Las dos novelas que he leído hasta ahora de esta
escritora me han dejado una sensación ambivalente pues si, por un lado, me
interesan por sus temas y su escritura, por otro lado, tengo siempre la
impresión de que me estoy perdiendo muchas cosas sin llegar a enterarme bien de
qué me quiere transmitir con ellas.
A partir del viaje en tranvía hacia una cita con su
interrogador, una trabajadora en una fábrica de ropa va relatando cosas de su
vida y de la de algunas personas de su entorno: padres, maridos, amiga,
compañeros de trabajo, etc. En estos recuerdos está el centro de la novela y es
aquí también donde pierdo a veces pie y no logro seguir bien algunas historias.
Dentro de esos personajes destaca en mi opinión la
historia de su amiga Lilli a la que dedica, además, bastante espacio y que me
parece de lo más interesante de la novela.
El tono en general es bastante típico de lo que
conozco de Müller, sombrío, con pocas concesiones, mucha soledad, pocas
relaciones afectivas realmente positivas y, lógicamente, dada la historia
personal de la escritora, con críticas explícitas al sistema de Rumanía como se
puede apreciar en los dos siguientes fragmentos:
“En la fábrica robar no es un delito: La fábrica
pertenece al pueblo y uno es del pueblo y se lleva su propiedad del pueblo:
hierro, madera, hojalata, tornillos y alambre, lo que hay para llevarse. Y
dice:
De día uno se lleva; de noche, roba.” (p. 80)
“En la floristería tenía una amante de mi edad, que
se encargaba de combatir los ácaros y los pulgones. Como nadie podía llamarla
por su título oficial entero sin reírse: camarada ingeniero encargada de
combatir parásitos de plantas ornamentales, la llamaban simplemente camarada
inspectora de parásitos.” (p. 105)
Evidentemente, toda la novela es una crítica del
sistema y de cómo afecta a la vida de los ciudadanos, de ahí viene el carácter
sombrío del que hablaba antes.
El estilo también es muy característico de la
autora con esas frases cortas que no abandona prácticamente nunca.
Es una escritora que es difícil recomendar pues por
su estilo y las historias que cuenta no se trata de una lectura fácil y
relajada, pero por algo le dieron el premio Nobel de Literatura hace unos años.
Hay una buena reseña de Francisco Martínez en
fantasymundo.com.
Herta Müller, Hoy
hubiera preferido no encontrare a mí misma. Traducción Juan José Solar
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