A pesar de que esta editorial ha publicado ya varios libros
del autor, hasta ahora no me había animado con ninguno. Más de una vez he
comentado ya en el blog que tengo bastante abandonada la literatura que se hace
en Estados Unidos; en una época leí quizá demasiados libros de esa procedencia
y me cansé.
Sin embargo, la lectura de la contraportada de este libro me
animó, sobre todo donde al reproducir el comentario de una crítica se dice que:
“El planteamiento es puro Hitchcock”.
La historia es muy sencilla: Tres amigos de una pequeña
población en las montañas de Wyoming, que tienen una empresa de construcción
dedicada a pequeñas obras y reformas, reciben el encargo de terminar la obra de
una mansión realmente espectacular en un sitio de gran belleza natural pero
bastante apartado. La mujer que los contrata les pone como condición que tiene
que estar terminada antes de Navidad, en cuyo caso recibirán una fuerte
compensación económica.
A partir de ahí, Butler va contando cómo se realizan los
primeros trabajos; vamos conociendo cómo son los tres amigos, su carácter, su
situación personal y familiar, sus principales problemas; y también cuál es la historia de la mujer que
los contrata. A esto se dedica el primer tercio de la novela, algo que despista
un tanto al lector porque realmente no pasa absolutamente nada. Sin embargo,
pronto se van a producir novedades importantes que, obviamente, no contaré.
Hablaba antes de Hitchcock como referente según una crítica.
No me atreveré a negarlo aunque yo veo la influencia muy clara de Patricia
Highsmith, tanto en la construcción de los personajes como en algunos elementos
de la trama. Evidentemente, Butler no llega a su sutileza ni a la creación de
esas atmósferas de la gran escritora de suspense, pero sí es cierto que la
recuerda en algunos aspectos.
El mérito de Butler es ser capaz de mantener la atención y
entretener al lector a lo largo de 387 páginas con estos personajes y algún
otro secundario. No es una gran novela pero se pasa un buen rato leyéndola.
Nickolas Butler, Buena
suerte. Traducción Álvaro Marcos.
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