La guerra de Vietnam debió de dar lugar a bastante
literatura en su momento y también con posterioridad. En concreto yo he leído
los dos libros de Tim O’Brien que Anagrama publicó en los noventa (aunque yo
los he conocido no hace mucho), y muy recientemente el de Newton Thornburg
publicado por Sajalin. Todos me gustaron bastante. Precisamente tras la lectura
de este último me enteré de la existencia del de Stone que he conseguido aunque
la editorial haya desaparecido.
De las críticas que aparecen en la solapa del libro
se deduce que fue un texto que produjo un impacto considerable en el momento de
su publicación, 1973, hasta el punto de obtener varios premios y ser
finalista en el Pulitzer. Seguramente se
trató de un libro rompedor y original en su día, pero desde luego a mí no me ha
gustado. Es muy extenso y muy reiterativo en lo que cuenta. Sus personajes
están poco desarrollados. Los aspectos de crítica política y social apenas
están esbozados. Eso sí, está bien contada, con enorme agilidad narrativa y con
unos diálogos realmente buenos (algo bastante habitual por otra parte en la
narrativa estadounidense). El problema es que cansa, que aburre, que parece que
estás viendo una película y no leyendo una novela. Curiosamente, en 1978 se
hizo la adaptación cinematográfica bajo la dirección de Karel Reisz y la
participación en el guion del propio Stone con el título Nieve que quema en su versión española. Acabo de verla y ha
resistido algo mejor que la novela el paso del tiempo aunque también lo ha
notado.
No suelo reproducir fragmentos de críticas
(normalmente me limito a dar el enlace), pero sí lo voy a hacer en esta ocasión quizá
porque son enormemente dispares en sus valoraciones.
Empiezo por aquella con la que estoy más de acuerdo:
“Huidas, tiros, persecuciones y un encadenamiento de
tópicos que hacen que leída hoy en día —no olvidemos este matiz en ningún
momento— resulte una novela sosa y previsible. Y es que este es el gran
problema de la obra: lo que en su día pudo parecer genial o innovador no ha
resistido el paso del tiempo.” Sergi Torres en jotdown.es
Por el contrario un crítico con el que suelo estar
muy de acuerdo dice que: “Hay excelentes razones
para recomendar Dog soldiers…” y sobre la abundante violencia existente en
el libro comenta lo siguiente: “Las páginas de Dog soldiers están
atravesadas por una precisa puesta en escena de la violencia, mejor cuando es
seca y contundente (el interrogatorio en la cocina) que cuando es más aparatosa
(algún tiroteo).” Nadal Suau en elcultural.com
Por cierto que sobre su empleo de la
violencia Rodrigo Fresán, autor del Prólogo, reproduce el siguiente fragmento de una entrevista con Stone hecha
en 1985: “Una catarsis. Para mí es un método para tratar con
mi violencia interior. Y, supongo, lo mismo pueden llegar a sentir mis
lectores. La violencia es una de mis preocupaciones. Y por eso hay mucha
violencia en mis libros, tal vez una violencia desproporcionada. He visto mucha
violencia en mi vida y he vivido para contarlo, y lidio con mis temores
poniendo todo por escrito. De algún modo, uso a mis personajes como chivos
expiatorios de mis pecados, para que su carne sirve de escudo a la mía.” (p.
19)
Finalmente, otro prestigioso escritor valora muy
positivamente el libro:
“(…) su itinerario va más pegado a lo que de humano
hay en cada abismo personal y colectivo: la codicia, la traición, el absurdo,
la locura, la guerra, el crimen y la corrupción no son más que marcadores de
nuestro perfil común. La fauna de California que desfila bajo la piel de cada
uno de los personajes del libro (Hitch, Marge y un hatillo de crápulas y
granujas en una suerte de Otelo alucinógeno) certifica que, más allá de la
guerra como oscura matriz lírica y de la droga como metáfora del ocaso de una
sociedad, Dog Soldiers muestra, sobre todo, la liquidación de
una utopía.” Sergi Bellver, latormentaenunvaso.blogspot.com
Diferentes visiones que también deben de responder a diferentes
intereses literarios. En mi caso, que no soy un estudioso de la literatura sino
un simple lector actual, los valores que tuvo y su buena escritura no han sido
suficientes para que me haya interesado y/o gustado. Esperaba mucho de esta novela y me ha decepcionado.
Robert Stone, Dog
soldiers. Prólogo de Rodrigo Fresán. Traducción de Mariano Antolín e Inga
Pellisa.
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