Las conferencias fueron: Sentido común, postulados y poder.
El sentido común actual: realismo capitalista. Capitalismo y militarismo.
Capitalismo frente a medioambiente. Neoliberalismo, globalización y
financierización. Resistencia y respuesta. Cambio social.
Los diferentes epígrafes expresan bastante bien el contenido
aunque no en todos los casos como
comentaré más adelante.
El libro tiene más de 350 densas páginas por lo que me limitaré
a destacar algunas cosas que me han parecido especialmente interesantes.
En la segunda conferencia se da un magnífico repaso a la
teoría marxista del valor, la plusvalía y la acumulación con una gran síntesis
y muy clara además. En la tercera es interesante la distribución de fases del
imperialismo que hacen. Hay en la cuarta un buen repaso también de los principales
problemas medioambientales. En el quinto se explica muy bien el surgimiento del
neoliberalismo.
Sin embargo, las dos últimas conferencias me han defraudado.
Por un lado, porque en la que habla de la resistencia y las respuestas se hace
de forma muy superficial y, cuando intentan profundizar, no se entiende bien.
Por otra parte, es muy engañoso el título de la última dedicada al cambio
social pues yo entendía que la dedicaría a ver cómo hacerlo y consiste en
hablar del aborto, las armas y los cambios que se han producido en los partidos
demócrata y republicano.
Precisamente en esta ausencia está el principal problema que
le veo al texto y que es el habitual en los que analizan la economía o la
política desde la izquierda, esto es, hacen unos magníficos y profundos
análisis, pero a la hora de plantear soluciones demuestran una total carencia de
alternativas y proyectos. Así, por ejemplo, en este libro se dedica una
sola página, la 166, al tema con ideas
como: “La alternativa en la que pensamos es una economía dirigida por los
productores, es decir, por los propios trabajadores, a través de la
democratización del lugar de trabajo”. (p. 166)
Una preciosa idea que, además, lleva más de dos siglos
circulando como tal sin que nadie, en ningún lugar, haya sido capaz de
organizar un territorio extenso con ella.
Claro que, al mismo tiempo, recogen análisis tan sugerentes como el siguiente:
“(…) Anderson
analiza algo con lo que todos estamos familiarizados, pero no “vemos”: el hecho
de que, en realidad, la gran mayoría de la población está gobernada durante la
mayor parte de su vida consciente por gobiernos privados, más exactamente, por
tiranías privadas.
Cuando te alquilas a cierta concentración de capital en el sector privado –en eso consiste aceptar un trabajo-, estás entregando tu vida a una dictadura. De hecho, una forma extrema de dictadura que supera con creces las dictaduras políticas. La tiranía a la que te entregas tiene un control total sobre ti. Controla cada minuto de tu jornada laboral: cómo debes vestirte y qué te está permitido decir, cuándo te está permitida una pausa para ir al baño. Cómo se mueven tus manos y tus piernas, si fumas o no en casa. Prácticamente todo en tu vida está controlado por esta dictadura extrema, que supera con creces cualquier dictadura totalitaria en el grado de control que ejerce”. (p. 98) (Se refiere a un libro de Elizabeth Anderson publicado en 2017)
En definitiva, un libro que resulta interesante en partes de alguno de sus capítulos, pero que al final da menos de lo que su sugerente título ofrece.
Noam Chomsky y Marv Waterstone, Las consecuencias del capitalismo. La fábrica de descontento y
resistencia. Traducción María Enguix
Tercero.
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