lunes, 31 de agosto de 2020

Andamio


Como corresponde al momento que vivimos, apenas hay películas y, por el contrario, hay muchas series que, como suele ser habitual en estas entradas, tienen una procedencia y una temática muy variada.


Películas


Las herederas. Es la primera película producida en Paraguay que veo. En realidad coproducida con empresas de varios países europeos y sudamericanos. Un magnífico guion, una dirección muy buena y una gran interpretación hacen que sea una gran película, eso sí no apta para quienes gustan del ritmo y la acción pues pasan, aparentemente, pocas cosas aunque, gracias a la interpretación de la protagonista, sabemos que son más de las que parece. Una película minimalista en todo, en la que se habla poco, pero en la que las miradas y los gestos explican mucho. Muy recomendable.

Woody Allen: El documental. Tres horas dedicadas a analizar algunos momentos de la vida y sobre todo la obra de este gran director. Elaborado a partir de entrevistas con actores que han intervenido en sus películas, con sus representantes, con muchos de sus colaboradores (guion, fotografía, casting, etc.), con críticos de cine,…, todo ello combinado con muchos fragmentos de sus películas. Se consigue dar una visión bastante completa tanto de la personalidad de Allen como de su obra. Para quienes somos seguidores de este director, el documental resulta apasionante. En casa lo hemos visto prácticamente seguido.


Series


Algo en que creer. Serie danesa de diez episodios de una hora cada uno. Tiene como protagonista a un pastor luterano de la Iglesia nacional danesa y su familia. Todos ellos son personajes muy potentes como también algún secundario. Hay religión, sí, pero también mucho de relaciones familiares y de luchas por el poder en el seno de esa iglesia. Muy bien interpretada y con un buen guion la serie se sigue con mucho interés y, además, ayuda a conocer algo tan desconocido como es la religión que se practica en ese país. Es una lástima que algunas cosas del último capítulo lastren el resultado global de una serie con temas difíciles de encontrar en el mundo del cine actual.

White lines. Producción británica de un creador español y que se desarrolla en Ibiza con alguna breve excursión a Manchester. Son diez episodios de una hora de duración Un guion muy trabajado con continuas sorpresas y variantes que van moviendo a sus muchos protagonistas y haciendo que la acción y el interés no decaigan. Bien interpretada y con unos escenarios muy bien escogidos (parece subvencionada por el Consell Insular de la isla). Muy entretenida aunque quizá yo la hubiera dejado en ocho episodios porque hay algunas escenas un tanto reiterativas.

Merlí. Segunda temporada que consta de 13 episodios como la primera. Sigue en la misma línea y, aunque parece una serie pensada sobre todo para adolescentes, se ve con gusto e interés porque trata temas cruciales para la educación y, además, suele ofrecer más de una perspectiva. Evidentemente, no deja de ser una serie de televisión y muchos de los temas apenas aparecen apuntados, pero se agradece el esfuerzo de tratarlos aunque a veces sea como mero esbozo.

Llegar a ser Dios en Florida. Serie estadounidense de 10 capítulos. Se trata de una crítica a algunos aspectos de esa sociedad, sobre todo a su relación con el dinero y el afán de llegar ser rico. La serie alterna momentos muy buenos con otros un tanto desenfocados. En general resulta entretenida y con varias buenas interpretaciones, pero también a veces se le va la mano con una cierta desmesura. Por la estética y algunos personajes me ha recordado a Better call Saul. Es una serie que seguramente de haber tenido 6 o como mucho 8 capítulos hubiera sido mejor.

The politician. Serie estadounidense de ocho capítulos. Si en el anterior comentario hablaba de una serie que critica el sistema económico, en esta la crítica se dirige al sistema político. A partir de las elecciones a presidente de los alumnos de un instituto la serie va mostrando varios aspectos negativos del comportamiento de los políticos. En especial el capítulo 5, dedicado al votante, resulta totalmente demoledor. Además, aprovecha para mostrar también el ambiente de algunas familias de la clase alta. Tanto la fotografía y la puesta en escena como las interpretaciones están pensadas para alejar la serie del realismo. En algún momento recuerda la estética de las películas de Wes Anderson.

El escándalo de Christine Keeler. Miniserie británica de seis episodios de una hora de duración cada uno. Basado en los hechos reales de principios de los sesenta, se centra no tanto en lo que se llamó “el caso Profumo”, como en la vida tanto de Keeler como de Stephen Ward, un personaje este realmente interesante. En la serie salen bastante mal parados los políticos, pero sobre todo la policía. Un buen guion y unas buenas interpretaciones hacen que la serie resulte muy interesante, entretenida e instructiva.

City on a hill. Serie estadounidense de 10 capítulos de una hora cada uno. Se desarrolla en Boston en los primeros noventa del siglo pasado. Es un policiaco que, inspirado en hechos reales, pretende también reflejar los intentos hechos desde las comunidades religiosas para frenar la violencia callejera en determinados barrios de la ciudad. Tiene buenos momentos sobre todo cuando trata los problemas familiares de los protagonistas, pero estos son demasiado estereotipos y ya los hemos visto otras veces en series y películas. Entretenida, pero es una pena que no se termine de entender bien precisamente lo que podría resultar más interesante como es ese intento de formar una coalición para frenar la violencia.

Stieg Larsson: el hombre que jugó con el fuego. Interesantísima serie documental sueca de cuatro capítulos de unos 45 minutos cada uno. Larsson está lógicamente presente en todos, pero los dos primeros se dedican a mostrar el auge de la extrema derecha en Suecia, incluida la propiamente nazi, en los ochenta y noventa. El tercero se dedica sobre todo al asesinato de Olof Palmer y el cuarto se centra más en la figura de Larsson. Muy buenas entrevistas, entre otras personas con su viuda, y muy buenas imágenes reales. Una serie que explica mucho de lo que está pasando hoy en Europa y que deja al final un cierto temor a que no sepamos afrontar lo que se nos puede venir encima.

Ben. Serie francesa de seis episodios. Cada dos de ellos cuenta un caso diferente aunque da unidad el hecho de que la periodista protagonista sea la misma. Es bastante floja. Unos guiones que dejan mucho que desear y en los que hay algunas cosas realmente increíbles y que llevan a que las interpretaciones tampoco sean especialmente buenas. Serie muy prescindible.


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