En esta recuperación que estoy haciendo de la obra de la autora
desde mi reciente descubrimiento, llego al
que se considera su primer acercamiento al género de la novela policiaca
que luego ha cultivado en varias ocasiones. Una novela bastante corta en su
extensión, pero no por ello corta en su intención.
Tengo que advertir que me considero un zote en lo que se refiere a
adivinar los asesinos y, en general, las tramas de las novelas policiacas. He
leído muchísimas y en muy pocas ocasiones he acertado. Sin embargo, en esta
casi desde el principio he sospechado algo y el nivel de acierto ha sido
bastante alto. ¿Ha perdido entonces interés la lectura? En absoluto, incluso
diría que lo ha ganado porque me ha permitido centrarme más en los pasos dados
por la protagonista y en sus reflexiones, en lugar de estar elucubrando
posibles culpables.
Dice Ernesto Calabuig, en su breve reseña en elcultural.com:
“A la buena y cuidada
escritura se le suma la agilidad en la alternancia de escenas, el inteligente
manejo del humor negro, la ironía, el misterio... y, como en sus otras obras,
el hallazgo de una historia que, sabiendo mostrar y hasta desenmascarar, añade
a los méritos literarios un alto valor sociológico.”
Comparto plenamente estas ideas y añadiría que a mí me ha resultado
especialmente interesante el lenguaje tanto el de la protagonista (la historia
está fundamentalmente contada por ella en primera persona) como en esos
magníficos diálogos telefónicos de la hija. Quizá matizaría lo del alto valor
sociológico que sí he apreciado en posteriores novelas, pero que aquí resulta
algo demasiado anecdótico, aunque de alguna manera sí anuncia lo que será una
constante en sus novelas policiacas: la crítica a esa clase media superficial y
despreocupada.
Una novela muy entretenida, que se lee de un tirón y que ya
muestra a la buena escritora que es Piñeiro como ha seguido demostrando en el
resto de su obra.
Aún me queda pendiente su gran éxito Las viudas de los jueves escrita inmediatamente después de Tuya. Por cierto, ambas han sido
llevadas al cine. En el caso de Tuya
sin demasiado éxito de público y es que, siendo generoso, es una película no muy conseguida.
Claudia Piñeiro, Tuya.
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