Conocí este libro gracias a un amigo profesor de
clásicas y, al mismo tiempo, sabedor de mi predisposición al pesimismo. Lo
primero tiene su importancia porque la mayoría de las citas del libro, pues
efectivamente se trata de un libro de citas, corresponde a autores griegos y
latinos y así tenemos desde Tucídides a Sófocles, pasando por Séneca y Marco
Aurelio. También aparecen autores posteriores como Dante, Pascal o Descartes, e
incluso alguno contemporáneo como De Gaulle o Cioran.
En todo caso lo que tienen en común todos ellos es
que escribieron textos reflejando amargura, desencanto y, en definitiva, diferentes
caras del pesimismo.
El autor ha ordenado esta recopilación en quince
capítulos correspondientes a temas como: La
vida familiar, Una muerte segura o La condición humana. Como pasa con
cualquier libro que consista en una recopilación de citas, las hay que gustan
más, que provocan mayor emoción, y otras
que no interesan demasiado o que no se adaptan del todo al tema.
En todo caso es un libro para retomar de vez en
cuando y releer aquellas que más han llamado la atención. Eso sí, siempre que
uno sea más o menos un pesimista, porque en caso contrario lo mejor es ni
siquiera tenerlo entre las manos.
A mí me pasa como al autor que afirma en el Prólogo:
“Así que adquirí muy pronto una certeza que habría de acompañarme todos los
días de mi vida: el pesimista solo puede recibir buenas noticias” (p.18)
Que quien lo lea lo disfrute pensando en esto.
Lucien Jerphagnon, Elogio del pesimismo. Cualquier tiempo pasado fue mejor
El pesimista es un optimista bien informado. No recuerdo quién lo dijo.
ResponderEliminarUn abrazo, Pep