Creo que es la primera vez que nada más terminar un
libro me voy al ordenador y me pongo a escribir el comentario para el blog,
pero no me extraña que sea así.
Estoy como se dice vulgarmente con el “alma en un
puño”, emocionado, hace un rato a punto de saltárseme las lágrimas y asombrado
con un escritor capaz de provocar ese cúmulo de sensaciones y emociones en el lector, y aún
más en uno tan “duro” como soy yo.
No hace mucho aparecía el autor en la serie de mis
escritores favoritos, junto a otros dos franceses, tras la lectura de las tres
novelas que se habían traducido hasta ese momento. Se traduce ahora esta su
primera novela y tengo que reconocer que es la que más me ha gustado y sobre
todo impactado.
Las relaciones familiares, la soledad, la
incomprensión, la incomunicación y los problemas generacionales son los temas
desarrollados con una construcción milimétrica a partir de una serie de
monólogos en los que intervienen todos los personajes que participan en la
historia. La sensibilidad en el tratamiento de los temas y los personajes, la continua
progresión de lo que se narra dejando, al mismo tiempo, ciertos aspectos
inquietantes y esa escritura tan característica del autor hacen que, junto a la
citada provocación de emociones, me parezca una de las mejores novelas que he
leído últimamente. ¡Ah! Y, colmo de los colmos, todo eso en solo 152 páginas.
Recomendada queda, pero tengo que hacerlo otra vez
con cualquiera de las otras de Mauvignier, un escritor distinto y original
tanto por los temas como, y en su caso es muy importante, por la forma de
tratarlos.
P.D Evidentemente, aunque no lo he dicho en el comentario, ser ahora padre y haber sido hijo de una determinada manera me ha "ayudado" mucho para tener esas emociones.
Laurent Mauvignier, Lejos de ellos
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