“Las cifras no mienten: el dinero para
llevar a cabo esta gran transformación está ahí, solo necesitamos gobiernos que
tengan arrestos para perseguirlo.
En resumen, esa era nuestra visión;
invertir en aquellos sectores que mejoren nuestra calidad de vida de forma
tangible y que abran paso a sociedades más solidarias, en lugar de
despedazarlas en el nombre de una crisis que se han inventado y que a la que han
llamado austeridad. ” (p.282)
Empiezo el comentario de este libro de
una forma un tanto rara, que es poniendo una cita de su parte final, porque
creo que en ella está la clave de lo que en mi opinión es su máximo problema.
Ese “solo” dicho así como de pasada y sin mayor análisis o insistencia, refleja
la inconsistencia de las propuestas que esta activista y gran optimista
canadiense nos hace para cambiar a una sociedad mejor.
En esa parte final, que es la cuarta del
libro, Klein pone ejemplos de rechazo de las políticas neoliberales en
Argentina, España y USA y, pensando en ellos, plantea la necesidad de ir
articulando un movimiento casi omnicomprensivo de organizaciones que intentan
resolver problemas aislados para buscar un mínimo común que las articule. Algo
así han logrado hacer en Canadá elaborando el manifiesto con el que se cierra
el libro que no deja de ser una típica recopilación de buenas intenciones.
¿No merece la pena pues la lectura de
este libro? En absoluto. Conocía a la autora por el nombre y no mucho más y no
había leído ninguno de sus anteriores libros que, por cierto, han obtenido
buenas cifras de venta y muchas reseñas. Me imaginaba que era la típica
periodista superficialmente crítica, pero me he encontrado con una fuerza de la
naturaleza en las páginas que dedica a la crítica del gobierno de Trump, que es,
por otra parte, lo que ocupa la mayoría
del texto. Así, en las tres primeras partes se dedica a hacer una crítica
demoledora de la figura de Trump y de los gobernantes que ha ido poniendo a su
alrededor. Vuelve a ideas que ya planteó en sus libros anteriores, sobre todo
en No Logo y en La doctrina del shock (lo que me ha resultado muy útil ya que las
desconocía). En estas páginas muestra
Klein todas sus virtudes: claridad en las ideas que expone, gran agilidad para
exponerlas, compromiso personal en sus opiniones y, en definitiva, ese carácter
de activista que mencionaba antes.
Algunos ejemplos de lo que dice sobre el
hoy presidente de los Estados Unidos:
“Es esta compleja combinación de
factores lo que permitió a Trump llegar y decir: “Yo seré el defensor de los
atribulados trabajadores. Yo os devolveré vuestros empleos en las fábricas. Yo
me desharé de esos tratados comerciales. Yo os reintegraré vuestro poder. Yo
haré que volváis a ser hombres de verdad. Libres de meter mano a las mujeres
sin tener que perder el tiempo haciendo preguntas estúpidas. ¡Ah!, y la más
contundente de las promesas de Trump a sus bases: “Yo os liberaré de la competencia
de la gente de piel oscura, que será deportada o tendrá prohibida la entrada en
el país, que será encarcelada si lucha por sus derechos”. En otras palabras,
iba a devolver a los hombres blancos la seguridad que da estar por encima de
los demás.” (p. 112-113)
“En mi opinión, la tragedia de Trump ya
no es que ahora esté dirigiendo Estados Unidos un hombre que representa todo lo
peor de cuanto puede producir la cultura, concentrada en un ser humano; es que
el país tuvo al alcance de la mano la posibilidad política mejor y más
esperanzadora surgida en lo que llevo de vida, por imperfecto que sea Sanders,
y justo en el momento en que el reloj del clima va a dar la medianoche.” (p.
149)
Hay muchas más y otras tantas dedicadas
a diferentes secretarios de su gobierno. Y frente a eso recoge una frase del
historiador Howard Zinn que resume muy bien cuál es la postura de la autora:
“Lo importante no es quién esté sentado
en la Casa Blanca, sino quién hace las sentadas: en las calles, en los
comedores, en los pasillos de las instituciones, en las fábricas. Quién
protesta, quién ocupa las oficinas y se manifiesta. Estas son las cosas que
determinan lo que ocurre”. (p. 247)
Un libro de combate, pero con el lastre
del que adolecen todos los libros que leo en la misma línea: o falta proyecto o
el que proponen es absolutamente insuficiente y no se nombra tampoco cómo ni
con quién llevarlo a cabo.
No sé si podrá tener algún éxito en
Canadá; en Europa no le vaticino mucho porque los vientos que corren casi se
mueven en una dirección contraria aunque, evidentemente, algo habrá que hacer.
Marta Peirano tiene una entrevista interesante con la autora en
eldiario.es y Bernabé Sarabia una reseña también interesante en elcutural.com.
Naomi Klein, Decir no no basta. Contra las nuevas políticas del shock por el mundo
que queremos. Traducción Ignacio Villaro y Ana Pedrero.
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