Desde su espectacular Terror y utopía que comenté en 2015 no había vuelto a ver nada del
autor en las librerías. El otro día escuché en la radio una referencia a este
nuevo libro y lo compré y leí rápidamente, tal es el interés que me genera este
magnífico historiador alemán.
Evidentemente, el tema de este libro era difícil que
me despertara el mismo interés que el anterior y así ha sido. Schlögel es capaz
de sacarle jugo a cualquier tema y también lo logra con este analizando cómo se
desarrolló la creación de una serie de
perfumes, y sobre todo cómo se fueron produciendo en un país como la Unión
soviética que, al menos en principio, no parecería el lugar más propicio para
hacerlo.
Parte Schlögel de una amplia bibliografía -de la que
deja constancia en un anexo al final del libro-, que utiliza con su buena
técnica de historiador. Sin embargo, el libro adolece de un exceso de datos en
muchos momentos, es demasiado prolijo y al menos a mí me ha sucedido que los
árboles no me han dejado ver bien el bosque. Se une a ello que no está del todo
ordenado cronológicamente por lo que se hace aún un poco más difícil de seguir.
Por si lo anterior fuera poco, Schlögel inicia el
texto con un capítulo sobre los aromas que resulta francamente difícil de
entender y si he seguido leyendo es porque al conocer al autor esperaba otro
planteamiento como en parte así ha sido.
Algunas de las cosas que me han llamado la atención
del libro: los buenos ejemplos que pone de olores en la historia y cómo para el
conocimiento de esta pueden ser útiles y no basta con conformarse con el oído y
la vista; un interesante texto que reproduce de Lamánova, la más importante
diseñadora de moda soviética de la época; el buen resumen que hace de cómo era
el París de los años veinte; el rápido pero contundente repaso que hace sobre
Chanel y los nazis y, desde otro punto de vista, el interesante análisis que
hace sobre el tratamiento del pan en la obra de Shalámov.
En fin, un libro que tiene sus buenos momentos, que
está muy documentado, que toca temas que no había visto hasta ahora en ningún
libro de historia, pero con todo no resulta suficiente para recomendar su
lectura salvo que sea un tema que le interese al posible lector.
Hay una reseña muy positiva de Darío Luque en
anikaentrelibros.com.
Karl Schlögel, El
aroma de los imperios. Chanel Nº 5 y
Moscú Rojo. Traducción Francisco Uzcanga Meinecke.
No hay comentarios:
Publicar un comentario