Hace dos días aparecía una entrada comentando otro libro sobre África
aunque muy distinto de este. En él empezada diciendo lo mucho que me interesa
ese continente y con este confirmo que es así o, para ser más exacto, que hubo
una época en que fue así. Esto viene a cuento porque la principal sensación que
me deja la lectura de esta conversación entre Aldekoa y Armada es el enorme
desconocimiento que tengo de lo sucedido desde que estamos en el nuevo siglo.
Antes, hace ya muchos años, estuve suscrito a revistas como los Cuadernos
de África y América Latina, la revista que publicaba el CIDOB y los magníficos anuarios de esta
institución, también solía comprar la revista Política Exterior y los anuarios de la Fundación Hogar del
Empleado. Parafraseando al personaje de Vargas Llosa, no sé en qué momento, ni
por qué, se “jodió” mi interés por estos
temas. Lo único cierto es que la mayoría de las referencias que se hacen en el
libro a situaciones más o menos recientes de diferentes países africanos me
resultan totalmente desconocidas. Curiosamente, esto supone un gran acicate
para cambiar un poco el chip de mis intereses informativos.
Entrando ya en el texto, lo primero que tengo que decir es que es una
verdadera lástima que sea tan corto, apenas 140 páginas y en edición de
minibolsillo, porque estamos ante un diálogo interesante y apasionante entre dos periodistas que no solo conocen bien
el tema del que hablan, sino, y esto es al menos igual de importante, que
sienten pasión por él. Esto se transmite al lector en cada página, en cada
información y en cada reflexión.
El libro, como todos los de esta colección, se divide en cinco partes
que se corresponden con las cinco preguntas tradicionales del periodismo, las
cinco W en su versión inglesa. Ahora bien, los autores en su conversación no
se circunscriben ni se ajustan del todo a ese esquema y, aunque hay una cierta
dedicación específica en cada capítulo, pueden ir saliendo diferentes temas y
los van tratando según salen.
Citaré solo algunos: la percepción de África desde Europa, cómo está
afectando el cambio climático, los movimientos migratorios dentro del
continente y hacia otros continentes, la literatura, los conflictos más
sangrientos que han tenido lugar, las mejoras que se están produciendo en
varios países, el papel del periodismo y de los periodistas en ese mundo, y un
largo etcétera de temas todos ellos de un primer nivel de interés.
Aunque estamos ante un libro de pocas páginas, también es cierto que estamos ante dos periodistas capaces de transmitir mucha información y reflexión con pocas palabras. Algunos ejemplos:
“Si la situación de los vecinos es mejor, la migración se puede producir
de una manera más humana”. Aldekoa. (p. 57)
“Las fronteras se mueven. Las empuja la gente con sus hombros. Las fronteras dibujadas en los mapas son desbordables y desbordadas”. Armada. (p. 58)
“Tienen tiempo de escucharte y tienen interés. En África te ponen por delante del tiempo. Es una de las cosas que me apasionan del continente. También el concepto de gratitud”. Aldekoa. (p. 79)
“Sería interesante saber si se está invirtiendo más en protección,
defensa y seguridad o en desarrollo y democracia”. Armada. (p. 99)
(Se refiere a Estados Unidos y la
OTAN).
En general, ofrecen una visión del continente bastante diferente de la que se suele tener ya que habitualmente solo llegan informaciones cuando hay desastres ya sean naturales (terremotos, inundaciones, sequías) o humanos (hambrunas, matanzas, golpes de estado). Los avances que cuentan en algunos países y hasta el hecho de que estén algunos mejor clasificados en cuanto, por ejemplo, a la libertad de expresión que España, son informaciones difíciles de encontrar en un medio español.
En otro orden de cosas, me ha gustado mucho darme cuenta de que conozco a la inmensa mayoría de los escritores africanos que mencionan y de que he leído casi todos los libros. También me ha encantado la coincidencia sobre periodistas como Martín Caparrós y Leila Guerriero, escritores de los que procuro no perderme nada de lo que publican y, por supuesto, tanto Alexiévich como Kapuscinski. Buenos ejemplos todos de cómo: “La prosa de no ficción, la prosa periodística, puede ser tan elevada como cualquier novela”. (p. 123)
Para terminar un par de palabras sobre los autores. No conocía a Armada
más que de nombre y de haber visto algunos libros en las librerías. Ha sido un
buen descubrimiento. Aldekoa ya ha salido varias veces en este blog porque he
comentado los tres libros que ha publicado en
la editorial Península. Me parece una de los grandes del momento por su
capacidad de transmitir algo más que informaciones en todos los temas que toca.
Dejo dos breves frases suyas que me parecen bastantes significativas. La segunda es la que cierra el libro:
”En mi caso, al ser freelance, tengo que apostar por una cobertura, pero también tengo que ver si voy a poder recuperar la inversión. Asumes un riesgo o no”. (p. 104)
"Lo peor de trabajar en África es que no interesa. Lo mejor de trabajar en África es que no interesa”, (p. 140)
Hay una reseña muy completa e interesante de Andrés Seoane en
elcultural.com.
Xavier Aldekoa y Alfonso Armada, África
adentro.
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