Si A lo lejos, leída hace menos
de dos años, supuso el descubrimiento de este escritor argentino formado en
Suecia y que vive en Estados Unidos desde hace 25 años, esta Fortuna supone la confirmación de que
estamos ante un magnífico escritor, alguien diferente, que no se conforma con
hacer una narración convencional, que en parte sí lo es, sino que busca
elaborar construcciones un tanto diferentes.
En esta novela, que por cierto acaba de recibir el premio Pulitzer, Díaz se
embarca en una estructura compleja por una parte, pero al mismo tiempo muy
clara. El libro se compone de cuatro escritos con autores diferentes. El primero, Obligaciones, es la historia, escrita por un tan Harold Vanner, del
auge de Benjamin Rask y su esposa Helen en el Nueva York de los años 20 con la
crisis del 29 como final. En el segundo, Mi
vida, Andrew Bevel, uno de los grandes financieros de la época de la Gran
Depresión, presenta un borrador de la narración en primera persona de algunos
momentos de su vida. El tercero, el más extenso, es para mi gusto el mejor del
libro, pero del que no se debe decir nada porque en él están algunas de las
claves de la novela, lo mismo que sucede con el cuarto escrito.
Así pues, capitalismo, dinero, poder y relaciones personales forman el
núcleo de la novela de la que Sergi Sánchez afirma en epe.es:
“Díaz comercia con palabras, no con
valores bursátiles, pero en esta majestuosa
novela el colonialismo, el crack del 29,
el anarquismo, los primeros tratamientos psiquiátricos, la cultura de las
élites, la poesía de la resistencia, la locura como manifestación definitiva de
la lucidez, se conjuran bajo el signo de la magia de la escritura, que también
tiene sus plusvalías, comete crímenes y somete a lo real a la ciclotimia de sus
creadores”
Una novela compuesta de otras cuatro con
las que Díaz poco a poco nos va
introduciendo en los entresijos de una historia que tiene más de una forma de
verse y entenderse. Como se afirma en alguno de los fragmentos de las críticas
reproducidas en la contraportada: “repleta de capas”, “rebosante de sorpresas”,
“inteligente y sofisticada”.
Creo que puede convertirse en una de las novelas
del año a pesar de que tiene algunos momentos en el segundo y en el cuarto
escritos que, en mi opinión, se podrían perfectamente eliminar. En el primer
caso porque son demasiado técnicos y en el segundo porque aportan poco al
conocimiento de la historia.
Absolutamente recomendable al igual que
lo era la anterior de Díaz, un escritor al que habrá que estar atentos por si
aparece alguna novedad.
Hay otra reseña interesante de Agustina Larrea en eldiarioar.com
Hernán Díaz, Fortuna. Traducción
Javier Calvo.
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