domingo, 3 de septiembre de 2023

Autobiografía de una luchadora


Me resulta curioso mi interés en lecturas que, como la que ahora comento, se refieren a personajes de los que apenas conozco nada. Nina Simone fue una gran figura de la música cuando yo era joven y, sin embargo, son muy pocas las veces que escuché canciones suyas más allá de alguna que se hizo mundialmente famosa. Luego, cuando más adelante me aficioné al jazz, tampoco le he prestado mucha atención quizá porque, como ella misma afirma en el libro, no era cantante de jazz aunque así la catalogasen algunos.

Sea como sea, el caso es que al ver estas memorias me llamaron la atención y me alegro de que así fuera.

De los fragmentos de críticas que la editorial reproduce en la solapa del libro quisiera destacar alguna idea:

“Una mujer que vivió con plenitud, amó profundamente y dejó que se supiera que la palabra resignación no formaba parte de su léxico”. Jazz Times 

“Al igual que su música, suena igualmente convincente, honesta y poderosa. Un documento de época imprescindible para comprender algunos de los momentos más duros de la historia reciente de Estados Unidos”. Blog del Centro de Estudios del Instituto Lincoln Center

Yo dividiría el libro en tres partes. En la primera, la más extensa, Simone cuenta cómo fue su infancia y cómo logró aprender a tocar el piano gracias a diferentes ayudas desinteresadas. Su familia tenía bastantes problemas económicos: eran los años 30, el padre enfermo y la madre, aunque era pastora metodista, se ganaba la vida como empleada doméstica. Pronto empezó a actuar tocando el piano en bares con actuaciones que muchas veces eran de siete horas. También se casó muy pronto, 1958, aunque le duró poco. No tardó mucho en volver a hacerlo con quien se convertiría en su manager quien, según ella, fue el que logró que llegase a ser lo famosa que fue gracias entre otras cosas a una giras de las que afirma: 

“Cantar me perturbaba de una manera que jamás había experimentado con la música clásica; las melodías se me quedaban en la cabeza durante horas –a veces eran días- y no podía dormir, ni siquiera calmarme un poco. Cuando volvía de la gira, a veces llegaba a pasar una semana entera antes de que la música me dejara por completo y yo volviera a sentirme un poco normal”. (p. 134)

A finales de los sesenta, y entraríamos así en la segunda parte, Simone comienza a tomar conciencia de los problemas raciales que hay en su país y se relaciona con las principales figuras del movimiento. Además, adopta por lo general las posturas más radicales y, por lo tanto, está bastante alejada de las ideas de Luther King. Esta es una parte muy interesante del libro porque se pueden ver los conflictos internos de un movimiento que en esos años llegó a tener una gran fuerza, aunque luego se fuese diluyendo.

En la tercera parte vemos a una Simone que me parece un tanto diferente. Primero en Barbados se hace amante del primer Ministro y luego, en Liberia, del Presidente C.C. Davis con quien tuvo una historia increíble. Hacía tiempo que había roto con su marido e incluso con su padre al que amaba intensamente, pero al que no le perdonó que fuera mentiroso. Los años en Liberia fueron de los más felices de su vida gracias al descubrimiento de África.

Posteriormente viviría en Suiza y París donde concluye lo relatado en el libro que se publicó en 1992. Simone murió en 2003.

Es un libro realmente interesante porque se ve muy bien la evolución de una artista desde sus orígenes hasta el máximo de la fama y, al mismo tiempo, los problemas que ello conlleva. Claro que para eso hace falta que quien lo escribe lo haga con sinceridad y de forma creíble para el lector. Tiene además la ventaja de que contó con la colaboración de un cineasta que hace que el libro esté escrito de forma muy ágil y se lea con gran facilidad.

 

Eunice K. Waymon, Víctima de mi hechizo. Memorias de Nina Simone. Con la colaboración de Stephen Cleary. Traducción Eduardo Hojman.

 

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