Esta entrega es una de las más variadas que recuerdo tanto por la procedencia como por los temas. Hay películas muy interesantes y series que, aunque esta vez son inferiores a las películas, tampoco están mal.
Películas
Hope gap. Una
película británica que parece extraída de una obra de teatro o de una novela,
pero que es un guion original. Intimista y muy psicológica, ritmo pausado dando
tiempo a que los diálogos fluyan como tienen que hacerlo. Tres buenas
interpretaciones.
The detective kid.
Película canadiense que he visto por aquello de ver algo en familia y que me ha
defraudado un tanto ante las críticas tan buenas que tenía. Funciona bien en
una primera parte en la que prima la comedia y creo que falla cuando se pone
trascendente y se convierte casi en cine negro.
The rider. Después
de ver la magnífica película Nomadasland
me pues a buscar alguna otra de Chloé Zhao, su directora, y me topé con esta.
Realmente es una directora con un estilo muy definido y con una sensibilidad difícil
de encontrar en el cine actual. Esta vez se centra en el mundo de los cowboys
sobre todo en los que se dedican a los
rodeos. Los actores son los personajes reales aunque se ficciones parte de las
historias. Así logra una gran verosimilitud y un acercamiento muy sincero a los
protagonistas. Una película realmente magnífica también.
Sentimental. Una película de Cesc Gay basada en su obra de teatro Los vecinos de arriba, obra que mi mujer me dice que vimos en Barcelona,algo que yo no recordaba y que tampoco lo he hecho viendo la película que me ha resultado completamente nueva (¡bendita memoria!). La película es muy divertida y está magníficamente interpretada. Se desarrolla en un mismo escenario y tiene la duración justa para contar lo que quiere.
Minari. Historia de mi
familia. Película estadounidense de un director coreano que, parece ser,
tiene bastante de autobiográfico. Narra la llegada a Arkansas en los años
ochenta, después de haber estado un tiempo en California, de la familia coreana
compuesta por el matrimonio y dos hijos a la que luego se añadirá la madre de
la mujer. El día a día delo trabajo de sexadores de pollo de la pareja, pero
sobre todo los intentos de él de lograr un huerto para producir vegetales
típicos de Corea para luego venderlos a restaurantes que ofrezcan esa comida.
Tratado todo con mucha sencillez, sensibilidad, sentido del humor en algunas
ocasiones y del drama en otras.
Judas y el mesías negro. Película estadounidense
basada en hechos reales, en concreto en el asesinato por parte del FBI del
líder de los Panteras Negras de Chicago, para lo que contaron con la
colaboración como chivato de un infiltrado en la organización. Muy bien
narrados los hechos y demostrando, una vez más, que en ese país la policía, o
al menos sectores de ella, juega un papel cuanto menos discutible. Aquí es
Hoover, el director del FBI de la época, principios de los setenta, el
instigador de lo que pasó. Muy bien contada e interpretada.
The Mauritanian. Otro alegato sobre cómo actúan a
veces los Estados Unidos. En este caso se trata de la detención y posterior
traslado a Guantánamo de un ciudadano de Mauritania acusado de haber
participado en el atentado contra las torres gemelas. Basada también en hechos
reales cuenta la odisea de la abogada que se hizo cargo del caso hasta que
logró demostrar que su declaración inculpándose había sido obtenida con torturas
cuyo uso, por cierto, había sido aprobado nada menos que por Donald Rumsfeld.
El fiscal encargado del caso dimitió al constatar esa forma de obtener
declaraciones. Muy buen trabajo del actor protagonista.
Con ambas películas se obtiene, por un lado, una visión de
algunas actuaciones terribles, pero, por otro lado, la constatación de que es
quizá la cinematografía más capaz de sacar a la luz los trapos sucios de su
país.
Series
Industry. Serie
británica de 8 capítulos de unos 50 minutos cada uno. Es bastante entretenida
aunque, como dice alguna crítica, no se sabe muy bien hacia dónde va ni
siquiera qué es lo que quiere contarnos. Refleja el ambiente de los jóvenes
trabajando de brokers en distintas
secciones de un banco y divirtiéndose con mucho sexo y bastantes sustancias. Un
mundo laboral frenético, muy competitivo y con unos jefes que dejan bastante
que desear.
La tregua. Serie
belga de hace unos años. Son 10 episodios de unos 50 minutos cada uno de un thriller muy del estilo de los que suelen
hacer los británicos. Se desarrolla en una zona rural cerca de Las Ardenas y
parte de la aparición del cadáver de un joven negro que era jugador del equipo
de fútbol de la localidad. A partir de ahí irán apareciendo sospechosos y
veremos también funcionar a una policía poco preparada a la que se acaba de
incorporar otro llegado de Bruselas con algunos problemas de tipo psicológico.
Bastante entretenida y con un guion muy trabajado aunque inferior a los que
salen de las factorías británicas.
El caso Nevenka.
Aunque han pasado veinte años de esa historia de acoso a una concejala del PP
de Ponferrada llevada a cabo por el alcalde no deja de tener cierta
actualidad. En cualquier caso sirve para
ver qué cambios se han producido en nuestra sociedad, pero también para darnos
cuenta de lo que nos queda por avanzar. La realización es muy mejorable tanto
en las intervenciones de los diferentes personajes, como en el uso del material
de archivo (se repiten demasiado algunas imágenes), pero todo queda superado
por el gran interés del tema y de las declaraciones de Nevenka Fernánbdez.
Home Ground. La
segunda temporada de esta serie noruega, compuesta por 8 capítulos de unos 50
minutos, cuya primera entrega comenté
hace poco, sigue en la misma línea. Algo de feminismo, un buen reflejo de los
peores aspectos del mundo del fútbol y también algunos problemas de relaciones
familiares. Entretenida y con la ventaja añadida de poder verla en familia.
Altsasu. Miniserie
de cuatro episodios producida por la televisión vasca en las que se cuentan los
sucesos que tuvieron lugar en una madrugada de 2016 en un bar de esa localidad
navarra con el enfrentamiento entre dos guardias civiles, que estaban fuera de
servicio, y varios jóvenes en los que resultó con lesiones uno de los guardias.
La serie, en la que se han cambiado los nombres de los protagonistas reales,
ficciona los hechos y todo lo que vino después incluido el juicio para el que
se utilizan textos reales en las distintas intervenciones. La realización es
bastante regular, pero la importancia de lo que se cuenta hace que importe
menos.
Criminal. Serie británica de tres episodios de unos 40 minutos. Se trata de tres interrogatorios de casos distintos. Es una serie de la que se han hecho también tres episodios en otros países como Alemania, Francia y España. Resulta bastante original y entretenida.
También he visto los tres episodios hechos en España que no desmerecen respecto a los británicos. Los guiones están bastante bien y han tenido el acierto de elegir tres buenos actores y actrices para protagonizarlos, especialmente en el tercer episodio en el que Eduard Fernández hace una magnífica interpretación.
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