Un joven suizo de buena familia se traslada a Berlín
en enero de 1942 donde conocerá a Tristán, un joven alemán que entrará en las
SS y, sobre todo a Cristin, Stella, de la que se “enamora perdidamente”
(expresión que recojo de la contraportada). Stella es una joven judía que,
parece ser que para salvar a sus padres, se dedica a denunciar a miembros de la
comunidad judía. No logrará salvar a sus padres pero seguirá con las denuncias.
Hay que decir que Stella existió realmente.
A primera vista, un tema así llama la atención y
promete ser una lectura cuanto menos interesante. El libro, además, ha sido
superventas en Alemania y ha gozado del favor de libreros y lectores, pero del
rechazo de “los críticos más ortodoxos” (otra vez lo recojo de la
contraportada).
Todo eso lo digo para afirmar que me ha parecido una
pérdida de tiempo el empleado en su lectura. No creo que sea por la traducción,
pero he encontrado frases, diálogos y situaciones que no parecen escritas por
un autor actual que, como es el caso, cuenta con apenas 35 años. Es cierto que
la historia se lee de un tirón porque está compuesta para que así sea. Es
tremendamente superficial y refleja un Berlín difícilmente reconocible sobre
todo teniendo en cuenta cómo iba ya la guerra en 1942.
El libro lo divide en capítulos que se corresponden
con los diferentes meses y en el inicio de cada uno hace un resumen de la
situación tanto interna como mundial. También suele introducir en algún momento
del capítulo una breve reproducción de alguna de las detenciones que fueron
causadas por la denuncia de Stella.
No merece la pena extenderse más sobre un libro así,
pero me parece útil dejar el enlace a dos reseñas en las que, sobre todo en una
de ellas, se explicita muy bien la polémica suscitada en Alemania con la publicación
del libro, son: la de Alberto Gordo en elcultural.com y la de Aldo Mas en
eldiario.es.
Debo de decir que la polémica no es tanto por su
valor literario, sino por el planteamiento que hace de la actuación de la
protagonista y por cómo refleja el Berlín del momento. Sobre lo primero no
tengo nada que opinar pues desconozco totalmente los hechos.
Takis Würger, Stella.
Traducción Ana Guelbenzu.
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