Pues nada, ya estoy una vez más comentando un libro
de Offutt, algo bastante habitual en los dos últimos años pues desde que lo
conocí en diciembre de 2021 no he parado de leer todo lo que se ha publicado en
nuestro país que, creo, que a falta del segundo volumen de sus memorias, es
todo lo que ha escrito.
Este es el tercer libro de una trilogía que tiene
como protagonista a Mick Hardin, un exmilitar que esta vez tendrá que hacer de
agente de la ley sustituyendo a su hermana Linda, la sheriff, que ha resultado
herida en un tiroteo.
Como ya he dicho comentando los anteriores libros de
la serie, lo importante en estos textos no es tanto la trama criminal como otra
serie de elementos que son los que hacen de Offutt un escritor tan atractivo.
Me refiero a cosas como: su sentido de la narración, el ritmo que le da, los
magníficos diálogos y la espléndida creación de personajes que quedan
perfectamente definidos con unos pocos rasgos. También hay otros dos elementos
característicos: por un lado, la presencia constante de la naturaleza a partir
de una gran variedad de pájaros, un tema del que el autor demuestra que sabe
mucho o que se ha informado muy bien (me quedo con lo primero) y, por otro
lado, algo que no falta en ninguna novela, la aversión de algún personaje a las
serpientes generalmente a las de cascabel.
Si añadimos varios momentos con un gran sentido del
humor, tenemos una novela cuya lectura resulta muy entretenida ya que, además,
se desarrolla en un mundo, el interior del estado de Kentucky, poco conocido y
muy diferente de la visión que se suele dar de ese país.
Hay que destacar también la magnífica traducción de
Javier Lucini.
Ahora, a esperar que se anime con más libros y a que
quien tenga los derechos publique el libro que falta de sus memorias; una
memorias que son muy interesantes y que nos muestran a un personaje realmente
peculiar.
Chris Offutt, La
ley de los cerros. Traducción Javier Lucini.
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