Hace casi exactamente un año que, tras leer Vengo de ese miedo, decía en mi
comentario en el blog que sería uno de mis libros del año como así fue y dejé
constancia en la entrada que hago en diciembre con los que así considero.
También disfruté algo después con la lectura de Arena. Por eso al ver la que ahora comento en la librería me llevé
una gran alegría. No necesité leer la contraportada, me bastaba con las
experiencias anteriores con el autor.
La decepción por eso ha sido mayor. No he entrado en
la historia en casi ningún momento y, desde luego, quien haya escrito esa
contraportada, ahora sí que ya leída,
debería hacer una reflexión.
El libro lo dedica Oeste a un compositor y cantante,
Nick Drake, que murió muy joven en 1974 y que luego se convirtió para algunos
en un cantante de culto, en una expresión que nunca me ha gustado sea para
cantantes, escritores o quien sea.
El libro está dividido en dos partes. En la primera,
que ocupa la tercera parte más o menos, aparecen muchos de los personajes que
tuvieron que ver con la vida de Drake, así como otros de ficción como el
principal protagonista que es un actor, Richard, que está realizando un
documental sobre el cantante y va entrevistando a gente que tuvo que ver con
él. En la segunda va alternando capítulos entre Richard y Janet, una buena
amiga del cantante y conocedora de su vida.
El problema que para mí tiene el libro es que
encuentro que todo es muy disperso en las dos partes. Empieza a veces con
informaciones sobre Drake para enseguida centrarse en las historias de los que
las están dando o en la relación de Richard con su mujer Erika o en la de
Janet. Por otra parte, se dice muy poco sobre la obra de Drake (alguien, por
cierto, totalmente desconocido para mí antes de leer el libro, pero que en gran
medida sigue siéndolo después de hacerlo).
Oeste escribe muy bien y eso es lo que me ha llevado
a leer todo el texto a pesar del escaso interés que tenía lo que me estaba
contando.
El libro parece que empezó a escribirlo hace tiempo
y que lo registró en 2014, pero ha sido en 2023 cuando lo ha reescrito tal y
como él mismo cuenta en el Epílogo que acompaña esta edición. Esto me ha
resultado bastante sorprendente porque uno de los grandes valores de lo que
había leído del autor es su tremenda fuerza expresiva y la intensidad
narrativa, dos características que, desde luego, no tiene este nuevo texto; un texto que tengo la impresión de que se queda a medio camino, como si no tuviera claro lo que realmente quiere contar.
Una pena porque es un autor del que esperaba mucho y
del que lo seguiré haciendo a pesar de este pequeño bache.
Miguel Ángel Oeste, Perro negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario