martes, 8 de junio de 2021

Decepcionante



Hace dos años leí la primera novela de Gyasi que, además de ser un gran éxito de ventas, obtuvo varios premios. Esa novela la escribió entre los veinte y los veintisiete años lo que tiene un gran mérito. En mi comentario decía que la novela: “va perdiendo intensidad y se va notando cada vez más la dispersión y la falta de una cierta unidad que dé consistencia a lo relatado. Llega un momento en que se llega a tener la impresión de que sigue y sigue escribiendo cuando ya ha dicho todo lo que tenía que decir”.

Si reproduzco este fragmento, y hago algo bastante imperdonable como es autocitarme, es porque he tenido la misma impresión cuando leía esta segunda obra de Gyasi.

La editorial reproduce algunas citas de críticas que ha recibido en Estados Unidos. Destaco la siguiente de The New Yorker: “Una novela colmada de momentos deslumbrantes y reveladores, a veces divertidos, a menudo estremecedores”.

Efectivamente, hay buenos, e incluso muy buenos momentos, yo destacaría por ejemplo, lo que escribe sobre el aprendizaje de la sexualidad, o casi todo lo que tiene que ver con los últimos años de su hermano antes de que muera por sobredosis, o también algunas descripciones sobre la religión en la peculiar iglesia a la que acude la familia y hasta las reflexiones que hace bastante al principio sobre el pecado. No obstante, creo que eso no es suficiente para una novela de más de 300 páginas en las que el lector, al menos yo, llega a tener la sensación de que la autora anda un tanto perdida sobre lo que quiere contar y hasta sobre la forma de hacerlo. Incluso un tema que recorre toda la obra como es la relación con su madre está tratado de tal forma que queda bastante difuminada 

No sé si el éxito de su anterior libro ha precipitado la publicación de este porque da la impresión de que está poco trabajado; no siempre se sabe bien en que época se está desarrollando lo que cuenta, ni tampoco queda muy claro cuándo entra a describir su trabajo con los ratones y algunas disquisiciones científicas sobre ello.

En fin, no me ha gustado un libro que cogí con ilusión porque me gusta leer a escritores/as que, aunque vivan y se hayan formado en occidente, provienen de otras culturas que siempre aportan cosas interesantes y diferentes.

 

Yaa Gyasi, Más allá de mi reino. Traducción Eduardo Hojman.

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