Esta vez sí que
comento el hasta ahora último libro traducido de Ryan y publicado por Sajalín.
Hace menos de dos meses lo hice con el tercero que leía diciendo que era el
último y la editorial corrigió mi error lo que me ha permitido leer el que
comento, un libro que se me había pasado.
Con este son
tres los libros que he leído del autor este año. De hecho es del que más libros
he leído y, claro, no es casualidad. Ryan es un escritor que tiene una serie de
virtudes que me gustan: cuenta muy bien las historias, crea personajes muy
cercanos y les da mucha vida, demuestra altas dosis de sensibilidad y, aunque
esto no sea demasiado importante, lo hace con textos que apenas pasan de las
200 páginas.
En este caso,
una embarazada va escribiendo en su ordenador lo que le pasa en su vida diaria,
de ahí que los capítulos se titulen según le semana del embarazo. Además, de
vez en cuando cuenta también cosas que le pasaron en momentos anteriores que
ayudan a entender alguno de sus comportamientos (por ejemplo, el hecho de que
el hijo lo sea de un chico al que está enseñando a leer y escribir y no de su
marido).
La historia se
desarrolla, como suele ser habitual en el autor, en un pequeño pueblo irlandés.
En este caso aparece como novedad el que haya varios personajes que son travellers, es decir, gitanos (de ambas
formas se mencionan en el libro). Lo es el padre del futuro bebé y también uno
de los personajes más interesantes del libro, Mary, alguien que ha sido
repudiada por su familia y por la que se provocará algún conflicto entre
clanes. También el padre de la narradora, la madre murió hace tiempo, es una
presencia importante y una buena creación del autor.
En fin, una
novela con buenos personajes en la que no se necesita que pasen cosas
importantes para tener atento al lector. A mí me ha producido cierta tristeza
en algunos momentos al ver la soledad y la indefensión de los protagonistas,
pero creo que Ryan ha logrado darle un buen final.
Otro libro muy
recomendable de este magnífico escritor irlandés. Un libro que se disfruta de
principio a fin y que es capaz de crear emociones en el lector.
Ahora solo
queda esperar que la editorial se anime con más libros de Ryan.
Donal Ryan, La única certeza. Traducción Ana Crespo.
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