Con respecto a otros libros del autor, al menos de los que
yo conozco, ofrece la novedad de que nada menos que tres crónicas están
dedicadas a temas españoles: una a la tumba de Lorca, otra al rey y la tercera
a Euskadi. Su lectura es especialmente interesante no tanto por lo que cuenta
sino, sobre todo, porque sirven para darse cuenta del tipo de periodismo que
practica.
Además de las mencionadas, el libro se completa, hasta el
total de las doce crónicas de las que consta, con otras centradas en Sudamérica
y el Caribe, más en concreto: tres dedicadas a Cuba, otras tantas a Venezuela y
una a Panamá, Colombia y Chile.
Menciono los países aunque el protagonismo lo tienen en la
mayoría personajes como Fidel Castro, Hugo Chávez, Pinochet o Gabriel García
Márquez. Hay que destacar que se ha entrevistado con todos los protagonistas y
también con muchos de los que forman parte de su entorno por lo que tiene un
conocimiento de primera mano. A menudo hay fragmentos que aparecen
entrecomillados.
Además de los líderes en el libro se abordan temas como,
entre otros: la situación de Cuba en el “período especial” de los años noventa,
la intervención de los Estados Unidos en Chile o cómo se estructuran y
funcionan las favelas en Río de Janeiro.
Evidentemente, con estos protagonistas, los textos suelen
tener un fuerte contenido político, pero hay que destacar también su gran
calidad literaria. Anderson demuestra siempre también un buen conocimiento del
contexto en el que se desenvuelven sus personajes, aporta informaciones muy
interesantes a veces desconocidas (por ejemplo, sobre la vida privada de
Castro) y otras muy curiosas (por ejemplo, las anécdotas de García Márquez).
La verdad es que a pesar del tiempo transcurrido desde su
publicación no han perdido interés porque, como decía antes, tienen la virtud
de su magnífica escritura, unos textos que da gusto leer no solo por lo que
cuentan o informan sino también por cómo lo hacen. Me pasa con este escritor lo
mismo que con Caparrós o Guerriero, o en su día con Kapuscinski, que siento
verdadera pena cuando termina el libro.
Jon Lee Anderson, El dictador, los demonios y otras
crónicas. Traducción Antonio-Prometeo Moya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario