Hago en el blog una serie que llamo Mis autores favoritos. Voy ya por el
XXVI y Zweig apareció el II solo precedido por Joseph Roth. Es un escritor muy
completo pues además de su obra narrativa, realizó unas magníficas biografías,
unos ensayos muy interesantes y unas memorias que están entre las mejores de su
época.
Con estos antecedentes cualquier novedad que se
produzca de libros de Zweig es bienvenida y mucho más si como es el caso se
trata de una estupenda novela corta.
Hace unos días al comentar el último libro de Jirí
Weil criticaba la falta de caracterización de los personajes que me parecía el
gran fallo del libro. Hoy precisamente comento un libro de un representante de
la mejor tradición en la creación de personajes. En este caso una mujer, Irene,
que a partir de descubrirse que tiene un amante entra en una situación de un
miedo cercano al pánico.
Como dice Manuel Hidalgo en su reseña en
elculturla.com:
“La novela
es, primordialmente, un vertiginoso y agobiante terremoto psicológico. Zweig,
por supuesto, introduce con su mano maestra de argumentista episodios que van
haciendo insoportable la tensión, que complican y aumentan la intriga y el
suspense hasta el fogonazo final, pero lo principal ocurre en la cabeza de
Irene y en su asaltado sistema nervioso.”
Y en el mío añadiría yo porque una de las grandes
virtudes de este gran escritor es la capacidad que tiene de hacer al lector
partícipe de la historia que narra. En este caso generando esa sensación de una
cierta angustia, pero también como afirma Marc Peig en su reseña
unlibroaldiablogspot.com:
(Por cierto, muy acertada la recomendación que hace
al posible lector de que no lea la contraportada antes de leer el libro)
Es decir, sensaciones sí, pero también motivación
para la reflexión. Y todo en un espacio tan reducido como 136 páginas en formato
bolsillo, claro que este es otro de los aspectos claves de Zweig, decir mucho
sin necesidad de extenderse demasiado.
Recomendar este libro es decir algo demasiado obvio.
Cualquier libro del autor es recomendable. Yo tengo la suerte de que, además de
que seguramente esta gran editorial que es Acantilado seguro que publica alguna
obra más, aún tengo pendiente de lectura dos biografías y un libro del que
espero mucho como es La novela de Balzac. Por lo tanto, soy un afortunado,
tengo Zweig para rato.
Stefan Zweig, Miedo.
Traducción Roberto Bravo de la Varga.
Muy buena reseña, Carlos. Realmente es impresionante cómo Zweig sabe transmitir la angustia en este libro que, aunque breve, es inmenso.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por la mención a mi reseña ;-)
Marc Peig
Muchas gracias por tus comentarios. Un saludo.
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