Maalouf ha aparecido en la serie que dedico a mis
autores favoritos. Es un escritor del que, habiendo leído todo lo publicado
excepto el último libro, solo me quedaba este que, además, lleva muchísimos
años en la estantería que dedico a los libros pendientes de lectura. (Esta es
la edición de 1991.)
El caso es que por una u otra razón ahí estaba.
Curiosamente, leo en último lugar el libro que primero publicó en 1983.
El texto está a medio camino entre el ensayo y el
libro de historia. Según explica al final, ha utilizado tres tipos de fuentes:
el testimonio de los historiadores y cronistas árabes; obras de historia medieval
árabe y musulmana en sus relaciones con occidente y, finalmente, relatos
históricos, globales o parciales, de las cruzadas. Obviamente, Maalouf da al
relato su toque particular, pero el resultado es un texto tremendamente
irregular pues junto a momentos muy interesantes y que reflejan de forma clara
y concisa lo que sucedió (bueno, lo que dicen que sucedió), hay otros en los que ,por
la acumulación y lo prolijo de las informaciones, unido a la complejidad de los
hechos, el relato pierde fuerza y se hace muy difícil de seguir.
Hay temas que son especialmente interesantes como
pueden ser: ver las divisiones en el mundo árabe y cómo estas permitieron el
triunfo de los cristianos (según se leen esas páginas se va viendo lo poco que
ha cambiado ese mundo); conocer la existencia de la secta de los asesinos
(parece el antecedente más antiguo de Al-Quaeda) y sus “comandos suicidas”; comprender
las diferencias de la justicia de árabes y cristianos y, principalmente, tal y
como reza el título del libro darse cuenta de cómo la historia se puede contar
siempre de diferentes maneras según quién lo haga.
Los siguientes fragmentos ejemplifican bien dos de
estos temas:
“Pero, para superar la inferioridad numérica, los
frany (así es como llamaban a los
cristianos de occidente) van a disponer, durante muchos años, de un arma
aún más temible que sus fortalezas: el letargo del mundo árabe.” (p. 86)
“La única diferencia es que Saladino, al no querer
el estorbo de los prisioneros, los había soltado, mientras que Ricardo prefiere
exterminarlos. Reúnen ante los muros de la guarnición de Acre, a dos mil setecientos soldados junto con
cerca de trescientas mujeres y niños de sus familias. Atados con cuerdas para
que no formen más que una única masa de carne, quedan a merced de los
combatientes francos que se ensañan en ellos con sus sables, sus lanzas, e
incluso a pedradas hasta que cesan todos los gemidos.” (p. 232) (Este Ricardo Corazón de León tiene otra
“prensa” en occidente)
Aunque el tema del libro sean las cruzadas, yo creo que
se trata de algo más y lo que se plantea realmente es el conjunto de conflictos
de la región, alguno de los cuales continúan hasta hoy.
Un libro que no recomiendo como lectura fácil y
entretenida pues requiere mucha atención y aun así el lector corre el riesgo de
perderse en muchos momentos con tantos emires, sultanes, reyes, etc., de tantas ciudades.
Amin Maalouf,
Las cruzadas vistas por los árabes. Trad. María Teresa Gallego y María
Isabel Reverte.
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