Conocía a la autora por
haber leído hace muchos años El
ministerio del dolor que es posterior a esta que hoy comento. Me gustó
mucho en su día como me gustaron otras de autores de la exYugoslvia que
escribían sobre lo sucedido en su país.
Ugresic se exilió en
1993 por no estar de acuerdo con el nacionalismo de su Croacia natal y con el
conflicto que se estaba produciendo en la zona. Vivió en Berlín y luego en
Amsterdam. Este libro lo escribió entre 1991 y 1996, es decir, una parte antes
y otra después de su exilio.
Advierte la autora en
una especie de nota introductoria:
“Si le parece que entre
los capítulos no existe una relación sensata y firme, que tenga paciencia; las
relaciones se irán estableciendo gradualmente.” (p. 12)
"Es una obra
construida en fragmentos para dar la impresión de gran división, como en los
cuadros de El Bosco, que te dan pistas en pequeñas partes sobre un todo.”
En ambas, como no podía
ser de otra forma, se da la misma idea
de lo que es esta novela y tengo que
decir que yo no he sido capaz de establecer las relaciones que menciona la
autora en el primer fragmento reproducido. He estado bastante perdido a lo
largo de toda la lectura. Hay partes que me han resultado interesantes, algunas
reflexiones que me han gustado (sobre la fotografía o la memoria, por ejemplo),
varios de los relatos que me han parecido sugerentes, pero en general creo que
la autora ha construido un texto con fragmentos bastante deslavazados y, sobre
todo, lo que me ha resultado más sorprendente es la falta de emoción teniendo
en cuenta de quién, en qué momento y desde dónde lo escribe. Yo esperaba algo
más parecido a lo leído en autores como Slavenka Drakulic, también croata y
nacida el mismo año que Ugresic, o Jasna Samic, pero no ha sido así. Por eso la
decepción ha sido grande.
Dubravka Ugresic, El Museo de la Rendición Incondicional.
Traducción Mª Ángeles Alonso y Dragana Bajic
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