Después de leer con gran placer la trilogía de
Echenoz dedicada a sendas “biografías”, me encuentro con esta especie también
de biografía de la Primera Guerra Mundial. Qué capacidad tiene este escritor
para decir tantas cosas con tan pocas palabras; para meternos en una historia
tan dura con solo pequeños detalles y sin hacer uso del morbo tan peligroso en
estos temas; y, además, de hacerlo sin que aparentemente se implique en la
historia contada.
No suelo reproducir en mis comentarios críticas que
las editoriales ponen a veces en los libros porque huelen a propaganda (de
hecho son propaganda), pero en este caso creo que merece la pena hacerlo con la
siguiente:
“Noventa y ocho páginas bastan para recorrer cuatro
años de conflicto. El autor incluso se permite con frecuencia el lujo de un
humor irresistible, especialmente en medio del horror. En cada frase, todo
tiene sentido y resonancia, y así, cada una de las existencias exploradas, aun
en el espacio de unas pocas líneas, le permiten al escritor añadir un nuevo
matiz a su gran fresco histórico.” (Arnaud Lapointe, Le Magazine Littérarire)
Resume perfectamente el contenido y el sentido de
este magnífico libro que tendré que leer más de una vez a lo que anima también
su reducido tamaño y el hecho de que ninguna página, y hasta diría que ninguna
frase, tiene desperdicio.
Un solo ejemplo bastará para ver el estilo
característico de Echenoz:
“Pero no se abandona una guerra así como así. No hay
vuelta de hoja, está uno atrapado: el enemigo delante, las ratas y los piojos
encima y detrás los gendarmes. La única solución es dejar de ser útil para el
servicio, lo que esperamos por supuesto a falta de otra cosa, lo que terminamos
deseando, es una buena herida…” (p. 74)
Por cierto que después de haber leído mucho sobre
este tema, no en balde he sido profesor de historia, es la vez en que he visto
mejor retratada la función de los que
salen detrás de las tropas para evitar que haya desbandadas y huidas. (Los
gendarmes en la cita que he reproducido.)
Un libro absolutamente recomendable. A mí es el que
más me ha gustado junto con Correr de
los que he leído hasta ahora de este gran escritor francés.
Hay un buen resumen de las críticas que el libro
tuvo en Francia hecho por Miguel Mora en elpais.com. También es útil la reseña
de Francesc Bon en unlibroaldia.blogspot.com.
Jean Echenoz, 14.
Traducción Javier Albiñana
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