Conozco a la autora desde hace relativamente poco tiempo a
partir de sus columnas en elDiario.es, digital del que es actualmente
subdirectora. Varias veces compartí en twitter su artículo y tengo que decir
que siempre tuve una respuesta suya bien con un like o con un "gracias". Las
columnas eran sobre diferentes aspectos de la política internacional que, creo,
es su especialidad.
En el libro Ramírez, partiendo de su biografía profesional, va contando cómo ha ido evolucionando el periodismo en el actual siglo, sobre
todo cómo los medios han ido abandonando el papel para centrarse en las
versiones digitales. En este sentido resulta muy interesante todo lo que cuenta
de la pugna entre El Mundo y El País por ponerse a la cabeza en esa
nueva forma de presentación y, en el fondo, de hacer periodismo. Hay que tener
en cuenta que la autora es hija de Pedro J. Ramírez que en esa época era el
director del primero. (Si dejo constancia de esa relación familiar es porque la
propia autora da varias citas de él presentándolo como su padre.)
La verdad es que Ramírez tiene un recorrido profesional muy
extenso. Así, la vemos trabajando: de becaria en Milán (en el Corriere), en Bruselas en la U.E, como
corresponsal de El Mundo en Nueva
York cuando las elecciones de Trump, de reportera de El Español en Gran Bretaña en los momentos del Brexit, en el canal Univision, trabajando en la Fundación Nieman y,
finalmente, desde 2018 en elDiario.es.
Como buena periodista tiene una gran capacidad narrativa y,
lo que también es muy importante, de síntesis, de forma que es capaz de contar
un simposio muy interesante y que el lector se entere bien de lo que aportaban
los distintos ponentes.
Hay muchas cosas interesantes en el libro pues le ha tocado
vivir momentos muy relevantes como se puede apreciar por el breve resumen que
acabo de hacer de su currículum. Ahora bien, a mí particularmente me han
llamado la atención algunas de las cosas que cuenta o reproduce en el capítulo
9, titulado El elefante, un capítulo
centrado en Donald Trump y, sobre todo, en “el negocio de la furia o la
indignación” o, dicho de otra forma, cómo ha cambiado en muchos la forma de
hacer periodismo, si es que a lo que hacen se le puede aplicar tan noble
concepto. Todo lo que cuenta o lo que transmite a través de diversas citas de
estudiosos del tema se puede aplicar a la situación de la profesión en nuestro
país. Reproduzco un par de fragmentos:
“Uno de los cambios respecto a los extremos del pasado que
notaban ya entonces era la densidad de los espacios cada vez más opinativos y
alejados del reporterismo tradicional. “Mientras la lectura de periódicos y la
audiencia de los telediarios de las televisiones convencionales han caído, el
número de lugares de indignación ha crecido”, escriben los dos profesores, que
apenas citan a Facebook ni otras redes sociales y se centran en los programas
de radio de tertulias, a menudo algaradas de sus presentadores,
telepredicadores religiosos y políticos, y en las televisiones por cable de
noticias y opinión veinticuatro horas, y los blogs.
(…)
Los autores de The
Outrage Industry encontraron ejemplos de indignación a izquierda y derecha
(…), pero el nivel de agresividad de la derecha era ya muy superior al de la
izquierda por volumen, tipo y ritmo de insultos y otras formas de furia.”. (p. 224-225)
(Los profesores
autores del libro son: Jeffrey Berry y Sarah Sobieraj)
Creo que no hace falta mencionar ningún caso específico de
por aquí, además la lista sería tan extensa que ocuparía mucho espacio. También
da algunos ejemplos de barbaridades que se dicen como por ejemplo:
“El presentador de radio Michael Savage gritaba contra los
musulmanes “coged vuestra religión y metéosla por donde os quepa”. Glenn Beck
decía en su programa matinal que la Agencia Nacional de Protección Civil para
emergencias podría estar construyendo “campos de concentración para quien no
estuviera de acuerdo con las decisiones del gobierno Obama”. (p. 224)
Tampoco creo que haga falta mencionar explícitamente a nadie
de aquí, seguro que al lector le viene a la memoria más de un caso.
A lo largo de este blog he tenido ocasión de escribir lo que
pienso de la prensa y del papel fundamental que ocupa en las sociedades
modernas. De ahí viene mi interés por todo escrito que trate sobre este tema.
Este de Ramírez tiene interés por la visión que da de los cambios que se están
produciendo y, además, porque ella misma está siendo protagonista. Da una
visión muy profesional de la profesión, valga la redundancia, y considera casos
aislados ejemplos como los que acabo de reproducir. Por lo que sigo de los medios
en España creo que, bien al contrario, la excepción es el periodismo hecho
con rigor profesional; cada día crece más el que podríamos llamar “periodismo
de trinchera”, ese que en lugar de limitarse a controlar el poder se dedica a
intentar cambiarlo. (Donde digo poder debería decir realmente gobierno, el poder
es otra cosa).
Un tema apasionante porque en el fondo es en los medios, y
con los medios, donde se está dirimiendo
la verdadera batalla política.
Un libro que merece la pena leer.
María Ramírez, El
periódico.
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