No es habitual encontrar en nuestras librerías
textos como este en el que una autora nos acerca a un mayor conocimiento de su
obra a partir de la publicación de un conjunto de materiales como son :
correspondencia con lectores, comentarios y sugerencias a los directores de
cine que han llevado a la pantalla alguno de sus libros, largas entrevistas con
periodistas de medios de muchos países, fragmentos que por diversas razones no
incluyó en sus textos publicados, etc.
Quizá la explicación más plausible de esta novedad
sea el hecho de que se trata de alguien que ha mantenido férreamente su
privacidad de tal manera que no se conoce ni su identidad sexual (hay quienes
afirman que se trata de un hombre y otros de un colectivo), ni su aspecto
físico, ni mucho menos su biografía más allá de algún dato que se aporta en el
libro. Digo privacidad y no anonimato porque la propia Ferrante insiste ante
las machaconas preguntas de varios periodistas que no se trata de anonimato.
Precisamente este tema es el que más veces aparece en el libro ya que es una
pregunta recurrente de la mayoría, si no de todos, los periodistas que la
entrevistan (entrevistas que se gestionan a través de sus editores y
consisten siempre en preguntas cerradas
y por escrito). Como es un tema que despierta tanto interés, dejo aquí algunas
de sus repuestas:
“La atención
mediática, cuyo principal objetivo es dar voz y cuerpo a la estrella del
momento, ha acostumbrado a los lectores a la idea de que es más importante el
productor de obras que las obras mismas. Como si dijéramos: te leo porque me
gustas tú, confío en ti, eres mi pequeño dios.” (p. 241)
“Además, los libros auténticos solo se escriben para
ser leídos. El activismo promocional de los autores tiende, en cambio, y cada
vez más, a borrar las obras y la necesidad de leerlas.” (p. 94)
“Ahora bien,
la enfatización mediática es muy distinta, el predominio del icono del
autor sobre su obra. En este caso, el libro funciona como la camiseta sudada de
una estrella del pop, prenda que sin el aura del divo resulta por completo
insignificante.” (p. 269)
Obviamente, en un texto así la autora habla de
infinidad de temas y explica multitud de cosas sobre sus personajes y el
contenido de sus novelas. En este aspecto está el principal problema que tiene
un libro así para un lector tan desmemoriado como yo: la mayor parte de lo que
comenta de sus obras no puedo seguirlo porque no recuerdo las historias o los
momentos a los que hace referencia. No obstante, me ha interesado su lectura
porque es alguien que cuenta muy bien e intercala además reflexiones y
opiniones tan jugosas como las siguientes:
“Quien escribe solo debe preocuparse por narrar del
mejor modo posible lo que sabe y siente, lo bello, lo feo, lo contradictorio,
sin obedecer a ninguna prescripción, ni siquiera a las que proveniente del
campo al que siente pertenecer. La escritura requiere la máxima ambición, la
máxima falta de prejuicios y una desobediencia deliberada.” (p. 305)
“Por lo demás, la clase política que nos gobierna,
sin cultura, sin cerebro, sin justicia vaya ironía, se considera inocente y,
con una repugnante sonrisita astuta, declara que las culpas, si las hay, son de
otros. Detesto el tono de voz con el que estos poderosos opacos y bravucones
manipulan la culpa y la inocencia. No me fío de sus declaraciones de
intenciones, de sus peroraciones, de las autodefiniciones orgullosas e
inmodestas.” (p. 123)
Desde luego es un libro absolutamente ineludible
para sus fans, que son legión, y también útil para quienes como yo hemos leído
con mucho placer la tetralogía Dos amigas
y alguno de sus primeros libros. Quizá se podría haber suprimido alguna de las
entrevistas para aligerar un poco la extensión, 439 páginas, y evitar algunas
duplicaciones.
Un comentario final un tanto marginal. A mí como
lector me gusta conocer cosas de los autores que leo e incluso es bastante habitual que de vez en cuando vuelva a la
solapa para ver su fotografía. Seguramente no me aporta nada como dice
Ferrante, pero me gusta. Eso sí, respeto totalmente su postura y hasta creo que
tiene razón en sus argumentos.
Hay una buena reseña de Beatriz Garza en
unlibroaldia.blogspot.com.
Elena Ferrante,
La frantumaglia. Un viaje por la escritura. Traducción Celia Filipetto.
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