Una vez más me encuentro ante una autor totalmente
desconocido para mí a pesar de escribir sobre un género, la novela
policíaca, del que suelo leer libros de
vez en cuando y que, además, por lo que he visto ahora es bastante prolífico. En
la solapa del libro se menciona que es el autor de los libros que dieron lugar
a dos películas que me gustaron mucho: Mystic
River y Shutter Island, dirigidas
nada menos que por Clint Eastwood y Martin Scorsese respectivamente. Así que
debe de tratarse de un escritor que merece la pena.
Efectivamente, este libro resulta tremendamente
entretenido y adictivo. De hecho lo he leído en dos sentadas porque cuenta muy
bien una historia de gánsteres en la Florida de los cuarenta del siglo pasado.
Tiene los suficientes elementos para hacerlo atractivo: un protagonista
interesante con su historia detrás (al ser el volumen final de una trilogía
apenas conocemos nada de él) y con un hijo de diez años con el que mantiene
algún diálogo tan bueno como el siguiente:
“- Papá – dijo.
- - ¿Qué?
- - ¿Tú eres de los malos?
- - No, hijo. -Joe vio salpicaduras de
vómito en la camisa de Tomas-. Lo que pasa es que tampoco soy especialmente
bueno.” (p. 280-281);
También hay un conjunto de personajes secundarios
muy bien definidos desde el rematadamente malo hasta el más ambivalente; está
muy bien ambientada en la Tampa de la época; y con respecto a su escritura
prefiero reproducir un texto puesto por la editorial en la solapa del libro: “Lehane
escribe de un modo convincente, tenso y poderoso.” USA Today.
Con todos estos ingredientes Lehane ha logrado una
magnífica novela de género con la que yo desde luego he disfrutado, aunque
también tengo que decir que novelas así me gusta leer una cada cierto tiempo
porque terminan cansándome.
Hay una buena reseña de JJuan Carlos Galindo en
elpais.com y otra de Laura Fernández en elcultural.com.
Dennis Lehane, Un
mundo desaparecido. Traducción Enrique de Hériz.
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