viernes, 13 de enero de 2017

Gran decepción



La guerra de Vietnam debió de dar lugar a bastante literatura en su momento y también con posterioridad. En concreto yo he leído los dos libros de Tim O’Brien que Anagrama publicó en los noventa (aunque yo los he conocido no hace mucho), y muy recientemente el de Newton Thornburg publicado por Sajalin. Todos me gustaron bastante. Precisamente tras la lectura de este último me enteré de la existencia del de Stone que he conseguido aunque la editorial haya desaparecido.
De las críticas que aparecen en la solapa del libro se deduce que fue un texto que produjo un impacto considerable en el momento de su publicación, 1973, hasta el punto de obtener varios premios y ser finalista  en el Pulitzer. Seguramente se trató de un libro rompedor y original en su día, pero desde luego a mí no me ha gustado. Es muy extenso y muy reiterativo en lo que cuenta. Sus personajes están poco desarrollados. Los aspectos de crítica política y social apenas están esbozados. Eso sí, está bien contada, con enorme agilidad narrativa y con unos diálogos realmente buenos (algo bastante habitual por otra parte en la narrativa estadounidense). El problema es que cansa, que aburre, que parece que estás viendo una película y no leyendo una novela. Curiosamente, en 1978 se hizo la adaptación cinematográfica bajo la dirección de Karel Reisz y la participación en el guion del propio Stone con el título Nieve que quema en su versión española. Acabo de verla y ha resistido algo mejor que la novela el paso del tiempo aunque también lo ha notado.
No suelo reproducir fragmentos de críticas (normalmente me limito a dar el enlace), pero sí lo voy a hacer en esta ocasión quizá porque son enormemente dispares en sus valoraciones.
Empiezo por aquella con la que estoy más de acuerdo:

“Huidas, tiros, persecuciones y un encadenamiento de tópicos que hacen que leída hoy en día —no olvidemos este matiz en ningún momento— resulte una novela sosa y previsible. Y es que este es el gran problema de la obra: lo que en su día pudo parecer genial o innovador no ha resistido el paso del tiempo.” Sergi Torres en jotdown.es

Por el contrario un crítico con el que suelo estar muy de acuerdo dice que: “Hay excelentes razones para recomendar Dog soldiers…” y sobre la abundante violencia existente en el libro comenta lo siguiente: “Las páginas de Dog soldiers están atravesadas por una precisa puesta en escena de la violencia, mejor cuando es seca y contundente (el interrogatorio en la cocina) que cuando es más aparatosa (algún tiroteo).” Nadal Suau en elcultural.com
Por cierto que sobre su empleo de la violencia Rodrigo Fresán, autor del Prólogo, reproduce el siguiente  fragmento de una entrevista con Stone hecha en 1985: “Una catarsis. Para mí es un método para tratar con mi violencia interior. Y, supongo, lo mismo pueden llegar a sentir mis lectores. La violencia es una de mis preocupaciones. Y por eso hay mucha violencia en mis libros, tal vez una violencia desproporcionada. He visto mucha violencia en mi vida y he vivido para contarlo, y lidio con mis temores poniendo todo por escrito. De algún modo, uso a mis personajes como chivos expiatorios de mis pecados, para que su carne sirve de escudo a la mía.” (p. 19)

Finalmente, otro prestigioso escritor valora muy positivamente el libro:

“(…) su itinerario va más pegado a lo que de humano hay en cada abismo personal y colectivo: la codicia, la traición, el absurdo, la locura, la guerra, el crimen y la corrupción no son más que marcadores de nuestro perfil común. La fauna de California que desfila bajo la piel de cada uno de los personajes del libro (Hitch, Marge y un hatillo de crápulas y granujas en una suerte de Otelo alucinógeno) certifica que, más allá de la guerra como oscura matriz lírica y de la droga como metáfora del ocaso de una sociedad, Dog Soldiers muestra, sobre todo, la liquidación de una utopía.” Sergi Bellver, latormentaenunvaso.blogspot.com

Diferentes visiones que  también deben de responder a diferentes intereses literarios. En mi caso, que no soy un estudioso de la literatura sino un simple lector actual, los valores que tuvo y su buena escritura no han sido suficientes para que me haya interesado y/o gustado. Esperaba mucho de esta novela y me ha decepcionado.



Robert Stone, Dog soldiers. Prólogo de Rodrigo Fresán. Traducción de Mariano Antolín e Inga Pellisa. 

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