jueves, 16 de marzo de 2017

Irregular ensayo




Llevaba tiempo queriendo conocer algo de Sebald y el otro día me topé con este libro cuando acababa de terminar otro sobre cómo los alemanes habían vivido la Segunda guerra mundial en el que, como comenté en la entrada correspondiente del blog, uno de los temas que más me habían llamado la atención era el de los bombardeos de las ciudades alemanas. Este es, precisamente, el tema de este libro de Sebald o mejor dicho, el silencio de la literatura de posguerra sobre estos bombardeos y los enormes daños de todo tipo que produjeron.
El libro tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera se recogen de forma adaptada unas conferencias que el autor dio sobre el tema en Zurich en 1997; la segunda está dedicada exclusivamente a comentar la obra de un escritor de posguerra de segunda fila.
Tengo que reconocer que si al principio me ha interesado el planteamiento del libro y lo que el autor cuenta sobre la destrucción y el papel que debió de jugar en la estrategia de los aliados, a partir del momento en que se centra en comentar la obra de los pocos autores que escribieron algo sobre el tema, el libro se me ha caído de las manos. Es difícil seguir un texto en el que se están diciendo cosas sobre libros y autores que se desconocen totalmente aunque alguna de las reflexiones sí que sean interesantes. Lo mismo me ha sucedido con la segunda parte pues desconozco al escritor en el que se centra Sebald.
No obstante, el libro merece la pena por lo que se puede entender y por cosas como las que escribe  Rafael Narbona en su reseña en elcultural.com. Así:

“La mirada de Sebald no es la de un historiador. Las deslumbrantes páginas que recrean la destrucción de Hamburgo evidencian la excelencia de un estilo, donde la sensibilidad estética nunca se aleja de la solidaridad hacia el dolor ajeno.(…)
El talento literario de Sebald se manifiesta en su evocación de ese cine que perdió una de sus paredes en medio de un bombardeo, sin que se interrumpiera la proyección o en el triste destino de los animales del Zoo de Berlín, que deambulan por las ruinas, incapaces de comprender lo que sucede. Es difícil olvidar la imagen de los hombres que husmean entre las entrañas de un elefante, cuya caja torácica recuerda la estructura de los edificios destruidos o la fascinación de los clientes anónimos de una librería de Hamburgo por las fotografías de los cadáveres que yacían en plena calle tras el bombardeo, mostrando esa curiosidad furtiva que suele suscitar la pornografía.”

Efectivamente, tiene momentos y descripciones de gran fuerza, pero como titulo la entrada, me parece irregular desde el punto de vista de un lector no demasiado informado, como es mi caso, sobre la literatura alemana de posguerra.
Seguramente habrá que insistir con algún otro libro del autor del que el mismo Narbona dijo a raíz de su muerte el 2001 en accidente de automóvil: “Se nos ha ido uno de los últimos clásicos vivos.”


W. G. Sebald, Sobre la historia natural de la destrucción. Traducción Miguel Sáenz

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