Con esta autora me ha sucedido algo que suele ser
bastante habitual en mi caso: descubro a un autor por su última obra y luego
voy leyendo con un cierto orden sus anteriores escritos. El año pasado fue el
caso de Patrick Deville y este año va a ser el de O’Brien, de la que en
diciembre leí Las sillitas rojas y
ahora su primera novela publicada en 1960, es decir, cincuenta años antes que
la mencionada.
O`Brien escribió esta novela con veintitantos años,
pero tiene una escritura bastante hecha, bastante consistente. Transcurre en
los años cincuenta del siglo pasado y cuenta la historia de dos chicas de un
pueblo de Irlanda que pasarán por un internado en una ciudad pequeña, para
terminar viviendo, una estudiando y otra trabajando, en Dublín. Nos muestra así
la vida en diferentes ambientes aunque en todos ellos hay algunos elementos
comunes que la autora critica de una forma más o menos abierta o explícita como
puedan ser: la dureza de las condiciones de vida, el papel de la religión, el
sometimiento de la mujer, el maltrato en el mundo de la familia o la bebida de
los jóvenes entre otros.
Si todo esto puede resultar interesante e incluso
para un español de la época, como es mi caso, más por las comparaciones que se
pueden hacer con la situación de un país también muy atrasado en cuestiones de
mentalidades y de moral, lo mejor de la novela, lo verdaderamente relevante es
la magnífica escritura de que hace gala O`Brien con la que logra algo que me
parece lo más difícil de conseguir, que el lector vaya entrando en la historia casi
sin darse cuenta porque esta le va como envolviendo. Todo lo que les sucede a
las protagonistas, y a unos espléndidos personajes secundarios, lo hace de una
forma pausada, sin grandes alteraciones, de una forma yo me atrevería a calificar
de natural.
Como se afirma en el blog lalibreriadejavier.com:
“Lo primero que salta a la vista de esta deliciosa
novela “Las chicas de campo” es la frescura de su escritura. Una
obra luminosa escrita con una sencillez apabullante y que cautiva al lector al
primer momento.”
En fin, un libro absolutamente recomendable porque
se disfruta mucho leyéndolo y, además, da origen a una trilogía que promete
seguir los pasos de este primer volumen.
En algunos momentos me ha recordado, por sus temas y estilo, a Carmen Martín Gaite, otra gran escritora
Hay una completa reseña en devoradoradelibros.com y
una interesante entrevista de Lola Galán con la autora en elpais.com.
Edna O’Brien, Las
chicas del campo. Traducción de Regina López Muñoz
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