera muy detallada,
como también detalla la forma en que se llega a ellos a través de las
diferentes carreteras mostrando así la poca articulación que hay en la red
sobre todo cuando se trata de moverse para quienes no son judíos. Estas
descripciones rompen la narración de lo que, al menos a mí, más interesa.
Además, se echa de menos un mapa de la zona y alguna fotografía que pudiera
aclarar mejor el exceso de palabras sobre todo en lo que se refiere a los
desplazamientos que, para quienes no conozcan la zona, se hacen difíciles de
seguir.
No obstante, el autor es un buen narrador y termina
embarcando al lector en la narración sobre todo por el interés que tiene el
fondo.
Recomendable especialmente para quienes no conozcan
nada del tema principal.
Jean Rolin, Cristianos.
Traducción Fernando González.
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