Este año, sin
que yo me lo haya propuesto en absoluto, están coincidiendo varios libros que
se centran en la relación, casi siempre problemática, de escritoras con sus
madres y escritores con sus padres. En el blog están comentados.
Este texto de
Chalandon es uno de ellos. El autor es el encargado de cubrir para su periódico
el juicio de Klaus Barbie en 1987, un juicio que levantó una gran expectación
en su momento. Al mismo tiempo inicia una investigación sobre el pasado de su
padre y su intervención en la Segunda Guerra Mundial. Un pasado que aparece
bastante confuso y que a medida que va conociendo le va llevando a alejarse de
él por las muchas mentiras que va encontrando.
El libro está
muy bien estructurado. Se inicia con la visita de Chalandon al pueblo donde
había una colonia de niños judíos que fueron enviados a los campos de
concentración; a continuación comienza a contar la investigación que le surge
sobre el papel de su padre antes mencionado y enseguida la va alternando con el
juicio a Barbie, un juicio en el que consigue que su padre pueda estar presente
a pesar de las dificultades que había por falta de espacio. (El padre tenía
gran interés en asistir porque le parecía que era un juicio “amañado”, un
juicio espectáculo).
“Un texto
fuerte, preciso, contundente que expresa un doble asombro: el del juicio
histórico y el descubrimiento de las repetidas mentiras del padre. Un libro
para ser tallado en piedra”.
Este fragmento
de la crítica de La Dépêche de Midi, que
la editorial reproduce en la solapa, creo que refleja muy bien lo que es el
libro.
El autor
afirma muy al principio que un amigo le había recomendado: “Convierte tus
lágrimas en tinta” (p. 27) y eso es lo que hace, de ahí lo impactante que
resulta su lectura en algunos momentos.
A mí me ha
recordado bastante a Emmanuel Carrère por la combinación que hace entre una
realidad exterior y su propia realidad.
Además, se
nota que es un periodista quien escribe. Está narrado con mucha agilidad
haciendo que el lector esté deseando avanzar en la lectura para ver cómo se
resuelven los dos temas. Fue finalista del Goncourt.
Quizá si hay
que poner alguna pega, yo lo haría con la dificultad que he tenido en algunos
momentos para seguir la narración de la historia de su padre que me ha
resultado algo confusa seguramente por la cantidad de mentiras que acumulaba.
En cualquier
caso un libro bastante recomendable por el interés que tienen las dos historias
que narra.
Sorj
Chalandon, Hijo de un bastardo.
Traducción Adolfo García Ortega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario