martes, 19 de julio de 2016

Citas últimas lecturas


Profesor


Déjenme que les diga que los profesores son unos impostores de tomo y lomo y de la peor especie, pues pretenden una vida imposible, una eterna y ociosa juventud existencial. Esto les crea terribles decepciones y les lleva a alejarse de la verdad.
(…)
En mi opinión, todos los profesores tendría que dejar de  dar clases a los treinta y dos años y no se les debería permitir volver a ejercer hasta que no tuvieran sesenta y cinco, para que pudieran vivir sus vidas en lugar de enseñarlas; vivir vidas llenas de ambigüedad, provisionalidad, rendimiento y asombro. No deberán explicar nada públicamente hasta que estuvieran tan cerca del final que ya no pudieran hacer otra cosa.
Richard Ford, El periodista deportivo



Profesor


Tanto los profesores autoritarios como los miedicas son personas mediocres. En este sentido la palabra “secundaria” lo dice todo. Para guardar las apariencias, te enseñan distintas asignaturas, pero en realidad de lo que se trata es de someterte durante esos años a una mediocridad asfixiante. Ningún lugar apesta tanto a mediocridad como un instituto.
Herman Koch, Estimado señor M.



Edad, Memoria


Le ocurre a menudo, pero en su propio despecho: relee algo que escribió meses atrás, y cada palabra vuelve a ser nueva. Pero aún: ni siquiera recuerda haber escrito ese texto. Es una de las ventajas dela edad. Olvidar Una cosa vieja puede parecer nueva incluso al día siguiente.
 Herman Koch, Estimado señor M.



Educación, Lectura, Literatura


-        Usted trabaja en educación, me imagino.
-        Doy neerlandés en secundaria.
-        Eso me temía. En su pregunta detecto la otra gran confusión, a saber: que hay que conseguir que los jóvenes, o los mayores, o los minusválidos, o los vegetarianos, lean. Eso no es necesario en absoluto. No tenemos que querer conseguir que nadie lea, del mismo modo que no tenemos que conseguir que vayan al cine, escuchen música, practiquen sexo o beban alcohol. Un instituto no es lugar para la literatura; su sitio está más bien en la lista que acabo de enumerar; con el sexo y las derogas, con todas las cosas que disfrutamos sin que nos obligue nadie. ¡Lecturas obligatorias!¿Cómo se les ocurre algo así?
Herman Koch, Estimado señor M.



Identidad


Dicen que no me interesa lo que significa ser húngaro. No, les respondo, a mí me interesa lo que significa ser.

 Imre Kertész, La última posada

viernes, 15 de julio de 2016

Vida y reflexiones de un Nobel de literatura



“Una y otra vez me pregunto si no soy demasiado monótono escribiendo ya mi cuarto cuaderno de diarios, aunque creo que sólo me formulo esta clase de preguntas por el efecto de las malignas críticas publicadas en Hungría.” (p. 172)

Una buena reflexión que, por un lado acierta, la monotonía y, por otro, refleja una de sus obsesiones, el trato que recibe en su país de origen.
El libro se compone de cuatro partes: en dos recoge sus diarios y en las otras dos escribe en forma más novelada sobre su vida o una historia sobre Lot.
Para mí, la primera parte, titulada Secreto a voces, es con mucha diferencia la más interesante y la que más me ha enseñado sobre el autor y sobre otros temas. En ella hay muchas reflexiones sobre la creación literaria (angustia, miedos,…); fuertes críticas de todo tipo (político, cultural, mentalidades,…) a Hungría;  alusiones continuas a su condición de judío y al antisemitismo que se está instalando en Europa (aquí critica de forma un tanto velada la política de inmigración europea y ataca de manera bastante furibunda a los musulmanes); innumerables referencias musicales, tema en el que parece ser un verdadero experto en la música clásica y, sobre todo, alguien que disfruta enormemente con ella; menciones muy abundantes a los efectos, no siempre positivos, que ha tenido la concesión del premio Nobel de literatura y, finalmente, Auschwitz que es una presencia casi constante en esta parte como lo son el suicidio y la muerte.
Sin embargo, la tercera parte que también contiene sus diarios, está muy centrada en su vida cotidiana y hay bastantes menos reflexiones.  Además tiene un punto de vista muy sombrío (la enfermedad, la soledad, la dificultad de la escritura, la muerte,…) y resulta, como apunta el propio autor en el texto antes citado, bastante monótona pues se repite muchas veces el mismo tipo de hechos y de emociones. También tango que decir que resulta una lectura bastante deprimente por el deterioro físico y la constante obsesión de la cercanía (que luego no fue tal) de la muerte
Las dos partes noveladas no me han gustado.
En resumen, un libro con algo más de 100 páginas sugerentes sobre la vida de un autor del que solo he leído tres de los varios  publicados en castellano, pero que me parece un buen escritor y un personaje peculiar por el rechazo que muestra a su país del que pueden ser un buen ejemplo los siguientes fragmentos: 

“Este país se encuentra en una situación tan grave que sólo espera cierto alivio de la mentira.” (p.26)
“Se adueña de mí la autocompasión cuando pienso que he pasado gran parte de mi existencia en la dictadura maligna de un país maligno y provinciano,...” (p.36)
“(…) el odio enfermizo, implacable y gratuito que domina y guía a los hombres en este país.” (p.57)
“Tampoco entiendo al país del que soy ciudadano. ¿Qué tengo yo que ver con la Hungría de los soplones? ¿Qué tengo yo que ver con la moral de agentes de la policía secreta que ha dado forma a este país? “(p.89)





Imre Kertész, La última posada

miércoles, 13 de julio de 2016

Interesantes relatos sobre la época inicial del comunismo en Rusia




Dice la traductora, Joanna Szypowska, al principio del Epílogo: “Al terminar la lectura de La trilogía siberiana de Vladimir Zazubrin resulta extraño que haya aún críticos que se preguntan en serio: ¿estaba el autor a favor o en contra de los rojos? Aunque, pensándolo bien, la pregunta tiene su razón de ser. Zazubrin creía que estaba a favor; sin embargo, todo lo que escribía resultaba enormemente crítico.” (p.223)
Efectivamente, estos tres relatos largos, o novelas cortas, resultan tremendamente críticos y más aún si tenemos en cuenta que fueron escritos en 1923 aunque uno de ellos, La astilla, no fue publicado hasta 1989.
La represión despiadada y no siempre justificada ni basada en la justicia; los robos y los malos usos que se produjeron en la época de la NEP; y la vida erótica de los funcionarios del Partido en un pueblo de Siberia, son los temas que trata ZaZubrin en sus tres relatos. En todos también, como afirma la traductora, predominan los elementos de crítica sobre cualquier otro aspecto. Es cierto que hay personajes que, siendo miembros del Partido, tienen comportamientos morales y hasta bondadosos, pero los hechos que narra, protagonizados también por comunistas, son significativos de una forma de actuar totalmente reprobable.
En el interesante Prólogo la traductora nos cuenta de forma detallada los principales momentos de la vida del autor que en 1919 huyó del Ejército Blanco para incorporarse al Ejército Rojo, lo que deja muy claro cuál era su ideología y su posición política en unos tiempos tan convulsos. Finalmente, en 1937, terminaría fusilado parece ser que por un comentario inoportuno hecho en presencia de Stalin.
Un libro muy recomendable porque, además, está escrito de un forma muy directa y yendo a lo fundamental. Hay muchos diálogos bastante bien construidos y creíbles. Quizá he echado en falta el que, al transcurrir todo en Siberia, no haya más descripciones de los lugares y del ambiente.
Jesús Aller hace una buena reseña con más detalles sobre el contenido en Rebelión.org.
Por cierto, lo publica una editorial que desconocía, Eutelequia, dentro de una colección, Círculo d’escritores,  que habrá que tener en cuenta porque hay muchos escritores desconocidos pero con títulos sugerentes.



Vladimir Zazubrin, Trilogía de Siberia

viernes, 8 de julio de 2016

Interesante para el debate




Recoge el libro más de 20 horas de entrevistas realizadas desde finales de diciembre de 2015 a abril de 2016. No sé si era esa la voluntad expresa de las partes, pero el caso es que se tratan sobre todo temas muy de la coyuntura política del momento aunque Garzón intente a veces, con resultados diversos, profundizar algo más. Por ejemplo, se dedican nada menos que 14 páginas, en un libro de menos de 200, a explicar los problemas de la formación de grupos parlamentarios tras las elecciones de diciembre, y todo un capítulo de 20 páginas, el 14, a explicar de dónde surgió y cómo funcionó la “mesa a cuatro” (en este aspecto sí hay algunas informaciones interesantes).
Por lo que vengo diciendo se entiende que el libro, aunque entretenido y jugoso para quien esté interesado por la política, me parezca un tanto superficial y en cierta medida superfluo. Los pocos intentos que, como antes decía, hace Garzón por profundizar e ir más a los problemas estructurales quedan sepultados  por los temas de la actualidad. Además, se repiten las mismas referencias a Laclau, Lipotevsky o Gramsci en diversos lugares (quizá explicable por ser conversaciones hechas en un período largo de tiempo y en diferentes espacios). También me ha parecido chocante el uso que hace el entrevistado del término ideología ya que parece deducirse de sus palabras que él (ellos), IU, son los únicos que la tienen.
Por otra parte, se dedica buena parte del capítulo 1 a la crítica de Podemos. Elsa García de Blas ha hecho en elpais.com una buena selección de textos de esa crítica y a ella me remito. Por mi parte reproduciré un par de ellos que comentaré brevemente:

“Y si tú quieres construir pueblo, tienes que hacerlo fundamentalmente a través de la praxis; ellos creen que los pueblos se construyen desde los discursos”. (p.24)

“Autoorganizarnos todas las víctimas de la crisis es algo que solo se puede conseguir desde la práctica. Para eso hacen falta organizaciones que ayuden a que eso suceda. Esta es nuestra concepción de la organización política, mientras que para Podemos la organización política es un instrumento fundamentalmente electoral que camina adaptándose a lo que llaman el sentido común de cara a gobernar las instituciones, pero sin cambiar necesariamente la mentalidad de la gente, porque no es lo mismo adaptarte a la gente que hacer pedagogía del conflicto.” (p.25)

Del primer fragmento solo decir que no sé de qué texto de Podemos saca esa idea, y con respecto al segundo, tras cinco años de crisis no tengo muy claro qué “pedagogía del conflicto” han hecho desde IU o CCOO. Evidentemente no niego, muy al contrario, que se puedan hacer críticas a Podemos, es más, creo que al menos en teoría es una organización que debería crecer y desarrollarse a partir de las críticas; lo que pasa es que tengo la impresión de que Garzón las hace hacia la superficie y no siempre con mucho fundamento.
En fin, un libro que, como se ve, es interesante aunque sea para plantear algunos temas de reflexión y debate aunque a mí me ha defraudado un tanto no el Garzón político (que demuestra tanto conocimiento y uso de la táctica como sus rivales a los que critica por ello), sino el intelectual que parece pretender ser.



Miguel Roig, Conversación con Alberto Garzón

jueves, 7 de julio de 2016

Citas últimas lecturas


Felicidad

Por eso he pensado desde entonces que la felicidad no es más que estar libre de todo lo malo: La libertad frente a las privaciones y la libertad frente al dolor, eso es la felicidad. Y la libertad frente a la angustia…
Torborg Nedreaas, Nada crece a la luz de la luna



Historia

(…) lo interesante de la historia es lo que nos enseña sobre nuestra propia época, ¿verdad? Pero de ello no oyes ni una palabra en la escuela y por eso supuso una novedad para mí desde el momento en que pude adquirir un poco de experiencia y pensar por mí misma.
Torborg Nedreaas, Nada crece a la luz de la luna



Matrimonio

Pero el matrimonio… Es una estafa porque dicen que es sagrado. Sí, inviolable. ¡Inviolable!... En particular esos matrimonios que no son más que un negocio camuflado a contrato fijo.
Torborg Nedreaas, Nada crece a la luz de la luna




Padres, educación

En aquella ocasión me pregunté qué me habían enseñado mis padres y llegué a la conclusión de que me había  inculcado “un sentimiento de independencia”.
Richard Ford, El periodista deportivo



Escritura

No es ninguna pérdida para la humanidad que un escritor decida dar por terminada su labor. Cuando un árbol cae en la selva, ¿quién se preocupa salvo los monos?
Richard Ford, El periodista deportivo



Amistad

¿Cuál es la medida real de la amistad?
Voy a decírselo a ustedes. Es la cantidad de tiempo que uno desperdicia con las desgracias y calamidades del otro.
Richard Ford, El periodista deportivo

miércoles, 6 de julio de 2016

El primer testimonio de un tema inagotable




A lo largo de las 400 páginas de densa tipografía que componen el libro, la autora, una joven polaca detenida en 1942 por colaborar con la resistencia y que pasó tres años en el campo de concentración, va relatando la vida de las prisioneras, centrándose en la dureza tanto del trabajo como, sobre todo, en la gran cantidad de enfermedades epidémicas que había.
Apenas ofrece información sobre su persona y tampoco es habitual que aparezcan en el texto los nombres de otras prisioneras; no sucede los mismo con los de aquellos que tenían algún tipo de cargo ya fuesen prisioneros también o miembros de las SS.
El relato, como todos los que han tratado este tema, resulta bastante duro de leer en muchos momentos incluso para quien, como es mi caso, está acostumbrado a los horrores de esa época. Szmaglewska había publicado ya relatos antes de ser detenida y eso se nota en su escritura que no es la habitual en este tipo de textos. Está muy cuidada y por momentos adquiere un carácter muy literario.
Algunas cosas que me han llamado especialmente la atención: el hecho de que cuando se producían los despiojamientos –algo en principio positivo-, la mayoría perdían las pocas pertenencias que tenían; la interesante diferencia que establece entre organizar y robar o la escasa aparición de los crematorios pues hasta el capítulo 14 (página 301), que se lo dedica íntegramente, solo hay alusiones del tipo:

“Los largos días de verano pasan uno detrás de otro. Cada vez llegan nuevos transportes que, como generaciones que hubiesen cubierto su ciclo vital, van hacia el crematorio. Todo cambia sin cesar. El ritmo vibrante del exterminio acaba con todo aquello que el instinto humano de supervivencia había construido previamente.” (p.249)

Hay que advertir que la autora estuvo presa en la zona del campo donde se encontraban mayoritariamente alemanas y polacas, y menos de otras nacionalidades, pero no las prisioneras judías.
Aunque no son muy habituales, también hay algunas reflexiones de carácter más general como:

“Si alguien quisiera medir el comportamiento de los prisioneros en este período con parámetros y patrones de tipo político, si sacara conclusiones e hipótesis de carácter nacionalista, se equivocaría.
La muerte y la depravación generada por la guerra hacen desaparecer las fronteras “raciales” y nacionales. Entre la gente surgen divisiones de naturaleza muy distinta.” (. 307)

“Birkenau se ha convertido en una selva en la que resulta fácil perder el rumbo. Nadie es capaz de predecir cómo se comportará hoy ante un acontecimiento y cómo lo hará mañana. Tampoco puede decir nadie cómo reaccionará su vecino de la izquierda, y cómo el de la derecha, independientemente de su nacionalidad y raza. Aquí caen los caparazones de los principios, los moldes de las buenas conductas que a veces en una vida normal pueden ayudar a un hombre, a un don nadie, a atravesar muchas situaciones de manera ejemplar sin que se dé cuenta de que es un cero a la izquierda.” (p. 309)

En general, se trata de un libro interesante aunque quizá demasiado extenso ya que se repiten muchas veces las mismas escenas sobre todo cuando describe las diferentes epidemias que tuvieron que soportar. Seguramente se debe a que lo finalizó el 18 de julio de 1945 lo que indica que debió ser escrito, al menos en parte, mientras estaba en el campo y sucedían los hechos que relata.
Para quien no haya leído nada sobre el tema no es la mejor forma de introducirse en él; para quien sí lo haya hecho puede encontrar aspectos menos tratados en otros libros. En todo caso hay que insistir en que está especialmente  bien escrito.
Buena reseña de Cecilia Dreymüller  en elpais.com



Seweryna Szmaglewska, Una mujer en Birkenau

lunes, 4 de julio de 2016

Buena historia y magnífica escritura



Hace poco hacía la entrada en el blog de la relectura de un libro de Caparrós, A quien corresponda, que me impactó bastante. A partir de ahí decidí conocer más la obra de este autor argentino. He comenzado por su última novela y quedan otros dos libros pendientes: uno que fue premio de novela Alfaguara, Los Living y su último trabajo periodístico, El hambre, que ha tenido gran repercusión.
Este Echevarría es un libro muy diferente a los ya leídos e incluso a los pendientes de lectura. No se trata de una novela histórica, más bien parece una biografía novelada de este peculiar personaje que quiso crear una literatura nacional poco después de la independencia de la República Argentina cuando realmente no existía aún una nación.
Por sus páginas vemos pasar con diferente protagonismo a gentes como Alberdi, Lavalle, Sarmiento, etc. y, desde luego, Juan Manuel Rosas verdadero protagonista de muchos momentos aunque él no forme parte directamente de la trama.
Estamos ante un libro no solo interesante por su contenido o por las características de su protagonista y de su intento cultural, sino también, y a mí particularmente es lo que más me ha gustado, por la escritura de Caparrós en la que demuestra una gran originalidad, creatividad y maestría.
Cada uno de los siete capítulos en que se divide el libro concluye con un apartado titulado Problemas en los que:
“dice el autor que introduce su propia voz en la novela para reflexionar sobre algunas cuestiones a través de breves epílogos finales titulados Problemas con los que cierra cada uno de los siete capítulos del libro. «Esto me permitía cuestionar algunos postulados implícitos, que quería que no lo fueran, y discutirlos», explica. «El más flagrante es la forma en que se puede leer este período histórico en paralelo al peronismo del siglo XX y no podía dejar pasar esa discusión», concluye.” (Matías Néspolo,elmundo.es) Este aspecto del libro, su posible analogía con el peronismo, a mí me surgió en algún momento por lo que conocía de Caparrós, pero creo que la época de Rosas no es comparable en ningún sentido.
Aprovecho para advertir que, para el lector español que no conozca algo de la historia de Argentina en la primera mitad del siglo XIX, habrá algunos episodios que no lleguen a comprender del todo. Al menos a mí me ha pasado y conozco algo del tema.
Un comentario bastante completo de Nadal Suau se puede encontrar en.elcultural.com.
Por mi parte solo queda recomendar encarecidamente este libro y este autor que creo que está entre los que mejor literatura en castellano están haciendo.



Martín Caparrós, Echeverría

martes, 28 de junio de 2016

Buena literatura holandesa


Es la tercera novela que se publica en España de este escritor holandés y resulta tan interesante como las anteriores. Este autor tiene dos grandes virtudes: por un lado, suele tratar temas que llaman la atención y, por otro lado, lo hace de una manera que además de entretener hace pensar.
En este caso la  estructura es bastante más compleja que  las  anteriores. Va entremezclando, eso sí sin que se pierda el hilo, distintos elementos desde un escritor que ha escrito una novela de éxito basada en hechos reales, a fragmentos de esa novela pasando por su relación con un vecino. Con estos materiales y varios personajes bastante bien perfilados, Koch, aprovecha también para hacer una dura crítica de los profesores de secundaria en general y de los de lengua y literatura en particular; asimismo, con gran sentido del humor y mucho sarcasmo arremete contra los escritores y sus elevadas aspiraciones y grandes egos.
Es una novela de más de 400 páginas que es difícil dejar de leer sobre todo por la enorme facilidad que tiene el autor para contar las historias y para construir diálogos inteligentes y adecuados. Además, tiene algo de thriller aunque los elementos de la intriga no tienen demasiada importancia en el conjunto del libro.
Un texto pues para pasar un buen rato en contacto con un escritor original que poco a poco va produciendo una obra bastante sólida e interesante. Es curioso porque el primer libro es de 2010 cuando Koch nació en 1953, así como también lo es que su profesión era la de actor y productor de televisión.
Una buena entrevista en.eldiario.es.


Herman Koch, Estimado señor M.

viernes, 24 de junio de 2016

Aburrida novela negra




Estamos ante un nuevo caso de contraportada exagerada pues en ella se afirma que el autor está : “Considerado como uno de los escritores norteamericanos de novela negra más importantes del pasado siglo”; mientras que en mundocrítico.es se puede leer que: “Ni la Crime Writers Association, que reúne a los escritores de novela policiaca más reputados, ni la Mystery Writers of América, mencionan la obra de John D. MacDonald al elaborar la lista de las cien novelas policiacas más importantes del siglo XX.”
Desde luego, puestos a decidirse por una de las dos opiniones, me inclino más por la segunda, al menos por lo que he visto en esta su primera novela de una larga serie con el mismo protagonista.
La novela tiene un buen inicio en el que poco a poco se nos va presentando al protagonista que, siempre hablando en primera persona, dice cosas como: “Y no funciono demasiado bien cuando me dejo arrastrar por motivaciones emocionales. Recelo de ellas. Igual que recelo de otras muchas cosas, como las tarjetas de crédito, las deducciones de nómina, los seguros, las rentas para la jubilación, las cuentas corrientes, los cupones de ahorro, los relojes, los periódicos, las hipotecas, los sermones, los tejidos milagrosos, los desodorantes, las listas de cosas pendientes, los créditos, los partidos políticos, las bibliotecas, la televisión, las actrices, las cámaras de comercio para jóvenes empresarios, los desfiles, el progreso y la predestinación.” (p.23) Y un poco más adelante “Travis McGee (que  es su nombre), ese holgazán cuyo hogar era un enorme barco destartalado, ese seductor de ojos claros y cabello rizado, ese asesino de pececillos, ese tipo al que  le gusta caminar por la playa, beber ginebra, vivir tranquilo, ser iconoclasta y descreído, llevar la contraria, ser empecinado, de nudillos protuberantes, lleno de cicatrices, que vive al margen de la sociedad establecida.” (p32)
Como se aprecia, un tipo que puede resultar interesante y que en parte lo es. El problema de la novela es que la trama que construye y desarrolla MacDonald tiene poca consistencia y escaso interés ya que, después de un buen planteamiento inicial, la historia va dejando de interesar a medida que avanza lo que es imperdonable en una obra de este género. También carece de otros personajes mínimamente sugerentes y las muchas mujeres que aparecen, alvo en un caso,  son meros juguetes u objetos decorativos. La novela está escrita en 1964 y se nota el paso del tiempo. Puede resultar más o menos entretenido, pero reconozco que a mí me ha aburrido bastante y a medida que avanzaba hacia la resolución del caso también se me iba haciendo más y más inverosímil
En su día disfruté mucho con los clásicos de la novela negra norteamericana y en los últimos años me inclino más por los nórdicos. Creo que MacDonald es un imitador de los Chandler y Hammett, pero quedando muy alejado de ellos. Coge cosas de su lenguaje y su estilo, pero la ambientación está años luz de la que lograron los maestros.
Para compensar dejo una crítica muy favorable de Juanma González en libertaddigital.com.



John D. MacDonald, Adiós en azul

jueves, 23 de junio de 2016

Citas últimas lecturas

Lectura, libro


La lectura altera la apariencia de un libro. Una vez leído, ya nunca parece el mismo; la gente deja su impronta individual en un libro que ha leído. Uno de los placeres de la lectura es percibir esa alteración de las páginas y el modo en que, leyéndolo, te apropias del libro.
Paul Theroux. El viejo Expreso de la Patagonia



Edad


¿Virgen santa!¡Apenas le quedaban dos años para ser un sesentón!
A partir de aquel momento, no subiría en ningún tipo de transporte público, por miedo a que algún crío, al verlo, se levantara y le cediera el asiento. Luego recapacitó: podía seguir yendo en transporte público tranquilamente, porque lo de ceder el asiento a los ancianos era una costumbre que ya no se estilaba.
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera



Edad, Cuerpo


A veces me veo el cuerpo desnudo en el espejo y siento compasión por él. ¡Hay que ver todo lo que ha vivido, lo que se ha esforzado y ha bregado! No siento autocompasión; eso sería despreciable. No es compasión por mí, sino por mi cuerpo. O por la decadencia en general.
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera



Muerte, Eutanasia


En realidad, estaría bien que todo el mundo trabajara, pero pudiendo determinar el momento `para dejar de hacerlo. A partir de ese momento, la sociedad debería pagarle al individuo durante tres años el dinero que necesitase para llevar una vida digna y agradable. Después, tendría que despedirse de la vida, pudiendo establecer por sí mismo la manera de hacerlo.
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera



Edad, Vejez


Hacerse viejo para, por fin, ver el mundo es una tremenda tontería. También es una tontería hacerse viejo para participar en la historia del mundo o para ver crecer a los nietos. ¿Y para qué ponerse a leer un libro  cuando se sabe que no se podrá leer hasta el final, sino que a la mitad habrá que cerrarlo y ponerlo a un lado?
Bernhard Schlink, Mujer bajando una escalera



Religión


Son, entre otros, los curas. Son ellos quienes mantienen en nuestras vidas la mentira de que los instintos han sido creados por Satán y que la fornicación se convierte en amor cuando la gente se casa. Los curas leen un ritual y dicen amén al pago de unas cuantas coronas, que consideran una suerte de comisión. Y Dios bendice ese acto.

Torborg Nedreaas, Nada crece a la luz de la luna

martes, 21 de junio de 2016

Más Mohamed Chukri




Lo primero que tengo que hacer es dar las gracias de nuevo a la editorial Cabaret Voltaire por permitirme (nos) conocer a este espléndido y original escritor marroquí.
Es el séptimo libro de Chukri que aparece en el blog y seguramente no será el último. En este caso se trata de su libro más novelado aunque parece que sin perder muchos elementos autobiográficos. No es el que más me ha gustado de su autor, pero tiene todos los elementos del resto de su obra: un estilo bastante inconfundible en el que predomina la frase corta con la que, sin embargo, es capaz de explicar y describir muchas cosas;  y unos temas recurrentes en todo lo que he leído: una sensualidad y sexualidad muy mediterránea por otra parte, la vida de bares y cafés de esa Tánger que tantas ganas da de haberla podido conocer en esa época y, en esta novela, en lugar de Genet o Bowles, aparece un grupo de hippies bastante característico.
Aunque es recomendable creo que para iniciarse en  el conocimiento  del autor es mejor seguir el orden de publicación por la editorial.
Dejo el enlace con el magnífico comentario de Sergio Barce en wordpress.com.



Mohamed Chukri, Zoco Chico

viernes, 17 de junio de 2016

La importancia de la información (veraz)




Sigo desde hace mucho tiempo con atención y especial interés todo lo que publica Serrano sobre la información y la comunicación, y no es poco. Me ha enseñado varias cosas importantes: leer detrás de la noticia, dar importancia a la propiedad de los medios, poner en cuestión la mayoría de las “informaciones” que a veces me “tragaba” sin masticar, y, sobre todo, la importancia que para la construcción de una sociedad mejor tienen los medios convertidos realmente en un cuarto poder.
En este caso, el autor analiza los esfuerzos que muchos gobiernos están haciendo en Latino América para romper con los oligopolios mastodónticos que dominan la información en sus países. Para ello, en varios se han planteado una redistribución de los medios en tres tercios: uno privado, otro público (fundamentalmente a través de instituciones comunitarias) y otro estatal.
Divide su estudio en tres apartados. En el primero, basándose mucho en autores de la zona, analiza más bien teóricamente cuál es la situación y cuáles las necesidades de la información y la comunicación en esas sociedades.  En el segundo, el más extenso del libro, recorre lo que se ha hecho y sigue haciendo en once países de la región para romper con esta situación. Da información bastante exhaustiva, a veces en exceso,  de leyes y medios creados por parte de los diferentes gobiernos prestando especial atención a los casos de Venezuela, Ecuador y Argentina. En el apartado final, a mi modo de ver tremendamente interesante a pesar de su brevedad, realiza algunas oportunas críticas del funcionamiento de algunos de esos medios.
Creo que lo mejor será reproducir algunos fragmentos haciendo un breve comentario.


“El control y  la transparencia económica a la que se debe someter un partido político, cuyos ingresos están limitados y controlados, desaparece al tratarse de una empresa privada de comunicación, que puede manejar los recursos que considere y recibir libremente ingresos de anunciantes y accionistas. Además, la aureola de agente informativo neutral o imparcial con la que se presentan los medios resulta más eficaz para el convencimiento político que el discurso lógicamente sesgado de un partido.” (p. 24-25)

Esta afirmación es válida no solo para la región sino que es perfectamente aplicable a casos como el español y me atrevería a decir que el europeo en general.
Sin embargo, no termino de compartir lo que se afirma en los dos textos siguientes:

“¿Por qué no ha de tener derecho un presidente, o incluso un ministro, a dirigirse directamente a los millones de ciudadanos sin tener que atravesar por el criterio del periodista –o quién sabe quién- de una empresa privada que tiene un medio de comunicación? Para ello se necesitan medios públicos, que no existían en muchos países de América Latina o estaban prácticamente desmantelados tras los años del neoliberalismo.” (p. 49)

El artículo 28 de la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Comunicación firmada por Chávez en 2004, “penaliza los mensajes que “promuevan el odio y la intolerancia por razones religiosas, políticas, por diferencia de género, por racismo o xenofobia”, aquellos que “fomenten zozobra en la ciudadanía”, así como la información “falsa” (p.45)

Y no lo comparto, en el primer caso, por el peligro que supone de sobreutilización y manipulación a que puede dar lugar el hecho de intervenir sin ninguna posibilidad de réplica o de repregunta; y en el segundo, porque esa “zozobra” se puede convertir también en un mecanismo de abierta censura si no existen los controles democráticos bien establecidos.

Finalmente, encuentro de una gran honradez tanto profesional como ideológica hacer afirmaciones como las siguientes que corresponden al apartado final del libro, y que, sacadas del contexto, pueden ser perfectamente utilizadas y manipuladas para decir cosas con las que Serrano no estaría de acuerdo:

“En demasiadas ocasiones se optó por caer en desequilibrios y estilos similares a los de los medios privados, pero desde la otra orilla. Es decir, los nuevos medios no resisten caer en la tentación de compensar los desvíos de los medios de comunicación privados reproduciendo algunos de sus defectos.  Los profesionales, muy convencidos políticamente, muy militantes y muy indignados por décadas sufriendo los atropellos mediáticos de los grandes emporios, no pueden evitar la tentación de esgrimir los nuevo medios públicos como herramientas para el mero combate y revancha en lugar de construir nuevos baluartes de la verdad y del periodismo honesto.” (p. 245)

“Hay que evitar las tentaciones desde todos los niveles del poder político para utilizar en provecho propio los contenidos de los medios públicos en lugar de supeditarlos a la veracidad y el derecho de la ciudadanía a la información.” (p. 251)

Un gran trabajo el de Serrano que demuestra un gran conocimiento de la  región y pasión por la información y, si se me permite decirlo, por la verdad o al menos por intentar evitar la manipulación provenga de donde provenga.
Otro libro recomendable. También cabe aquí recomendar su sección,  “perlas informativas”, que mensualmente publica en eldiario.es.



Pascual Serrano, Medios democráticos. Una revolución pendiente en la comunicación

miércoles, 15 de junio de 2016

Cierta decepción



Dentro de la lectura bastante errática que estoy haciendo de la obra de Ford, le ha tocado casi al final a una de sus primeras novelas, en concreto a la primera en  la que aparece como protagonista Frank Bascombe. Precisamente el primer libro que leí del autor fue El día de la independencia, que es el segundo de la trilogía que tiene como protagonista a Bascombe. Eso sí en los últimos meses, como queda reflejado en el blog, he leído con placer la mayor parte de su obra.
No sé exactamente lo que me ha pasado con la lectura del que hoy comento, pero dicho de manera rápida: me ha aburrido bastante, me ha costado entrar en muchas de sus historias y no he terminado de entender qué le pasa a ese protagonista solitario -a pesar de estar casi siempre con alguna mujer-, en el fondo echando de menos a X (su primera mujer con la que tuvo sus hijos, incluido el que murió), con tantas dificultades para sacar provecho a cualquier situación, en el fondo enormemente solitario y habiendo renunciado a la literatura sin que quede muy claro el porqué. En fin que, a pesar de las casi 400 páginas de un texto escrito en primera persona por su protagonista, no he llegado a conocerlo.
No obstante, hay momentos, escenas y pasajes que sí me han gustado como pueden ser: la entrevista con un exjugador de fútbol paralítico, su ligue con una mujer que no para de contarle cosas para luego proponerle no “hacer nada” y que posteriormente le escribirá cartas que terminarán con su matrimonio o los divertidos fragmentos de la compra por catálogo.
Ford tiene en todo caso la ventaja de que es un buen escritor y aunque en este caso me haya defraudado, también es cierto que en el resto de lo leído he disfrutado mucho. Precisamente el último libro publicado en España tiene como protagonista de los relatos a este mismo Frank Bascombe ya mayor y convertido en agente inmobiliario.
Dejo un fragmento que es un buen ejemplo de la soledad de Bascombe:

“Luego pienso en la gente a la que podría llamar a esta hora: 10,45 de la noche. Puedo volver a llamar a Providence. O a X, aunque la actividad que había en su casa me hace pensar que debe de estar ya camino de (…) Podría llamar a Mindy a New Hampshire. Podría llamar a Vicki a casa de sus padres. Podría llamar a mi suegra (…).
Toda esa gente me hablaría, eso lo sé. Pero estoy casi seguro de que a casi ninguno de ellos le gustaría” (p. 377-378)

Una entrevista interesante de Pablo Guimón con Ford en la que habla también de este libro.
Acabo de leer que le han concedido a Ford el Premio Princesa de Asturias de las Letras.


Richard Ford, El periodista deportivo











lunes, 13 de junio de 2016

Ultimas adquisiciones de jazz





Hacía bastante tiempo que no adquiría música. He aprovechado el viaje a Madrid para echar un vistazo. Este es su consecuencia.
Inevitablemente si hay novedades de Bill Evans no las puedo dejar pasar. Reconozco que es ya una obsesión de coleccionista, pero en este caso está justificada porque el CD con Gomez y Dejohnette es realmente magnífico y con una muy buena grabación. El otro, aunque no lo he escuchado aún, es de su época de sideman y tiene muy buena pìnta.

Los otros dos recogen 4CD cada uno de dos grandes instrumentistas de instrumentos que siempre me han gustado mucho aunque no sean de los más habituales en el jazz: la flauta, de la que Herbie Mann es un consumado artista, y el clarinete que también tiene en Buddy De Franco una de sus principales figuras históricas. Ambas colecciones están compuestas con grabaciones de los años cincuenta y son bastante variadas.

martes, 7 de junio de 2016

Sobre los Tupamaros




Desde siempre me han interesado los movimientos revolucionarios del Cono Sur. Sobre los Montoneros argentinos he tenido ocasión de leer bastantes cosas y ver varios documentales, sin embargo, es muy poco lo que conozco sobre los Tupamaros uruguayos, apenas un par de documentales y las referencias que se hacen en los dos libros que he leído recientemente sobre el presidente José Mujica, destacado miembro del grupo en su época. Por eso, nada más conocer de la existencia de este libro acudí a comprarlo y leerlo.
Me ha parecido un libro realmente interesante porque, además, tiene la ventaja de haber sido escrito por alguien no solo lejano por edad (el autor nació en 1984) a lo narrado, sino también por ideología. Demuestra Brum un buen conocimiento de los hechos y, al menos en los primeros años de existencia del MLN, un cierto respeto por sus acciones, de hecho el capítulo 6 lo titula, Los guerrilleros de Robin Hood.
A lo largo de los 14 capítulos en los que ha dividido las más de 400 páginas del texto, cuenta con todo lujo de detalles las numerosas acciones de todo tipo que llevaron a cabo los tupas (forma simplificada que utiliza). Seguramente resulta demasiado prolijo y detallista, pero reconozco que tiene una gran facilidad para la narración y asistimos casi como en una película de acción a los robos, ataques a comisarías o destacamentos militares, secuestros, etc.,  que llevaron a cabo desde 1966 hasta 1972.  A partir de las caídas de los miembros de las primeras direcciones y de la entrada de nuevos militantes, más violentos y ya cercanos al terrorismo, el autor va elevando el tono de sus críticas.
En un libro de este tamaño habría muchas cosas que comentar, pero solo lo haré, y de forma breve, con alguna. Por una parte, echo mucho de menos dos cosas importantes: una mayor información sobre las teorías y los objetivos del MLN ya que documentos seguro que no faltan y, también, dado que Brum afirma que el libro está pensado para lectores no uruguayos, una buena explicación del sistema político del país pues hay momentos en los que no es fácil entender los diferentes grupos existentes en los dos grandes partidos tradicionales (tan es así que más de uno de sus miembros llegó a colaborar con los tupamaros). Por otra parte, y desde un punto de vista muy diferente, no entiendo el uso de frases como: ”marxistas, socialistas y comunistas” y tampoco la siguiente observación:
“(…) rancios regímenes ultraconservadores de Francisco Franco y António Oliveira Salazar.” (p.357) Ambos eran algo más que ultraconservadores.
Aparte de estos comentarios, me ha llamado especialmente la atención la colaboración, en una fecha tan tardía como 1972, entre tupamaros y militares para luchar contra la corrupción que el autor comenta un poco antes de concluir:

“Sin mencionar, y por extensión sin analizar, quedaba el hecho de que normalmente la gente violaba estas leyes para poder evadir el sobredimensionado Estado socialista uruguayo. Todo el mundo intentaba evadir impuestos; aquellos con más poder y recursos simplemente lo hacían en una escala más grande y acaudalada.
El hecho de que el MLN se quejara de violaciones de la ley, cuando su revolución se basaba en la ilegitimidad de dichas leyes, convenientemente tampoco era mencionado. Otra observación que faltaba era que los casos de corrupción que se estaban descubriendo difícilmente demostraban la visión pesadillesca de Uruguay que los Tupamaros tenían. De hecho, podría argumentarse que en aquel entonces las instituciones de la República todavía funcionaban.” (p.341)

Finalmente, algo que no puede faltar en un libro sobre este tema es la existencia de la tortura, aspecto en el que Brum hace verdaderos malabarismos pues, aunque acepta su existencia, exime totalmente de la posible influencia a “organismos” estadounidenses o franceses, la limita a determinados periodos y afirma también su uso por parte del MLN.
Evidentemente un libro así da para mucho y me he limitado a comentar solo aquello que me ha llamado más la atención. Dejo el enlace con una interesante entrevista con el autor en montevideo.com


Pablo Brum, Patria para nadie. La historia no contada de los Tupamaros de Uruguay

lunes, 6 de junio de 2016

Otra decepción



Hay que agradecer a editoriales como Errata Naturae sus esfuerzos por ponernos en contacto con literaturas y autores poco o nada conocidos en España. En este caso, publican por primera vez en castellano una novela de una importante autora noruega que es, desde luego, una literatura apenas traducida.
Dicho lo anterior e insistiendo en el agradecimiento, tengo que reconocer que a mí esta novela no me ha gustado. No he conseguido entrar en su historia salvo en un par de momentos: cuando habla del embarazo haciendo una hermosa descripción de la mujer y al tratar el aborto que, aunque cuesta conocer bien su opinión, tiene algún momento especialmente duro y emotivo.
El resto de la historia no me ha interesado. Ni el planteamiento con esa conversación con alguien que se encuentra casualmente en la estación de tren, ni las diferentes relaciones amorosas. No logro entrar  en lo narrado, que me interese, que me emocione. Es cierto que el libro está magníficamente escrito, pero creo que relativamente mal narrado y construido.
Puede que haya coincido con el momento en el que lo ha leído, pero esperaba mucho más por lo leído en la contraportada ya que se dice  que es un clásico de la literatura nórdica leído por varias generaciones desde su publicación en 1947.
Dejo un enlace con alguien que sí que ha disfrutado y mucho del libro.


Torborg Nedreaas, Nada crece a la luz de la luna

domingo, 5 de junio de 2016

Artículos interesantes

Creo que  el editorial de hoy de El País es el mejor reflejo de lo que piensa gran parte del establishment y abre una campaña de descalificaciones que ya veremos cómo termina. La alusión al grupo Atresmedia es de risa viniendo de un medio de Prisa. ¡Qué pena haber dado dinero comprando ese diario desde hace mucho tiempo! (elpaís.com)

Soledad Gallego analiza el previsible papel que tendrá Rajoy tras las elecciones. Otra analista que tiene claro que el PSOE facilitará el gobierno del PP con su abstención. (elpaís.com)

Pascual Serrano entrega las "perlas informativas" del mes de mayo. Siempre es útil ver por dónde van y vienen las manipulaciones y las mentiras. (eldiario.es)

Haciendo gala de mi cierta inquina antipolaca (de la Polonia de verdad) dejo este artículo de Gorka Castillo bastante revelador de cómo está ese país. (ctxt.es)