Este profesor de ciencia política italiano escribió
en 2015, a sus 91 años, este librito porque según sus propias palabras, por
cierto que no muy afortunadas: “Todo el mundo me dice: en verano nadie puede
leer cosas serias, miran pechos y mujeres desnudas y se dejan arrastrar por
avalanchas de curas de belleza…” (p. 97) y él quería probar si era verdad para
lo cual nada mejor que escribir sobre cosas que debían hacer pensar a la gente.
Desconozco el resultado del “estudio”, es decir, el volumen de las ventas de
este opúsculo, pero en cualquier caso tampoco me parece un texto demasiado
interesante salvo en algún aspecto.
Sartori divide el libro en 10 capítulos: Dos los
dedica al aborto que son quizá los mejores, 3 a la inmigración que son los más
discutibles, dos a la religión y su relación con el terrorismo que son
bastantes tópicos, uno al concepto de revolución y otro al análisis del sistema
electoral italiano.
Variedad de temas, pero a los que da en algunos
casos un tratamiento bastante superficial (en parte lógico por el poco espacio
que les dedica ya que es un libro de 96 páginas) y generalmente también
bastante tópico, incluso con alguna idea tan peregrina como que el Vaticano eche
una mano con sus “bienes artísticos” para pagar la deuda italiana.
Lo que me ha parecido más interesante es la
diferencia que explica entre fuerza y violencia, utilizando el ejemplo de las
revoluciones rusa y Meiji, y alguna de las cosas que dice sobre el islam y el
cristianismo.
De este autor leí hace años Homo videns que me resultó muy interesante, por eso quizá una de
las frases del libro que más me han llamado la atención sea esta:
“La televisión y el mundo de Internet producen
imágenes y borran conceptos, pero así atrofian nuestra capacidad de entender.”
(p. 19)
Como se ve en la portada, se trata de un libro que
la editorial regala por la compra de otros libros por lo que no se puede
adquirir. Es un libro que como se lee en una tarde puede merecer la pena.
Giovanni Sartori.
La carrera hacia ningún lugar. Diez lecciones sobre nuestra sociedad en
peligro. Traducción Núria Petit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario